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Las 20 mejores canciones de David Bowie
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Las 20 mejores canciones de David Bowie

viernes 08 de enero de 2021, 07:53h

El 10 de enero de 2016 el Mayor Tom nos abandonaba para siempre rumbo a Marte. Allí, es de suponer, se produjo el reencuentro con el hombre que cayó a la Tierra y la vendió, también con el suicida Ziggy Stardust y el delgado Duque Blanco. Hoy todos estos héroes y rebeldes nos invitarán a bailar y a cambiar y nosotros, desde aquí, miraremos a las estrellas y pediremos que el hombre que los interpretó a todos resurrezca cual Lázaro.

Algo que será posible escuchando el tremendo legado que nos dejó David Jones, mejor conocido como Bowie, del que rescatamos una pequeña parte, 20 de sus mejores canciones:

Space Oddity

Para el momento en el que apareció 'Space Oddity' en 1969 Bowie llevaba grabando 5 años, primero intentando ser algo parecido a los Beatles y a los Stones, luego como Mod y como cantante de 'Music Hall', se había ido de gira acústica con Bolan haciendo de mimo y había aparecido en un anuncio de helados. Dos años antes de publicar 'Changes' el artista ya había sufrido más transformaciones que la mayoría de cantantes actuales pasan en una vida. Pero fue con esta canción con la que encontró su voz, el Mayor Tom fue su primer gran personaje y el que hizo que el público conociera a Bowie. Quedaban todavía muchos cambios pero, a partir de aquí, debajo de todos los ropajes nuevos siempre se encontrará la esencia del artista. Que comience la cuenta atrás...



The man who sold the world

Quien pensase que una vez conseguido su primer éxito como cantautor acústico y hippie Bowie se iba a quedar quieto durmiendo en los laureles es que no le conocía. Tras la tranquilidad que supuso 'Space oddity' llegó la tempestad de 'The man who sold the world', el primer disco en el que contó con la participación del fundamental Mick Ronson, el guitarrista que definiría parte de su sonido durante su etapa 'glam'. Suyo es el riff que suena en la fundamental 'The man who sold the world', una canción que cobraría nueva vida cuando Nirvana la grabara para su 'MTV Unplugged'.

Life on Mars?

Este listado está hecho de forma cronológica, si fuera por méritos en lo más alto del podio 'Heroes' compartiría espacio con esta enormidad en la que Bowie entrega su mejor melodía acompañada del maravilloso piano de Rick Wakeman y de un espectacular arreglo orquestal a cardo de Mick Ronson. Como guinda del pastel una de las letras más extrañas, y poéticas, de toda su carrera.



Changes

Si Bowie fue conocido como el 'camaleón', éste fue su manifiesto. La canción que abría su primera obra maestra, 'Hunky Dory', es, a pesar de su enorme popularidad, una canción complicada, con las estrofas siendo una especie de parodia de la música que se escuchaba en los 'nigh-clubs' y los cabarets, mientras que el estribilo parece sacado del 'My generation' de los Who. Si la cosa funciona es por la enorme personalidad del cantante que en esta ocasión también saca a relucir su habilidad como saxofonista.



Oh you pretty things

Hunky Dory está lleno de referencias a la obra de Friedrich Nietzsche y en ninguna se nota más que en esta canción con uno de los estribillos más redondos de su carrera, "dejadme que os lo diga más claro, hay que dejar paso al 'Homo Superior'"



Ziggy Stardust

Bowie llevaba tiempo planeando dar vida a un personaje alienígena inspirado en dos de sus artistas norteamericanos favoritos, Iggy Pop y Lou Reed. En concreto, en el animal de escenario que era el primero y en la música del segundo. El resultado sería Ziggy Stardust, el álter ego que le terminaría dando la fama y convirtiéndole en la mayor estrella de rock de Inglaterra. La canción que le nombraba también dejaba guiños a Jimi Hendrix, 'Ziggy tocaba la guitarra... Era zurdo y lo llevó a otro nivel'.

Starman

"Hay un hombre de las estrellas esperando en el cielo, le gustaría venir y conocernos, pero piensa que nos volaría la cabeza..." Pocas veces una letra parece más ajustada a un personaje como esta a Bowie... ¿o a Ziggy?



Rock and roll suicide

La única vez que Bowie tuvo verdaderos problemas para separarse de uno de los personajes que creó fue con Ziggy Stardust, él mismo ha contado como a veces estaba tan metido en el papel que no sabía dónde empezaba uno y terminaba el otro. Y eso que tanto al final del disco como de los conciertos que hizo durante esta gira llegaba 'Rock and roll suicide' en la que se anunciaba el final de Ziggy...

