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Lo que me enseñaron

José Manuel Cidre Mascato

Señor director:

Ya voy teniendo algunos años pero cuando miro hacia atrás no veo la posguerra, ni la guerra civil, todo eso me lo contaron.

Fuí un niño de "los ochenta", sí, esos años que ahora están de moda en la televisión, la publicidad, los libros, las redes sociales...

En aquellos (¿lejanos?) ochenta, a mí al menos, me enseñaron una serie de cosas bastante claramente, y a raíz de algunos acontecimientos sucedidos hace poco, cada vez parecen estar menos claras.

Me enseñaron que en un debate, discusión o controversia, lo más importante son los argumentos, haberte informado, haber leído, tener preparado el tema de que se trate. Me enseñaron que, con razones de peso, no sólo puedes hacer prevalecer tu opinión, sino que eso, en sí mismo te revaloriza como persona, aumenta tu reputación. Que es válido salpimentar tu discurso con ironía e ingenio, siempre que quede claro que sabes bien de qué hablas. Me enseñaron que el chiste fácil, el chascarrillo, y sobre todo, la burla, la mofa o el insulto son las armas que usan siempre los que tienen vacío el arsenal de la inteligencia. Y me enseñaron que todo esto debía salir de tí, de tu educación, y que ninguna autoridad debería perder su tiempo en tener que recordarlo. En línea con esto mismo, me enseñaron que lo cortés no quita lo valiente; que saludar al oponente, respetarlo como persona, preocuparme por su situación personal y por ello, preocuparme de sus enfermedades, dolerme con sus pérdidas, alegrarme con sus restablecimientos.., me hacían mejor persona y ayudaba a la convivencia, que, en el fondo, es de lo que se trata.

Me enseñaron una frase, al parecer inadecuadamente atribuída a Voltaire, "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo". Y parece que en 2017 la libertad de expresión se define como la libertad de que expresen cosas que me gusten, o estén de acuerdo conmigo.

Eran todavía años duros, y la organización terrorista ETA atentaba con frecuencia. Pues fijaos en lo que me enseñaron. Me enseñaron que, una cosa era ETA y otra los vascos, me enseñaron que generalizar siempre es injusto. Pues parece que hoy habría que recordar que, los musulmanes no son ISIS, que los cristianos no son el Yunque, que los rumanos, chinos, etc. no son las mafias, por fácil que nos resulte meter a todos en el mismo saco y acabar pronto. Hay que recordar que, para poder opinar también hay que trabajar un poquito, y poner a trabajar esas células tan preciadas que llamamos neuronas.

Fuí a un colegio católico concertado, y, algunos se sorprenderán, coincidí en las mismas aulas con jóvenes judíos y mormones. No recuerdo ninguna discusión, por diferencias religiosas, y nadie ocultaba su identidad. En una época en que los belenes u otros símbolos religiosos son motivo de polémica, a mí me enseñaron, sin decir nada, que se puede y se debe convivir siendo diferente, y sin que nadie tenga que renunciar a los símbolos que ama.

No sé lo que habrá pasado desde entonces hasta ahora para que haya que recordar tan de continuo, cosas tan elementales. Tiendo a pensar que entre la LOGSE y la telebasura pueden tener buena parte de la culpa de que haya que ponerse, desde el principio, a enseñar a dialogar, enseñar a convivir, a la sociedad española.

José Manuel Cidre Mascato

Málaga

Psicólogo

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