El nuevo presidente electo de Estados Unidos va perfilando su equipo. Como jefe de gabinete de la Casa Blanca ha nombrado al actual presidente del Comité Nacional Republicano, un político tradicional y amigo del presidente de la Cámara de Representantes, lo que podría ayudar a mejorar sus tensas relaciones con la cúpula del Partido Republicano en Washington. Frente a este nombramiento de tono conciliador, el de un activista conservador como estratega jefe, acogiendo así a los que le apoyaron y ayudaron a ganar. Mientras, los mercados continúan apostando por que la futura administración recorte impuestos y gaste más, impulsando el crecimiento y la inflación. Ayer, el mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos volvía a registrar nuevas ventas, después de que la semana pasada fuese la peor para la deuda del país en más de siete años. La rentabilidad de los de los bonos del Tesoro a 30 años, los papeles más sensibles a las expectativas de inflación, superaron el 3% por primera vez desde enero y el diferencial entre los retornos de los títulos a 10 y 2 años aumentó a 1,26%, su mayor nivel desde diciembre. Y frente a todo ello, las advertencias también continúan. Ayer, el vicepresidente del BCE declaraba que el proteccionismo del país norteamericano y los riesgos políticos de otras naciones podrían dañar a Europa. La intención de Trump de poner a “Estados Unidos primero” podría dañar las exportaciones de Europa y aumentar los “riesgos políticos”.