La química entre dos intérpretes en pantalla es algo que nunca puede faltar dentro de una película. Y, para los actores y las actrices que interpretan a parejas o entre los que debe haber tensión, esto es doblemente importante. Pero el cine es una constante lucha de egos. Y, cuando en una producción se junta a dos intérpretes con personalidades radicalmente opuestas pueden saltar chispas o incluso pueden llegar a las manos.