Difícil no referirnos una y otra vez al presidente de EE.UU. que directamente y a través de miembros de su equipo ya ha irrumpido en el debate acerca de la fortaleza del dólar o de la política que considera de devaluación competitiva de Alemania, Japón o China. De momento los mercados eligen quedarse con lo que identifican como fondo (inversión pública, menos impuestos, menor regulación…) y miran hacia otra parte en lo que se refiere a las formas. ¿Cuánto durará un periodo así? Uno de los asesores más influyentes del nuevo presidente es Steve Bannon, nuevo miembro del Consejo de Seguridad Nacional: “Quiero llevar la situación a un colapso que destruya todo lo hoy establecido” declaraba en 2013. Los mercados no podrán dejar a un lado durante mucho tiempo lo literal. Pero EE.UU. no puede servir para ocultar lo que ocurre en Europa y las potenciales consecuencias de su actualidad política. La QE esconde mucho. A pesar de eso, la prima de riesgo de Francia e Italia nunca ha sido tan alta desde que comenzase a aplicarse en marzo de 2015. Hasta 70 pb ha subido la francesa y 188 pb la italiana. Los bonos franceses, considerados una extensión de los alemanes, cada vez se acercan más a los italianos, los mayores emisores europeos de deuda pública y que afrontan este año un duro calendario de emisiones. Mientras Alemania reduce su deuda pública al 67% del PIB, lo contrario ocurre en Francia que la sube al 98%. Tampoco en Europa pueden los mercados estar mucho tiempo al margen.