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Peligro planetario: llega la semana más importante para el mundo en mucho tiempo con la amenaza de Trump como jefe

Peligro planetario: llega la semana más importante para el mundo en mucho tiempo con la amenaza de Trump como jefe

lunes 07 de noviembre de 2016, 07:07h
Ale jacta no est. Porque un puñado de votos de última hora mañana martes pueden ser decisivos. Y es que el imperio occidental directamente, y el resto del planeta indirectamete, se juegan el futuro con la incertidumbre de que el mayor peligro populista y antisistema de la historia reciente cabalgue al frente de EEUU. Pongamos que se habla/escribe de Donald Trump, que dentro de muy pocas horas puede convertirse en el ser más poderoso del planeta si derrota a Hillary Clinton en las elecciones norteamericanas de ya dentro de unas horas. Aunque las últimas encuestas alejan ligeramente este peligro, todo está tan abierto que no de puede descartar nada.

Un martes histórico, para mal si gana Trump o para menos mal si lo hace Hillary Clinton, qiue también está Ahora está a las puertas de hacer historia y convertirse en la primera mujer presidenta en Estados Unidos y romper así el último "techo de cristal" de las mujeres en su país. "Podría haberme quedado en casa haciendo galletas y tomando el té, pero decidí realizarme con mi profesión, en la que estaba antes de que mi marido fuera una figura pública", reivindicaba en 1992, al poco de llegar a la Casa Blanca como esposa de Bill Clinton.

Ya fue en parte algo histórica la fecha del 12-de este año cuando anunció su candidatura a las primarias demócratas, fueron muchos los que dieron por hecho que sería la ganadora y que terminaría imponiéndose en las elecciones. También lo había sido en 2008, cuando fue derrotada por Barack Obama, que se convirtió a la postre en el primer presidente afroamericano de Estados Unidos.

En esta ocasión, la piedra en su camino fue el senador Bernie Sanders, un declarado socialista con gran gancho entre los más jóvenes que luchó hasta prácticamente el final de las primarias para alzarse con la candidatura demócrata.

Pero finalmente, el 26 de julio, Clinton dejó su primera huella en la historia política en el país. "No me puedo creer que acabemos de poner la mayor grieta en el 'techo de cristal'", declaró nada más se proclamada durante la Convención Nacional Demócrata, mientras en una pantalla se podía ver un enorme cristal rompiéndose en mil pedazos tras pasar las fotos de varios expresidentes.

Un magnate que no tiene apoyo de su partido

Su rival, al que en algunas redes sociales se le llama el tramposo Trump, ya ha hecho historia llegando al final de las elecciones con amenazantes posibilidades de ganar, pese a que no cuenta con el respaldo total de su propio partido, el Republicano. Da igual, él lo ha tenido muy claro desde el primer momento. Como cuando ya lanzó esta amenaza verbal el 16 de junio al anunciar su candidatura: "Señoras y señores, me presento para ser presidente de Estados Unidos y vamos a hacer que nuestro país vuelva a ser grande de nuevo".

El anuncio no fue una sorpresa, ya que el multimillonario había acariciado y barajado la posibilidad de ser presidente en anteriores elecciones, sin embargo fueron pocos los que creyeron entonces de que tenía posibilidades reales de hacerse con la candidatura, ya que había otros rivales con experiencia política que parecían tener un perfil más adecuado.

Así, el mismo día del anuncio, el 'New York Times' ya afirmaba que era "improbable" que se alzara con la victoria en las primarias republicanas y consideraba como una "perspectiva remota" que el partido pudiera elegir a "un magnate inmobiliario que ha publicado libros con títulos como 'Piensa como un multimillonario' y 'El toque de Midas: por qué algunos empresarios se hacen ricos y la mayoría no'".

Para muchos, Trump no era más que un rico empresario conocido entre los ciudadanos por su 'reality show' en la cadena NBC 'El aprendiz', sin ningún tipo de experiencia en cargos políticos de ningún rango y que, por tanto, no tenía nada que hacer frente a rivales como el exgobernador de Florida Jeb Bush o los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, entre otros. Sin embargo, a golpe de declaraciones no siempre políticamente correctas y con su omnipresencia en los medios de comunicación, Trump logró pronto situarse en cabeza en las encuestas frente a sus rivales, sellando además buenas intervenciones en los distintos debates televisivos entre ellos.

A partir de este momento comenzó la verdadera batalla con su rival, el republicano Donald Trump, que no ha ahorrado en calificativos despectivos hacia ella, acusándola de corrupta y poniendo en tela de jucio su estado de salud --algo a lo que contribuyó el episodio de neumonía que provocó un desmayo a Clinton durante los actos del 11-S--.

Aún así, con subidas y bajadas, los sondeos le eran favorables, dándole una cómoda ventaja que su rival se encargaba de agrandar con sus constantes exabruptos y sus polémicas. Sin embargo, y aunque los sondeos la dieron como ganadora de los tres cara a cara mantenidos, no remató cuando tuvo ocasión a Trump, que llegó al segundo debate tocado por el escándalo de su vídeo con comentarios despectivos y obscenos hacia las mujeres.​

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