Ciudadanos quiere 'centralizar' su imagen en el próximo congreso: bilingüismo en Cataluña, reformismo en España...

La dirección de Ciudadanos apuesta por que en los próximos años el papel del partido sea imponer reformas a PP y PSOE a cambio de ofrecer estabilidad institucional, diferenciándose tanto de estas fuerzas políticas como de Podemos y de los partidos independentistas y con la vista puesta en poder gobernar España "en un futuro cercano".

Así se plantea en el borrador de la Ponencia de Estrategia y Líneas de Actuación Política, uno de los tres documentos que se han preparado para la IV Asamblea General, el congreso que Ciudadanos celebrará el primer fin de semana de febrero.

"Nuestro objetivo tiene que ser demostrar nuestra capacidad para imponer cambios y reformas a los viejos partidos a cambio de que exista la estabilidad que reclaman los españoles", dice el borrador.

En el congreso de febrero, el partido naranja adaptará su organización interna, su acción política y sus valores a su realidad actual, que es muy distinta a la de 2011 -el año de la anterior Asamblea General--, cuando tenía unos 1.500 afiliados, 56 agrupaciones y 3 diputados en el Parlamento catalán.

Hace 5 años, la meta que se marcó Ciudadanos fue formar grupo parlamentario propio en el Parlamento de Cataluña (pasar de tres a cinco diputados) y aumentar la representación municipal. Ahora es la cuarta fuerza política en el Congreso, tiene representación en el Senado y el Parlamento Europeo y cuenta con 93 diputados en doce Cámaras autonómicas y más de 1.500 concejales en 750 ayuntamientos.

Por eso, la dirección de C's considera que, tras una primera etapa de crecimiento, expansión territorial y proyección política, se ha iniciado una segunda fase, marcada por la consolidación orgánica e institucional, en la que el partido es "decisivo", condiciona las políticas del país y debe ser una alternativa de gobierno.

Cataluña

La dirección de Ciudadanos quiere seguir defendiendo la igualdad de todos los españoles y el cumplimiento de la ley en Cataluña y, al mismo tiempo, ofrecer una "alternativa democrática reformista" en esa comunidad autónoma y en el conjunto de España.

El documento señala la necesidad de hacer frente a la crisis económica y social, a la crisis de confianza en las instituciones públicas y la política y, por último, al "desafío separatista" en Cataluña, frente al cual el partido naranja desempeña y desempeñará, según dice, "un papel crucial y determinante".

"Desde sus orígenes, Ciudadanos se ha erigido como la alternativa al nacionalismo en Cataluña, situando al ciudadano, y no a los territorios o al sentimiento identitario, en el centro de la política, y defendiendo sin complejos la unión, la libertad, la igualdad y la convivencia de todos los catalanes", reza el texto.

Ahora, desde su posición de líder de la oposición en el Parlament, C's "debe seguir siendo el referente de todos aquellos catalanes que no quieren la ruptura y que aspiran a que sus vidas mejoren dentro de un renovado proyecto común español", añade.

La cúpula del partido presidido por Albert Rivera apuesta por garantizar la igualdad de oportunidades y la calidad de los servicios públicos esenciales y por reivindicar la "libertad lingüística" y el "bilingüismo institucional efectivo" en esa comunidad.

Desde su punto de vista, la acción política de Ciudadanos debe basarse en dos aspectos: defender el cumplimiento de las leyes democráticas y "ofrecer una alternativa democrática reformista en Cataluña y en el conjunto de España" acometiendo las "reformas pendientes".

Concretamente, propone un nuevo modelo de financiación autonómico más transparente y equitativo que garantice fondos suficientes para la prestación de los servicios públicos, así como unas infraestructuras "modernas y eficaces" y una reforma constitucional para "mejorar y modernizar" España, no "contentar a los partidos separatistas".