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Ciclista por la Gran Vía
Ciclista por la Gran Vía (Foto: Diego Sánchez (MDO))

La nueva Gran Vía estará lista en el verano de 2018 y tendrá carril bici

miércoles 25 de enero de 2017, 14:54h
Madrid va definiendo su proyecto de reforma de Gran Vía, en el que estudia incluir carriles bici en las pendientes desde Plaza de España y Cibeles, además de la ampliación de las aceras. Las obras comenzarán a finales de este año, se compatibilizarán con la próxima campaña navideña y estarán listas en verano de 2018.

Madrid dejará de ser una calle de paso en el verano de 2018. El Ayuntamiento se ha dado tres meses para redactar el proyecto y otros seis para la licitación, con lo que las obras podrían empezar a finales de año. "Son relativamente sencillas, pero no van a terminarse en tres meses. Yo creo que para el próximo verano estaremos en disposición de abrir esa nueva Gran Vía y que la gente la disfrute", ha indicado en una entrevista a Madridiario el delegado de Urbanismo, José Manuel Calvo. El Ayuntamiento prevé una inversión de 5 millones de euros para la ejecución del proyecto, que empezará con una partida de 800.000 euros este año.

El Ayuntamiento tiene bastante avanzado el diseño de la sección de la Gran Vía, que lucirá pavimento continuo. "Dos carriles por sentido, uno para transporte público y otro para transporte de mercancias y residentes", recuerda el edil. Además, el proyecto que se va a plantear incluye "un carril bici, un itinerario ciclista segregado del resto de carriles en sentido subida, porque es una calle con mucha pendiente, donde los ciclistas más experimentados pueden subir a buen ritmo", pero no los demás. El objetivo es que "un ciclista aficionado pueda utilizarla de una manera cómoda y sin verse en una situación comprometida".

En concreto, habrá carril bici en ambos sentidos para subir las pendientes desde Cibeles y Plaza de España hasta la parte central y más llana de la Gran Vía. "El usuario tendrá un espacio propio para subir en pendiente, pero en la bajada no. En la bajada, puede ir a un ritmo similar al vehículo, porque hay que apostar también por la pacificación del tráfico". Las bajadas serán ciclocarriles, compartidos con el tráfico privado.

Con esta reducción de carriles de tráfico (uno por sentido), la Gran Vía estará totalmente integrada en el Área de Prioridad Residencial (APR) que está prevista para el distrito Centro y que podría ponerse en marcha a la vez que finalicen las obras de esta céntrica arteria. "Hay que entenderla dentro del proyecto global", señala Calvo, descartando que la Gran Vía vaya a suponer una división de la gran APR en dos zonas. "Tiene que ser una calle para el desplazamiento en transporte público y peatonal. También para residentes de la zona y para resolver la carga y descarga. Es una calle en la carga y descarga tiene gran peso porque sirve a comercios de todo el entorno, no solamente de la Gran Vía. Esa función tiene que mantenerla y reforzarla", resume.

Consulta ciudadana

La reforma de la Gran Vía es "una medida estratégica del Gobierno, que apuesta por cambiar el sistema de movilidad de esta ciudad", según el delegado. No obstante, se va a preguntar a los madrileños en la gran consulta de febrero "si está de acuerdo". Además, con esta encuesta se "podrán ajustar algunos de los aspectos" de la actuación. "Nos llega de una manera un poco intuitiva que mayoritariamente la medida ha sido bien aceptada", sugiere Calvo.

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