La mezcla de la preocupación por la campaña de las presidenciales de Francia y la creciente expectativa por un alza de tipos de interés en Estados Unidos es lo que está moviendo a los mercados desde hace días. Que habrá subidas de tipos de interés en Estados Unidos este año es algo que nadie cuestiona, sobre todo después de que la pasada semana la presidenta de la Fed dijese que probablemente la institución debería subir los tipos de interés en alguna de sus próximas reuniones, y después de que hace dos días miembros de la institución sugiriesen que podrían votar por una subida de tipos en su próxima reunión los días 14 y 15 de marzo. También, la publicación de las actas de la última reunión deja pocas dudas al respecto. No es claro el momento, pero sí que el escenario económico actual, con un empleo sólido y una inflación que se ha acelerado, es propicio para ello. Mientras tanto, Eurostat confirmaba ayer que la inflación de la zona euro alcanzó el 1,8% en tasa anual en el mes de enero, muy cerca del objetivo del BCE. Sin embargo, a diferencia de la Fed, el dato no incita a plantear en el BCE ningún cambio en su política monetaria. Recientemente lo dejó muy claro su presidente al señalar que la institución no ajustaría su política monetaria para contener una inflación que consideraba temporal, afectada por los precios de la energía. De hecho, los precios de la energía aumentaron en enero un 8,1%, de forma que la inflación subyacente queda en el 0,9%.