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Un gobierno de concentración nacional

martes 04 de octubre de 2016, 13:24h

“El PSOE no ha resuelto el problema que causó la crisis y sigue enfrentado a la gran cuestión inmediata de la política española: dejar que gobierne Rajoy, que es como dispararse un tiro en el pie, o dar paso a unas nuevas elecciones, que sería dispararse un tiro en la cabeza” apunta Francisco Muro. Pero quizás estamos marrando en los condicionamientos que nos impiden tener una mayor altura de miras, afianzar los fundamentos del Estado de bienestar social en sus cuatro pilares de educación, sanidad, pensiones y atención a dependientes, una visión global y, por supuesto, europea en toda su extensión. Sólo así alcanzaremos el respeto de la UE que se forjará después de la espantada de Gran Bretaña y de los nuevos envites de las agresivas y abrasivas economías de Asia que se infiltran y controlan sin duelo cuanto encuentran a su paso.

De nuevo, “Cuando China despierte… Occidente temblará”, pero India, Japón, Corea etc ya están preparando sus misiles de tecnologías punta y de controles de tierras, materias primas, y hasta de los mismos mares que siempre habían evitado. Muchos comentaristas se aferran al “dictado” marrullero que dejan flotar desde Génova: O se abstienen, y hasta apoyan a Rajoy en una investidura que a una gran mayoría de ciudadanos nos parece humillante y un escándalo con todos los procesos que ese partido tiene encima… o unas terceras elecciones dicen que son inevitables. Y hasta dejan caer que cualquier otra posibilidad nos llevaría al caos.

¿Acaso no nos han traído a esta lamentable situación económica, social, política, financiera y de baja estima internacional tanto los últimos gobiernos del PSOE como, sin duda alguna, los tramposos, embaucadores y despilfarradores del PP en su subordinación, de pies y manos, a los oligopolios financieros y a la codicia irrefrenable y enfermiza de muchos de sus miembros con responsabilidades de gobierno, o de influencia? Ya amenaza Bruselas con la congelación de fondos a España, mientras el ministro de Economía.les dice que aguanten un poco que ya se van a hacer con todo el poder, de nuevo.

Pero ni el PSOE ni el PP pueden librarse de la rémora que sus andanzas y personalismos caciquiles han supuesto para nuestro país y el escándalo que producen en las instituciones europeas y supranacionales. Pero con ellos tenemos que contar. Algunos vemos otra posibilidad que ya dio sus frutos en democracias de los países más desarrollados y cultos de Europa: Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Países Bajos y Suecia. Que se forme un gobierno de concentración o de coalición nacional con miembros del PP, del PSOE, algunos de Ciudadanos y hasta se invita al poliédrico Podemos, aunque no pueda ni mantener a sus diversas facciones en orden.

De estos Partidos no tienen que ser precisamente sus líderes actuales, quizás alguno se podría aprovecha pero ni Rajoy, ni Sánchez ni Rivera ni Iglesias porque están quemados. Pero sería bueno que incluyesen a alguna personalidad de prestigio internacional aunque no militase en partido alguno. Si Podemos decide pasar a la oposición pues adelante, para que se curtan. Un Gobierno de esta cariz y talante hasta el sensato PNV podría colaborar.

Que pacten una legislatura inteligente, sensata, con proyectos concretos y bien calculados, que conciten adhesiones y cooperación por parte de la mayoría de los ciudadanos que hoy padecemos ese malestar, malaise, que amenaza con conducirnos de la decepción a la desesperanza y de la melancolía a la ira o al abatimiento. Ninguna de estas opciones conviene a ciudadanos libres, formados, responsables y sacrificados hasta extremos inverosímiles; salvo ese puñado deleznable de oligarcas financieros y de bánksters que controlan la mayor parte de la riqueza nacional sin tributar en justicia ni equidad.

Es imaginable, discutible y, en extendida opinión, factible, coformar un gobierno con los mejores políticos del PP, del PSOE, y de ciudadanos, previendo la retirada “táctica “ de Iglesias que quedó descalificado con sus pretensiones en el primer intento de investir a un posible Presidente del Gobierno que, no lo olvidemos nunca, lo impidió Rajoy, al negarse en rotundo a abstenerse para permitir acabar con esta insoportable situación de un Gobierno, el suyo, en funciones. Por eso no salió adelante el proyecto del PSOE y de Ciudadanos. Y como premisa más que conveniente enviar a Rajoy y parte de su equipo más próximo a los cuarteles de invierno junto con los de Sánchez y, ya puestos, enviar también a descansar y a formarse a ese muchacho de Ciudadanos, Rivera, que ha estado faciendo entuertos mientras se presentaba como el adalid de la “nueva España”, ¿A qué nos suena?

“Hay que buscar la fórmula para cerrar esta lamentable etapa de la historia de la política española, para que se pueda formar Gobierno ya y para que el PSOE recupere sus señas de identidad y su ilusión, encuentre un liderazgo serio y vuelva a poder aspirar a gobernar España. Necesitamos un PSOE moderno y fuerte”, concluye el colega amigo Francisco Muro, pero no “desde la oposición” porque hay millones de ciudadanos que confían en un Partido centenario e indispensable en una sociedad moderna y justa. De lo c0ntrario sólo con el PP y Ciudadanos nos veríamos abocados al desastre y al caos.

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