El otrora grande y europeo Sevilla pegó el petardo en el peor momento de la temporada: en el torneo que más ilusión le hacía esta temporada, la Liga de Campeones. Y no por méritos de un Leicester peleón, sino por defectos propios: autoexpulsión de Nasri y penalty fallado por N'zonzi (2-0).
Si los de Sampaoli se confiaron en la ida del Sánchez Pizjuán, encajando un gol tonto cuando lo vieron fácil para ampliar la ventaja de dos tantos que llevaban, este martes tampoco empezaron bien el encuentro ante un Leicester cuya única arma era el juego directo y llevarse casi todos los balones divididos. Por falta de atención, encajaron un gol, de Morgan, en el minuto 26 a balón parado.
Después los andaluces apretaron pero sin precisión en el último pase y así con ese 1-0, suficiente para que los ingleses se clasificaran, ambos equipos se fueron a vestuarios. Tras la reanudación, en otro balón ganado en segunda jugada, en el minuto 53, Albrighton duplicaba la ventaja, aunque un gol del Sevilla le metía en la prórroga.
Y llegó el momento del suicidio, porque poco después Nasri se autoexpulsaba de manera tonta, y, por si fuera poco, en pleno ataque sevillista, N'zonzi fallaba un penalti, tirado de manera pésima. Los últimos minutos fueron de agobio andaluz pero Schmeichel se mantuvo muy seguro. Adiós a la Champions, donde el Eurosevilla campeonísimo de tres Ligas Europas consecutivas no dio la talla.
Sevilla: Sergio Rico; Rami, Pareja, Mercado, Escudero; Sarabia, Nasri, N'Zonzi, Iborra; Vitolo, Jovetic. Leicester: Fuchs, Huth, Morgan, Simpson; Mahrez, Ndidi, Drinkwater, Abrighton; Vardy, Okazaki. Arbitró el italiano Daniele Orsato.
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