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El futuro de Europa: escenarios para 2025

miércoles 01 de marzo de 2017, 19:26h

A las 3 de la tarde del 1 de marzo de 2017, cumpliendo su compromiso el Presidente del Ejecutivo europeo, Jean-Claude Juncker, hacía público el documento que presentaba al Parlamento Europeo. Un documento esperado de vital importancia y trascendental para los futuros años en el desarrollo del proceso de integración de la Unión Europea, ante un escenario dominado fundamentalmente por un hecho tan insólito como la proyectada salida de Gran Bretaña de la Unión.

Pero no es este hecho el que va a definir el referido documento, no es una toma de posiciones concreta sobre los escenarios del Brexit tan aérea y poco definida como la que ofreció Theresa May en su Libro Blanco en el que simplemente enunciaba que protegería la fortaleza del Reino Unido, que controlaría la inmigración, que protegería los derechos de los trabajadores, que realizaría un acuerdo comercial con la Unión Europea, que lucharía contra el crimen y el terrorismo. Es decir, las grandes líneas rectoras de su negociaciones sobre las que no ofrecía ninguna propuesta, en una palabra un bla bla bla para tranquilizar al Parlamento.

Lo que ahora ofrece el Presidente de la Comisión Europea es algo muy diferente, es sin más una reflexión en 20 páginas sobre el devenir del continente y los posibles escenarios a los que se enfrenta la Unión Europea en caso de que los Estados adopten diferentes perspectivas acerca de un ambicioso futuro y el papel que la Unión Europea puede y debe desempeñar en él.

El documento, por tanto, no es una reflexión enteramente sobre el pasado volviendo la vista a las figuras que proyectaron esta Unión de Estados y de ciudadanos, sino precisamente valora los retos a los que ahora se enfrenta la Unión en un escenario cambiante y extremadamente complejo. En este sentido plantea cinco escenarios que aspiran a reabrir el debate sobre el futuro de Europa ofreciendo cinco posibles caminos que conducirían a cinco realidades diferentes de construir La Unión Europea.

Todos parten de la base de que son 27 Estados miembros los que avanzan al unísono. Por tanto, el Libro Blanco está diseñado para la Unión Europea a 27, no incluyendo al Reino Unido, pues ya no le compete opinar sobre el futuro de la Unión de que el Gobierno británico invoque el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea para comenzar las negociaciones de salida.

En el primero escenario, la Comisión Europea, valora cómo posible que las cosas continúen como están, es decir, pese a las amenazas y los retos a los que Europa se enfrenta en un escenario internacional, con una globalización en pleno auge, pero también con un rebrotar de posiciones proteccionistas, es posible permanecer estáticos si los Estados de la Unión consideran que no es necesario evolucionar. Entonces la Unión Europea a 27 hasta el año 2025 focalizaría su atención sobre la creación de trabajo, el desarrollo del crecimiento, la inversión y el reforzamiento del mercado único. Es evidentemente un escenario que resulta poco ambicioso.

En el escenario número 2 se fija como protagonista al Mercado Único, robusteciendo la expresión de la Europa de los mercaderes, en la que solo estuviesen los aranceles abolidos libertad de circulación de capitales, libertad de establecimiento, y sobre todo, libertad de circulación de trabajadores. Gran Bretaña hubiera asumido este escenario pero sin aceptar la libre circulación de trabajadores y espera llegar a un acuerdo comercial ventajoso con la Unión Europea.

En el tercer escenario se plantea funcionar como en la actualidad pero dentro de lo que se ha dado en llamar una Unión a varias velocidades, es decir, países que avanzan más en ciertas materias. Es un escenario más ambicioso pero muy complejo, con dudas sobre la trasparencia y la efectividad del progreso derivado de la Unión.

Un cuarto escenario plantearía retroceder en algunos escenarios pero añadiendo mayor eficiencia y cooperación en los ámbitos estratégicos. Áreas como el desarrollo regional, la salud pública, empleo y política social quedarían al margen, en lo que no estuviera relacionado con el Mercado Único. Los ciudadanos entenderían mejor la actuación de la Unión Europea en estos ámbitos prioritarios.

Un último escenario estaría el más ambicioso, algo así como la continua pretensión federalista que tomaba como lema “más Europa”. Se trata de avanzar en la construcción europea agilizando la toma de decisiones y asumiendo una única voz ante las organizaciones internacionales. Defensa y seguridad serían prioritarios, lo que corresponde a la situación planteada por la nueva presidencia de los Estados Unidos de exigir a la Unión Europea que asuma económica y políticamente su defensa, si bien la OTAN sería complementaría.

En este escenario último se plantea el problema que la Unión Europea tiene fundamentalmente que es el referido a la comprensión de los ciudadanos. Los ciudadanos tienen que asumir que la Unión Europea tiene y debe desarrollar esas competencias ambiciosas sin que ello suponga el desmantelamiento de los Estados. En todo caso, explicando muy bien por qué asume competencias exclusivas, compartidas y de apoyo y evitando que el distanciamiento de la sociedad se produzca por una falta de información o de comunicación.

En una palabra, el Libro Blanco sobre el futuro de Europa, no es más que una profunda pero también triste reflexión que desde el Ejecutivo se hace para que se asuma esta realidad ante una crisis evidente de la Unión y sólo hay un mensaje que sobrepasa una enunciación de escenarios hacia atrás pues sólo el último se fundamenta en la construcción actual. Esa frase es el alegato de hacerlo unidos, es decir, que los compromisos firmados en los Tratados sobrevivan a esta tormenta producida por agentes exteriores, por una debilidad en la construcción económica y social de la propia Unión Europea y en un ambiente muy vinculado a una profunda crisis de valores en un mundo cambiante dominado por enormes transformaciones tecnológicas.

No dudamos que sólo hay un escenario que es el quinto, pero permítame lector, mientras las grandes cabezas pensantes de los políticos actuales de la Unión resuelven en qué escenario aterrizamos, acabemos este escrito con un verso grato de Neruda sobre el futuro:


“El futuro es espacio,
espacio color de tierra,
color de nube,
color de agua, de aire,
espacio negro para muchos sueños,
espacio blanco para toda la nieve,
para toda la música.”

* Por Rogelio Pérez Bustamante. Catedrático Jean Monnet.

Rogelio Pérez-Bustamante

Catedrático Jean Monnet ad personam

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