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Cotard: 'En España es impensable un Bon Jovi, un Slash o un Axl Rose porque no hay industria'
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Cotard: "En España es impensable un Bon Jovi, un Slash o un Axl Rose porque no hay industria"

viernes 16 de diciembre de 2016, 11:39h
El amor por la música ha unido los caminos de Carlos (guitarra), Celia (voz), Javi (bajo) y Pedro (batería), integrantes de la banda Cotard, que actúa este sábado en la sala Sensorama Jazz (Coslada). El corredor del Henares reunió a estos cuatro músicos aficionados, que ahora lanzan su segundo disco ‘Ojibwa’, un trabajo que ‘camina’ entre el hard rock y el heavy metal con influencias que van desde el Funk al Grunge, pasando por el rock&roll más clásico o las últimas tendencias del metal. Conscientes de la dificultad de hacerse un hueco en el panorama musical, todos coinciden en que les mueve la pasión por lo que hacen, ya no pueden vivir de la música y tienen que compatibilizar su vocación con uno o varios trabajos. Diariocrítico ha charlado con ellos sobre su segundo trabajo, la situación de la industria musical en nuestro país, o el encaje de este estilo entre el gran público.

Cotard es una banda difícil de etiquetar ya que, si bien se pueden encuadrar entre el hard rock y el heavy metal, su personalidad atiende a diferentes influencias y un carácter propio. “A cada uno de nosotros, nos gusta un estilo, escuchamos música diferente y eso lleva a terminar mezclando estilos”, explica Javi. Para Carlos, “si algo tiene Cotard es un sonido propio, podemos hacer un tema funky que suene a Cotard, o un blues y que también suene a Cotard”.

Como curiosidad, la banda debe su nombre al ‘síndrome de Cotard’, también llamado delirio de negación o delirio nihilista, una enfermedad mental en la que los afectados creen estar muertos pese a estar vivos. Para ellos, este mal afecta a día de hoy a toda la sociedad. “Toda la oleada de películas, series o libros de zombis que han aparecido en la última década, parece que se deben a que nosotros mismos nos vemos así, como muertos vivientes”.

Aunque creen que en la música está todo inventado, consideran que la mezcla de influencias o el cambio de planteamientos, son los elementos que les distinguen del resto. “La clave es que no hemos planteado límites en cuanto al estilo; cuando algo suena bien, y nos gusta, nos lanzamos sin pensar si se acerca o no a un estilo concreto”, explica Javi.

Si el nombre de la banda se debe a este peculiar síndrome, ‘Ojibwa’, el título de su segundo disco, nos sumerge en el mundo de los sueños y las pesadillas. “Ojibwa es una nación de indios norteamericanos, un conjunto de tribus las que se atribuye la creación de los atrapa sueños”.

Pese a que el mundo de los sueños es el hilo conductor del disco, entre sus canciones encontramos temáticas más personales e intensas que escapan de los ‘monstruos de la noche’. “Es que no queremos ser rimbombantes en cuanto a la temática, entonces hay canciones que van de eso y otras que se salen un poco del contexto aunque tienen cierta relación, sin ser tan evidente. Todos los temas tienen algo que ver con el mundo de los sueños, del subconsciente, y las pesadillas, pero no todos hablan de ello de forma específica, y hay temas ambiguos que cada uno puede interpretar como quiera”, cuenta Celia.

Su primer trabajo ‘Nunca Más’ les llevó a convertirse en ganadores del ‘GranitoRock 2015’ en la categoría de Rock, y un segundo puesto en el Nubarock 2014, algo que les permitió compartir escenario con bandas consagradas con Revólver o Saratoga. Preguntados por sus bandas fetiche (en activo o no) con las que les gustaría subir a un escenario, Celia y Javi tienen claro que una de ellas sería la estadounidense Alter Bridge, mientras que Carlos no puede evitar citar a ‘Iron Maiden’. Si hablamos de grupos nacionales, todos coinciden en que acompañarían a Sôber o Squizo.

Pese a los hitos logrados, los componentes de Cotard no viven de la música, y ven en ella una vía de escape a su día a día. Recuerdo un artículo que publicó un compañero tras una charla con cuatro músicos veteranos de la escena madrileña, en el que coincidían en las escasas posibilidades de convertirse en una estrella de rock. Cuando compartí esta reflexión con los chicos de Cotard, Carlos se apresuró a decir entre risas: “hombre, estrellas del rock somos, lo que pasa es que no vivimos de ello”.

Nuestra conversación comenzó a girar en torno a la vida de los músicos en España. Javi quiso dejar claro “en España, la estrella de rock dista mucho de lo que entendemos por una estrella de rock internacional. Aquí es impensable un Bon Jovi, un Slash o un Axl Rose”, a lo que Celia apuntó: “eso aquí es impensable porque no hay industria; las discográficas no buscan eso, no se interesan por este tipo de música y no se interesan por ello”.

Esto nos llevó a buscar los motivos por los que este estilo de música no tiene tanto encaje entre el gran público. Para estos músicos, el heavy y el rock no viven su mejor momento en nuestro país, y están muy lejos de su cénit. “Tenemos mucho que envidiar al metal y al rock estadounidense y del norte de Europa, e incluso a los británicos”, asegura Celia.

“Creo que en este país estamos un poco cerrados, digamos que las bandas que salen están cerradas a dos o tres estilos muy concretos y acotados, y es muy difícil salir de ahí. La gente cuando se acerca a bandas sin profundizar, se encuentra a los que están la superficie y son los ‘clones de...’, que todos sabemos. Hay muchas bandas de mil estilos, pero están bajo una capa de arena de mil grupos, y es muy difícil sacar la cabeza”, explica Carlos.

