Hay novedades sobre el estado de salud del piloto alemán. Ross Brawn, su ex jefe en Ferrari y Mercedes y amigo personal, mantiene bastante contacto con la familia de Michael Schumacher, y ha realizado las siguientes declaraciones a la cadena británica 'BBC': "Hay signos alentadores y todos estamos rezando todos los días para ver alguno más. Así que es difícil para mí decir mucho más porque respeto la privacidad familiar", recoge el diario Marca.
También dijo que "hay mucha especulación sobre la condición de Michael y la mayoría es equivocada. Nosotros solo rezamos y esperamos cada día para que continuemos viendo algo de progreso y podamos verle algún día fuera de casa y recuperado de sus terribles heridas".
Lo último que se sabe del piloto alémán, aún convaleciente de su grave accidente de esquí en diciembre de 2013 es que no puede hablar, según el abogado de la familia desveló en un juicio que se sigue en Alemania, si bien lo demás sigue siendo alto secreto por decisión familiar.
El Kaiser de la Fórmula 1 sufrió un accidente mientras esquiaba en la estación francesa de Méribel el 29 de diciembre del 2013. Aquel domingo, alrededor de las 11:00 de la mañana, salió de su residencia de invierno acompañado por su hijo, Mick.
En un momento dado abandonó la zona habilitada para el ejercicio, perdió el control de sus esquíes y se precipitó de cabeza contra una roca. La patrulla de rescate le llevó en helicóptero al hospital de Moutiers, aunque rápidamente fue trasladado al de Grenoble (Francia), donde ya llegó en coma.
Tras meses de permanecer en el hospital, la familia decidió trasladar a Schumacher a su residencia en Lausana (Suiza), donde seguiría con su rehabilitación. Tras ello, se habilitó una habitación especial en su casa.
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