Moonage Daydream

Ziggy era la estrella de rock definitiva para Bowie, alguien que era un arquetipo del "espero morir antes de hacerme viejo" de los Who, mezclado por su pasión con la ciencia-ficción. En 'Moonage Daydream' se cuenta su creación mezclando religión, rebelión, romance y libertad sexual, también uno de sus riffs de guitarra más potentes.



The Jean Genie

Bowie definió 'Aladdin Sane' como 'Ziggy se va a América' y 'The Jean Genie', su canción más conocida, es prueba de ello. Su particular versión del blues-rock, con mezcla, nuevamente, de Iggy Pop y la Velvet.

Rebel rebel

Esta es la canción que más versiones recibió en los días posteriores a su muerte. Es entendible, es una de las más pegadizas y directas, además de ser su despedida del glam, dejando su mejor riff en el camino.



Young Americans

Si 'Diamond dogs' fue su primer coqueteo con lo que se conoció como su etapa 'Plastic soul', 'Young americans' fue su inmersión definitiva en ella. Bowie ve recompensado su amor por la música soul con otra de sus mejores canciones, una que se ve bendecida por unos maravillosos coros gospel a sugerencia de Luther Vandross.

Station to station

La presentación de otro de sus personajes fundamentales, el delgado Duque Blanco. Es también la canción más larga de su carrera, sobrepasando los 10 minutos de duración.



Sound & Vision

'Low' es el disco más rompedor y experimental de su carrera pero también tiene canciones tan maravillosas y directas como 'Sound & Vision'. Claro que el sintetiador de Brian Eno ya nos dice que estamos en una nueva etapa.



Heroes

La mejor canción de su trilogía berlinesa, (y junto a 'Life on Mars?' la mejor de toda su carrera) es este himno en el que Bowie nos dice que podemos ser héroes, aunque solo sea por un día. Claro que lo alienígena es seguir siéndolo tras 12 discos de estudio, abriendo nuevos caminos con cada uno de ellos. Una canción gigante que demuestra que, a pesar de todo, la humanidad dejará un legado tras de sí. Si la guitarra de Robert Fripp es una maravilla, la verdadera triunfadora de la canción es la voz del propio Bowie.



Ashes to ashes

11 años después de dejarle vagando por el espacio exterior Bowie retoma al Mayor Tom y nos confiesa que se ha convertido en un 'yonqui'. 'Ashes to ashes' se convirtió en el maravilloso epitafio de Bowie a los 70 y en su bienvenida a los 80. Una nueva generación estaba tomando notas.



Let's dance

Con su segundo disco de la década, Bowie decidió convertirse en una estrella pop. Para ello contó con la ayuda del gran Nile Rodgers en la producción y en su guitarra rítmica funky para convertir este caramelo en uno de sus mayores éxitos. Como guinda un solo de Stevie Ray Vaughan.



I'd rather be high

A mediados de los 80 Bowie se fue perdiendo y comenzó su declive artístico. A pesar de cosas interesantes como 'Thursday's child' o 'Heathen' su verdadero renacimiento artístico se produjo cuando volvió, tras diez años de silencio, con 'The next day' en 2013. Un disco en el que se miraba (sin ira) hacia su (glorioso) pasado y en el que Bowie ejercía de Bowie sin escudarse en ningún alias. Allí había grandes canciones, pero mi favorita es 'I´d rather be high', una canción en la que vuelve a demostrar el gran compositor de canciones que es, a medio camino entre el pop sesentero y el glam, con una de esas melodías al alcance de muy pocos.



Blackstar

Si 'The next day' le puso en términos con su pasado, con 'Blackstar' volvió a mirar al futuro con una obra arriesgada en la que el autor de 'Hunky dory' buscó nuevos ropajes para sus canciones. Un disco con el que el 'camaleón humano' se despidió volviendo a mudar de piel. La canción que le da título, un tema de casi diez minutos de duración en el que Bowie empasta dos canciones distintas como ya hiciera en 'Station to station' es una maravilla que comienza con una primera parte arriesgada y amenazante en la que los solos de saxo se mezclan con una melodía gótica, a ratos gregoriana, apoyada en una batería incesante. La segunda parte es una gozada, una especie de balada mística que se emparenta con lo mejor de su discografía.



Lazarus

Cuando publiqué la crítica del disco, tres días antes de su muerte, dije de esta canción que era "una canción envuelta en melancolía con un aire a los mejores pasajes de 'Low' pero que, a la vez, suena diferente. Un absoluto triunfo que se vuelve a beneficiar de un magnífico solo de saxo y que le sirve, líricamente, para repescar su papel de alienígena en la película de 1976 'El hombre que cayó a la tierra'". Lo que no sabía es que era, además, el mejor auto-epitafio posible del hombre que definió la música de los 70. Alguien que acepta su mortalidad y nos regala su arte antes de partir definitivamente: "Mirad aquí, estoy en el cielo, tengo cicatrices que no se pueden ver...". No es de extrañar que la eligiéramos como mejor canción de 2016.

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