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'Manchester frente al mar': cuando no hay redención posible

jueves 02 de febrero de 2017, 17:57h
Los elementos con los que juega 'Manchester frente al mar' no son nada nuevo, un alma perdida tiene que ajustar cuentas con su pasado y sacar fuerzas de flaqueza para hacerse cargo de alguien, en este caso un sobrino adolescente. Con este material lo normal es que se imponga el punto de vista esperanzador, el protagonista logra encontrar algo nuevo que le ayuda a superar su tragedia, o, en menos ocasiones, uno totalmente trágico en el que no se nos deja nada para agarrarnos. Lo que logra Lonergan con su película es un difícil equilibrio en el que no da soluciones fáciles, hay cosas que no se pueden superar, pero la vida, a pesar de todo, tiene que continuar.

Todo en la película cuadra con precisión, desde el magnífico reparto, con un Casey Affleck rozando la perfección, hasta la puesta en escena y la música. Y aun así contemplando esta película no tienes la impresión de estar viendo una ficción sino la vida transcurrir. Lonergan vuelve a demostrar con su tercera película que su cine bebe en las mismas fuentes que sus compañeros de generación, Richard Linklater y Alexander Payne, creando un cine de pequeñas cosas, de conversaciones que parecen intrascendentes pero que son las que conforman eso a lo que llamamos la vida.

En 'Manchester by the sea' seguimos a Lee Chandler, un conserje que vive en un sótano-habitación más dispuesto a buscar pelea que a interaccionar con otras personas. Cuando su hermano mayor muera y tenga que volver al pueblo donde creció y vivió gran parte de su vida para hacerse cargo de su sobrino iremos conociendo las enormes taras que lo aquejan y la tremenda sombra que se cierne en su pasado. Lee, el personaje de Affleck, sobrevive más que vive, su relación con su sobrino será tensa aunque se note que ambos se aprecian. Pero 'Manchester frente al mar' no sigue caminos trillados, la relación con su sobrino y los fantasmas de su pasado, como su ex mujer o su ex cuñada, no harán que se redima completamente. Es una película realista y honesta con su personaje principal. Los dos personajes femeninos antes mencionados también han tenido que lidiar con sus tragedias personales y ellas sí que han intentado moverse hacia adelante, tampoco queda muy claro si lo han conseguido. El protagonista desde luego sabe desde el minuto número uno que él no. No hay redención posible ni historia de superación, el pasado seguirá formando parte de su maleta emocional toda su vida, aunque al final haya sitio para otras cosas, como un cuarto extra.

Una de las mejores cosas que hace Lonergan y la película es no mentirnos, no pintarnos una realidad en rosa en los 'flashbacks' del pasado. Lee lo ha perdido todo pero lo que ahora parece el paraíso, no era más que una vida normal, con sus peleas o sus desilusiones, parecida a la que pueda llevar todo hijo de vecino. No busca la lágrima fácil e incluso mete ciertos toques de humor, nada del otro mundo, pinceladas de vida, reír y llorar.

Hay que hacer un aparte para hablar de la actuación de Casey Affleck, un prodigio de contención que solo explota en los momentos oportunos, su escena junto a Michelle Williams (que interpreta a su ex mujer) debería entrar desde ya en el panteón de las mejor interpretadas de la historia (a la altura de la de Brando y Rod Steiger en 'La ley del silencio').

Si 'Puedes contar conmigo' fue una notable ópera prima y 'Margaret' ostenta el título de obra de culto (rodada en 2005 no se estrenó hasta 6 años después en una versión editada por el estudio) ahora con 'Manchester frente al mar' consigue la película redonda que le sitúa en la cúspide de ese realismo cotidiano de otros maestros del indie americano como los mencionados Linklater o Payne.

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