En defensa de Nadal, del que su tío Toni afirma que "no está preparado para dejar de ganar"

Sin embargo desde hace un par de años no es que vaya de fiasco en fiasco, pero sí que éstos -como caer eliminado en muchos torneos por tenistas que no siquiera están entre los 50 mejores y a los que siempre había vencido, cual acaba de ocurrirle en su pésima gira asiática- surgen y sorprenden -cada día menos, por desgracia- con excesiva frecuencia. Algo, estas derrotas, que asume con humildad a pesar de que "no está preparado para dejar de ganar", como acaba de declarar en la cadena SER su tío y eterno entrenador Toni -que parece desvincularse poco a poco de este puesto- y quien añadió que su pupilo tiene cuerda para rato y le restan al menos cuatro temporadas más de profesional, con o sin títulos.

Un caso similar la suyo es el del considerado mejor tenista de la historia y el que más torneos grandes acumula en su historial Roger Federer (17), que, a sus 35 años, deambula con mediocridad por las pistas, y en el listado de la ATP- sin apuntarse ningún título. Como antes aconteció, sin excepción, a todos sus también geniales antecesores, como Manuel Santana, Nastase, Orantes, Connors, Vilas, McEnroe, Borg, Lendl. Llegó un moimento en que dejaron de ganar, aunque siguieron compitiendo hasta su rerirada.

Es el inevitable camino de nuestro compatriota -quien además de sus triunfos deportivos se ha ganado el cariño español y mundial por su imagen positiva debida a su sencillez y a su capacidad de lucha siempre hasta el final levantando partidos increíbles a base de esfuerzo. Precisamente esos tremendos esfuerzos físicos que se ha visto obligado a realizar para igualar la superioirdad en técnica de algunos de su socmpetidores como el propio Federer o el actual número uno, Djokovic, han desembocado en los graves problemas de rodilla y muñeca que le impiden rendir a tope y le llevan a esas sorprendentes derrotas.

Sea como sea, hay que decubrirse ante la trayectoria deportiva (14 títulos grandes y 69 torneos y cuatro Davis), humana e incluso fiscal -paga sus impuestos en España, a diferencia de la mayoría otros de los deportistas españoles de talla mundial- de Rafa Nadal y en este país tan cainita no hacer leña del árbol caído o a punto de caer. Porque su sombra, bajo la cual tantos títulos se acumulan, no sólo es alargada sino que permanecerá en el recuerdo y en la élite deportiva española 'per omnia saecula saeculorum'.