Para Javi, “en España se han hecho cosas muy chulas y que han creado géneros propios. El rock urbano que representa Extremoduro, es un invento propio nuestro. Creo que se han vivido épocas mejores, pero te das una vuelta por cualquier local de ensayo, y hay muchas cosas que suenan bien”.

Esta dificultad para despuntar como banda de rock y heavy viene en parte porque no se trata de lo que llamamos estilos comerciales, o estilos que suenan en las radios comerciales. “El tema de la comercialidad va en base a las modas, entonces ahora mismo por ejemplo, si nos centramos en el mundo del metal, entre las bandas noveles se ha puesto de moda el death metal, las voces guturales, sobre todo en las mujeres, y entonces si ahora tienes una banda de death metal es más fácil que fichen por ti, que si haces hard rock o heavy”, señala Celia.

Para Carlos, “para optar digamos al gran público, para un grupo de metal es algo muy difícil porque tendrías que hacer algo muy edulcorado”, a lo que Javi añadió: “o tendrías que tener muchos euros para pagar a las radios y que te pongan 4 veces al día”.

¿Entonces, estos estilos no han llegado a su cénit porque no gustan lo suficiente? El bajista, Javi, respondió: “creo que es un tema de falta de cultura musical, a nivel general”, algo que, según Celia, “no pasa en Latinoamérica o EEUU”.

Carlos encuentra una posible justificación en la exposición mediática de estos músicos en otros países, algo que no sucede en España. “En EEUU tienes a Steven Tyler, de Aerosmith, como jurado en un programa de talentos de máxima audiencia (American Idol), y eso algo que aquí sería impensable. Aquí te ponen a Bisbal o Melendi, pero no encontrarás, por ejemplo, a Leo Jiménez (Saratoga)”.

“Los jurados de este tipo de programas en España son cantantes muy parecidos entre ellos, es decir, el problema que tenemos es que la industria se ha anclado en el mismo estilo. Coges un disco de cualquiera de los miembros de ese jurado, y se parecen entre ellos, porque el que compone las canciones es el mismo. Por eso, tengo la esperanza de que la industria se colapse a sí misma y explote (risas). Además, este tipo de talent show al final no son una promoción para el que se presenta, sino para el coach de turno, entonces si necesitas eso, es quizás tampoco te va tan bien”.

“Yo voy a decir una frase que es crítica: la tele no es música. La tele es la tele, y se mueve en un mercado y en una dirección que nada tiene que ver con el mundo musical. El problema es que es cierto que la tele es un escaparate, pero vemos que estos programas tampoco sirven para promocionar a los artistas sino al coach o jurado. Los nuevos talentos que han salido de estos programas acaban, con suerte, en ‘Tu cara me suena’, o sitios similares, porque tienes que ir rebotando dentro de la tele, que es donde la gente te conoce. Luego, musicalmente hablando, ¿tú has escuchado algún disco de los ganadores de estos programas? Porque yo no”, manifiesta Celia.

Para Carlos, “el problema de estos programas es que te venden continuamente lo mismo. Cogen temas hechos, que son buenísimos, y los canta gente que, normalmente, son muy buenos intérpretes. Se trabaja con lo que está hecho y se machaca con los grandes clásicos, como si un hubiera nada más allá o nuevo”. “Es que al final acaba ganando una versión de Camarón”, bromea Javi.

La llegada de Internet revolucionó también el panorama y la industria musical, y esto hace que una de las principales vías de ingresos sean los conciertos. “Internet ha hecho mucho daño a las discográficas porque el formato físico ha perdido el valor que tenía hace 10 o 15 años. Creo que las discográficas se han visto atropelladas por Internet, de hecho Spotify o ITunes han sido su forma reinventarse, pero han llegado tarde a frenar las descargas ilegales. Al final, es cierto, que lo que da dinero son los conciertos”, asegura Celia.

“Bueno, sí, los conciertos dan dinero pero se lo dan a los de toda la vida. Estamos hartos de ver cómo cuando viene Metallica o Guns N’ Roses, y las entradas cuestan 200 euros, la gente, aunque sea un precio desorbitado, lo paga. Sin embargo, un festival con 4 o 5 grupos nóveles, la entrada cuesta 10 euros, y la gente no va. Antes tenías que sacar a la gente de un bar para llevarla a otro, y ahora tienes que sacar a la gente de su casa para ir a un bar, y ese camino es más largo”, añade Carlos.

Es cierto que Internet es también un aliado para quienes tratan de darse a conocer porque es un escaparate abierto al mundo entero, aunque muchas veces el ruido no deja encontrar la melodía. “Es muy difícil ‘pegar el pelotazo’ en Internet porque necesitas convertirte en viral y es muy difícil que algo se vuelva viral. No es tan fácil como parece, aunque veamos a gente que por hacer el tonto en casa se vuelven virales de repente, realmente no esperaban conseguirlo, pero si vas buscando esa ‘viralidad’ es una lotería, que te toca o no”, señala Celia.

Cotard, que actuará este sábado en la sala Sensorama Jazz Café (Coslada), tiene claro que sus aspiraciones pasan por seguir disfrutando de la música. “Por mi parte, Cotard aspira a mantenerse, mantener nuestra línea y siempre intentar ir a más en calidad y mejorar la composición, pero creo que la clave es ser un grupo estable”.

Aquí les dejamos el tema 'Será tarde', interpretado en acústico por Celia y Carlos:

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