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'Las Cervantas', blanco de dimes y diretes, y de la fatídica razón de estado

'Las Cervantas', blanco de dimes y diretes, y de la fatídica razón de estado

miércoles 02 de noviembre de 2016, 08:26h
Un estupendo, documentado, dramático y divertido retrato de las mujeres con las que convivió Cervantes, llega a las Naves del Español, gracias a la feliz colaboración de Inma Chacón y José Ramón Fernández que, en este IV Centenario de su muerte, hanunidoen escena a las cinco mujeres que convivieron con el autor del Quijote en el Valladolid de 1605: dos hermanas, la hija de una de ellas y una hija de Cervantes, huérfana de una tabernera madrileña, además de la esposa del novelista. A las cinco mujeres juntas, tan directamente relacionadas con Cervantes, se les conoce como ‘Las Cervantas’, y ahora pueden verse en Madrid en montaje dirigido por Fernando Soto.

En el verano de 1605, año del éxito de Cervantes tras la publicación de la primera parte de El Quijote, y en un Valladolid caluroso, justo a las puertas de la casa donde vive el escritor junto a toda su familia, es asesinado un hombre. Las sospechas sobre sus posibles autores se dirigen hacia los habitantes de la casa de los Cervantes Saavedra. Este es el punto de partida de ‘Las Cervantas’, que sitúa la acción momentos antes de que sean interrogadas por el juez correspondiente acerca de su posible implicación en el crimen que acaba de cometerse. Entonces hablan entre ellas para preparar sus declaraciones, lo que da pie a los autores de la obra para trazar un agudo retrato de estas mujeres y de la época en que vivieron y su relación con el escritor que, sin aparecer en escena en ningún momento, no deja de estar presente a lo largo de toda la obra.

Bajo la acertada dirección de Fernando Soto dan vida a ‘Las Cervantas’ Gracia Olayo (magnífica Andrea de Cervantes), Sole Olayo (en una también estupenda Magdalena de Cervantes), Clara Berzosa (Isabel de Saavedra, hija del escritor), Irene Ruiz (Constanza de Ovando, hija de Andrea) y Yaël Belicha (Catalina Salazar, esposa de Cervantes).

En una sencilla escenografía -pero llena de significado-, que firma Mónica Boromello, aparecen varias maletas (unas veces abiertas, otras cerradas, con indicaciones del momento del día en que discurre cada escena), diseminadas por elescenario, y un par depercheros aambos lados, que, en principio, están llenos de perchas vacías, pero que luego se irán llenando de camisas y otrasprendas. Todas lasCervantas, menos la esposa del escritor,son costureras que cosen para las damas y los caballeros vallisoletanos, por eso entran y salen frecuentemente de la casa. Esa simple razón sirve a la opinión pública de la época para acusarlas de putas y al juez para interrogarlas y apresarlas. De haber sido hombres, no habría pasado lo mismo. Por esa misma razón, las cinco mujeres deciden, para defenderse, decir a la justicia lo que interesa, aunque la versión de los hechos vaya en contra de la verdad porque ellas no se resignan a ser las tapaderas de la corrupción y de los corruptos, a quienes no interesa encontrar a los verdaderos culpables del crimen.

En un ambiente de verdadera intriga, que pronuncia el sonido, unas veces inquietante y otras liberador, de un violoncelo tocado en directo por Jose Luis López, se van conociendo hechos, aparentemente aislados, pero que siembran dudas razonables en el espectador: ¿Qué diablos hace allí Ezpeleta, el caballero asesinado a punta de estoque?, ¿cuál es el papel de Constanza, Isabel o Magdalena a la que el difunto le dejó el vestido de seda o la misma mujer de Miguel que vuelve a casa un día más tarde de lo que había anunciado ella misma? El hecho es que los dimes y diretes de las vecinas y de voces anónimas del pueblo de Valladolid, quieren implicar a ‘Las Cervantas’ en un crimen en el que los motivos hay que buscarlos de cintura para abajo, y las mujeres insumisas como ellas no son bien vistas en un ambiente moral lleno de hipocresía y mojigatería.

Ser mujer, y al mismo tiempo abrazar la libertad, la vida independiente y, por tanto, poco ortodoxa, y no querer formar parte del redil generalizado (el mero hecho de saber leer y saber pensar por ellas mismas era toda una provocación ante la sociedad de la época), tiene un precio muy alto que todavía, en pleno siglo XXI, siguen pagando buena parte de las mujeres en muchas latitudes. El montaje es un canto a la libertad, al compromiso y a la independencia de la mujer, que todavía tiene un camino escabroso por recorrer para llegar a esa meta.

‘Las Cervantas’

Autores: Inma Chacón y José Ramón Fernández

Dirección: Fernando Soto

Reparto: Gracia Olayo, Sole Olayo, Clara Berzosa, Irene Ruiz y Yaël Belicha

Música Original: Jose Luis López

Música en vivo: Jose Luis López /Marina Barba
Vestuario: Marta MartínSanz
Iluminación: Javier Ruiz de Alegría
Diseño Gráfico e Imagen: Olga Iáñez

Ayudante de Dirección: Mely Herrero

Producción Ejecutiva: Dania Dévora y Santiago Pérez

Producción: DD & Company Producciones y EscénaTe

Naves del Español,Madrid

Hasta el 13 de noviembre de 2016

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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