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El futuro político en tiempos de mudanza y cambio social: el socialismo

jueves 20 de abril de 2017, 11:40h

La crisis capitalista le está pasando factura a las izquierdas y el progresismo. La derrota política por el aumento del paro, más recortes sociales; menos sueldos, pensiones y derechos laborales, no la están sufriendo las derechas, los neoliberales y los partidos que apoyan a los ricos y los multimillonarios, sino las izquierdas, insisto. Siendo los neoliberales los que están imponiendo esas duras condiciones vitales.

La crisis de 2008 ha sido muy dura y no solo en lo económico. Ha generado más pobreza y desigualdad, pero son precisamente los partidos no liberales los que están sufriendo el castigo. Esto tiene una explicación y ha sido la victoria cultural del neoliberalismo, el capitalismo, el consumismo y las ideas de llamada “revolución conservadora” las que han triunfado. Al haber calado la idea de que todas somos clase media, que no existe clase obrera, no hay lucha de clases y la izquierda está pasada de moda, no tiene ideas y es conservadora. Esto ha sido demoledor. Pero gran parte de esta culpa la tienen también las viejas izquierdas oficiales colaboracionistas del Sistema y las nuevas clases medias con titulación superior, que rebeladas ante su ausencia de expectativas de poder vivir y trabajar como sus padres expresan una radicalidad interclasista. La ausencia de sueños de cambio social es decir el tránsito hacia el socialismo y la igualdad, ha conducido a una sociedad miedosa, sin ideales y sin ideas más allá de la política espectáculo.

El arduo trabajo del capitalismo y del sistema de liquidar al socialismo marxista, al socialismo de clase, al comunismo, al Trabajo organizado ha tenido éxito. Al menos por ahora. Pero la política, la lucha social, el Trabajo organizado es faena de corredores de fondo, no de teatrillos. Siendo cierto que los tiempos han cambiado y las generaciones actuales han sido educadas con una presión mediática y cultural neoliberal mucho más abrumadora que las ya veteranas, lo cierto es que viven un retroceso sin precedentes desde los años noventa del siglo pasado.

Todas las conquistas de los abuelos y padres de la actual generación que accede al trabajo y/o la vida adulta, están siendo reventados por el Sistema. Además los nuevos profetas postmodernos les cuentan que los mayores se vendieron y claudicaron y no que luchando, incluso con muertes, les consiguieron las becas universitarias que ahora el PP les roba, la sanidad pública o sus pupitres y bibliotecas y que todo eso ahora se lo están hurtando. Pero les están robando algo mucho más grave y es su futuro y su derecho a una vejez digna. Antes a una madurez tranquila. El precariado se ha instaurado con dureza extrema, con crueldad criminal y esto convierte el problema en una cuestión de clase, no de edad.

Las personas jóvenes precarias e incorporadas muy tarde al empleo sea por cuenta ajena o propia apenas habrán cotizado una miseria y eso llevará a que no tendrán una vejez digna y una sanidad pública adecuada a partir de la madurez, incluso sino se remedia se puede producir el que tengan que vivir de sus hijos cuando sean mayores –que todo llega- o de los comedores sociales y las ONG de caridad, advirtiendo que ese negocio va viento en popa en sustitución liberal del estado del bienestar.

La clave estaría en que el Trabajo de vuelva a organizar. Seamos capaces de dotarnos de sindicatos de clase potentes y combativos y de partidos del Trabajo no posmodernos.

En estos momentos si no nos ciega el papanatismo postmoderno podemos comprobar que al sistema le preocupan más que los socialismos se vuelvan a organizar y que las socialdemocracias basculen a la izquierda y regresen a sus orígenes que otra cosa. El acoso contra Corbyn en Gran Bretaña o el ninguneo a Hamond en Francia, son un claro ejemplo de lo que puede pasar si las plataformas que apoyan a Pedro Sánchez triunfan en el PSOE. El Sistema en los EE.UU prefirió apoyar a la corrupta Hillary Cinton antes que permitir a un viejo socialista, Sanders, disputarle la presidencia a un loco y fascista Trump. En Francia prefieren a Marine Le Pen antes que ha Hamond. En España volverán a torpedear a Sánchez en una campaña feroz si no se aviene a colaborar y si no al tiempo.

Por eso hay que reorganizar políticamente el socialismo, pero el socialismo anclado en la acción y en las clases trabajadoras veteranas y nuevas, en los nuevos y nuevas jornaleras que ahora llamamos precarios. Resistir frente a la batalla cultural y mediática liberal/conservadora y de la Unión Europea tan destructiva de los intereses populares. Nadie dijo que fuera a ser fácil. No lo será pero vamos a comenzar sin miedo y sin dar un paso atrás la reorganización del Trabajo.


Carlos Martinez es secretario de Alternativa Socialista y Socialistas y politólogo

Carlos Martínez García

Politólogo y ex portuario. Miembro de la plataforma socialista pro PSF.

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