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'Emilia': dos sexos, pero una sola moral

'Emilia': dos sexos, pero una sola moral

martes 14 de marzo de 2017, 12:03h

Escritora, articulista, ensayista, dramaturga, madre, amante fogosa, luchadora, algo petulante y vanidosa pero, sobre todo, mujer libre en un momento en donde a la mujer simplemente no se le concedía un lugar, por mínimo que fuese, en el cuerpo social, dominado totalmente por el hombre. Esa es, en pocas palabras Emilia Pardo Bazán (1852-1921), la novelista coruñesa que introdujo el naturalismo en la literatura española, aunque también una notable poeta y una prolífica, esforzada y aguda crítica literaria (entre 1831 y 1893, por ejemplo, publicó la revista Nuevo Teatro Crítico, redactada por ella en su totalidad).

Ahora un monólogo, ‘Emilia’, escenifica la profunda decepción y hasta amargura de la escritora gallega por habérsele cerrado las puertas de la RAE, no por falta de méritos literarios y académicos, sino simplemente por el mero hecho de ser mujer. El lúcido, profundo y divertido texto es de Noelia Adánez, la dramaturgia y la acertada dirección del montaje lo firma Anna R. Costa, y la fresca y estupenda interpretación corresponde a la onubense Pilar Gómez. Las representaciones tienen lugar en el Teatro del Barrio, en Madrid, y esta es la primera obra de una trilogía que pasará por esta sala alternativa en próximas fechas bajo el título Mujeres que se atreven.

El texto ha tomado como base la correspondencia real entre la autora gallega y Benito Pérez Galdós, con quien mantuvo un apasionado romance (“Yo haría por ti no sé qué barbaridad”), pero la situación dramática que ha creado Noelia Adánez y llevado a escena Anna R. Costa, sin embargo, no fue real, aunque crea un juego dramático intenso metateatral y eficacísimo, ya que Emilia, encarnada por Pilar López, se dirige directamente al público durante la hora larga de representación, como si este estuviera compuesto realmente por los miembros de la RAE de finales del XIX. Entre ellos, Juan Valera (“su trasero no cabe en un sillón de la Academia…”), José Zorrilla (“las mujeres que escriben son un error de la naturaleza”), Leopoldo Alas Clarín (que la había tachado públicamente de marimacho y de puta), y tantos otros hombres de la época que, por acción o por omisión, secundaban la misoginia que inundaba la sociedad decimonónica y que, si uno se para a pensarlo un poco, no es muy distinta de la de dos siglos después. No hay más que mirar a las universidades, la administración pública, las empresas o a los sindicatos y los partidos políticos para asegurarlo a pies juntillas.

Pardo Bazán era una mujer tenaz hasta la extenuación del contrario y tenía un extraordinario sentido del humor y esas dos circunstancias le ayudaron mucho en su intensaactividad social y política. Fue consejera de Instrucción Pública, presidenta del Ateneo madrileño, activista feminista y profesora de Literaturas Románicas en la Universidad de Madrid, cátedra que se creó para ella y en donde estuvo dando clases desde 1916 hasta su muerte.

Pilar Gómez, ataviada con un elegante vestido de época, y tocada por un airoso sombrero (el vestuario es de Ana Labrador), no para de abrir y cerrar con gracia un abanico para hacer frente al intenso calor de la docta casa de las Letras, absolutamente inundada de humo, y con un olor a tabaco que impregna hasta las cortinas. En realidad es Doña Emilia, que se ha plantado allí, delante de los académicos, para que de una vez estos la oigan, después de haberle negado ya en dos ocasiones la posibilidad de sentarse allí, aún contando con muchos más méritos que la mayoría de ellos (“todo el mundo sabe que ser académico no implica ser buen escritor”).

Y así, entre verdades como puños y sonrisas permanentes, discurre un monólogo lleno de ingenio, de ternura, de amor por la literatura y por una mujer que no renunció nunca a ser ella misma, por encima de todo y de todos, incluido su marido (“me mueve tanto el amor como la literatura”). Calaron muy hondo en la condesa de Pardo Bazán las palabras de su padre que, siendo niña, le inculcó algo que Emilia llevaría siempre a la práctica: “los hombres son muy egoístas. Si te dicen que no puedes hacer algo por ser mujer, es mentira. Porque no puede haber dos morales para dos sexos”.

Con todo, y aunque las cosas han cambiado algo, no están tampoco para tirar cohetes poco más de un siglo después de la época de Pardo Bazán. Por seguir el mismo parámetro de la autora de ‘Emilia’, no hay más que mirar la proporción actual entre hombres y mujeres en la RAE para confirmarlo…

‘Emilia’

Texto: Noelia Adánez

Dramaturgia y dirección: Anna R Costa

Intérprete: Pilar Gómez

Ayudante de dirección y producción: Pablo Esguevillas

Iluminación: Raúl Baena

Espacio sonoro: Inaki Rubio

Peluquería: Montse Ortega

Sombrero: Biliana Borissova

Teatro del Barrio,Madrid

Próximas fechas: 19 y 26 de marzo de 2017

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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