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Isabel González, formadora en Neuromarketing: "La única herramienta para combatir la corrupción es la crítica social"

viernes 25 de noviembre de 2016, 07:58h
Isabel González, formadora en Neuromarketing: 'La única herramienta para combatir la corrupción es la crítica social'
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La corrupción es, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el segundo problema para los españoles después del paro. Si bien es cierta la preocupación de los ciudadanos ante la corrupción política, no es menos cierto que todos somos corruptos en potencia, por lo que corremos el riesgo de que esta conducta termine siendo aceptada como normal. Un estudio de la University College de Londres ha demostrado que el cerebro de los corruptos se adapta para aceptar su conducta. Diariocrítico ha charlado Isabel González, formadora internacional en Neuromarketing, para conocer los detalles de este estudio. “Este estudio demuestra que pequeñas transgresiones en busca de un beneficio van generando un cambio de plasticidad neuronal que transforma a esa persona en deshonesta, y a su vez, el hecho de que los demás no lo condenen, favorece que el resto también lo sea”, asegura González.

La conclusión principal del estudio es que el cerebro se adapta a la deshonestidad y a la corrupción, ¿por qué sucede esto?

Hace años se intuía que podía haber un mecanismo así tras las actuaciones deshonestas pero no se sabía de forma científica el motivo por el que el cerebro se adaptaba a estas conductas. A través de este estudio con una técnica de resonancia magnética, el grupo de investigadorespudo ver cómo la amígdala, la zona del cerebro relacionada con emociones e instintos básicos, se activaba y proporcionaba señales más intensas cuando esa persona mentía por primera vez, mientras que si la conducta se repetía, la actividad de la amígdala disminuía aceptando ese comportamiento como ‘normal’. El cerebro termina aceptando esa conducta como normal, y cuanto mayor es la mentira, más disminuye la alerta.

¿Por qué dejan de saltar las alarmas ante conductas deshonestas?

El motivo por el que la señal disminuye no se sabe con seguridad, pero se intuye que son mecanismos de supervivencia del cerebro ante la nueva situación. Un ejemplo de la capacidad del cerebro para adaptarse a las diferentes situaciones y circunstancias, es el de las personas que viven en barrios marginales en condiciones pésimas, y consiguen adaptarse a esta forma de vida, y terminan por aceptarla como normal. Nosotros tendemos a interpretar la realidad según la ve el cerebro; la realidad no existe sin nuestro cerebro. Hay factores químicos, otros circunstanciales, pero la realidad es algo sujeto a nuestra mente.

¿Hay forma de revertir la adaptación del cerebro a estas conductas corruptas?

En principio el cerebro es muy plástico, aunque creamos que lo que aprendemos es estático, sí que se pueden modificar los pensamientos. Esa señal vuelve a activarse con la crítica social, que hace que te des cuenta de lo que estás haciendo porque somos seres sociales y necesitamos la aprobación de los demás. Es importante que la sociedad esté concienciada y condene estas conductas para que no se extiendan.

¿Se puede decir que todos somos corruptos en potencia?

Sí, porque todos tenemos capacidad de decidir y escoger una opción u otra, y en nuestra naturalezava implícitauna raíz egoísta que nos ayuda a sobrevivir. Sin embargo, no podemos perder de vista que necesitamos la cooperación y la sociedad, y esa necesidad del conjunto social se está perdiendo cada vez más, porque la gente se deja llevar por el egoísmo. Estamos dando pasos atrás en nuestra identidad biológica. Vivimos a diario con sentimientos de estrés, ansiedad, etc., y es porque de alguna forma hemos perdido el instinto. La gente no le da a su cerebro lo que necesita para ser feliz. El dinero es tan solo una herramienta para sobrevivir, pero no es fuente de felicidad. Ahora sufrimos estrés gran partedel tiempo y nuestro concepto de vida ha cambiado, mientras que el cerebro ‘no vive’según nuestro concepto de vida. No vamos acorde a nuestra evolución biológica.

¿Hay perfiles de personas más corruptibles que otras?

La personalidad es algo complejo, nosotros nos modificamos con el paso de los años y la genética es un factor importante, aunque se desconoce hasta qué punto influye. Los egoístas o aquellos que solo piensan en lo material son más proclives, pero nadie debe bajar la guardia porque si socialmente comenzamos a aceptarconductas deshonestas, todo el mundo terminará aceptando esos comportamientos negativos. A modo de ejemplo, el estudio que comentamos habla también de la educación en los colegios. La gente de los años 70 llevaban el niño al colegio y estaban completamente tranquilos. Ahora, sin embargo, tras los casos de bullying y pederastia nadie confía en el cole ni los profes.Es una situación negativa y se acepta como algo normal.

Siguiendo la premisa de que el cerebro termina aceptando como normales las conductas deshonestas, ¿se puede decir que esto explica por qué parece que la corrupción política no se castiga en las urnas?

La corrupción es difícil de cambiar, porque cuando se genera ese comportamiento es complicado de revertir. La única herramienta es la crítica y que la gente se dé cuenta de lo que hace y decide, y expresar esa crítica para combatir ese mal. Ahora es muy difícil parar esos comportamientos en cadena, porque hoy la opinión de cualquiera tiene valor. Vivimos muy expuestos y será difícil parar y evitar que se extienda una idea, aunque sea mala.

Este estudio destaca la importancia de la formación emocional para evitar la propagación de conductas corruptas, ¿en qué consiste la formación emocional?

La formación emocional es algo que se trabaja mucho en el Neuroliderazgo. Se trata de dejar de ver a los jefes como personas deshonestas que van a pensar solo en su beneficio, ya que de esta forma, se crean líderes inseguros que proyectan esa inseguridad en quienes les rodean. La educación emocional es muy importante porque en el colegio no se cultiva emocionalmente a los niños para que sean personas estables,y comprendan que la realidad se puede cambiar y se puede aprender de ella. No entender el cerebro hace quecreamos que somos víctimas de los pensamientos, y no seamos conscientes de que siempre se puede aprender y cambiar. La persona tiene que saber que sus emociones las crea ella misma. Esos factores de confianza y justicia deben primar en los líderes. La gente no quiere cambiar el chip y vencer los estereotipos. A mí misma me ocurre. A la sociedad le cuesta asumir el papel de mujer joven y empresaria. En el entorno más cercano, ves que aparece un hombre de 50 años que defrauda a Hacienda con su negocio y la gente que te rodea dice “qué listo ha sido”; mientras que la historia de una mujer joven y profesional ya no tiene interés.

¿Están formados emocionalmente nuestros líderes políticos?

No, claramente no. Es una asignatura pendiente en todos los niveles de la sociedad. A pesar de que comenzamos a entender que somos dueños de los pensamientos y de nuestros actos, las emociones más instintivas todavía siguen jugando malas pasadas. Creo que en este aspectotodos los líderes políticos carecen de formación emocional a partes iguales porque el retraso emocional de la sociedad es tal, que ni siquiera aceptaría a una mujer entre ellos.

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