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¿Sabemos reconocer una mentira?

¿Sabemos reconocer una mentira?

viernes 21 de abril de 2017, 10:27h

Se dice las mentiras tienen las patas muy cortas, pero no son las patas las que nos alientan y visan de estas mentiras, sino los gestos.

La cara es la parte de cuerpo que generalmente se utiliza para esconder las mentiras. Solemos usar sonrisas falsas o gestos de confirmación pero más allá de esto, aunque intentemos mentir, nuestro cuerpo revela esos engaños puesto que, mostramos incoherencias entre los gestos faciales y corporales.

Existen numerosas señales, la mano que tapa la boca nos indica engaño, pues inconscientemente el cerebro le ordena que intente eliminar las palabras que dice el individuo y que sugieren engaño. En ocasiones, se intenta disimular propiciando una tos falsa y en consecuencia taparse la boca. Por otra parte, si la persona se tapa la boca mientras usted habla, esto podría indicarnos que dicha persona percibe que usted puede estar propinando mentiras o escondiendo algo.

A veces, el gesto de tocarse la nariz puede indicarnos la falsedad de lo que se dice. Aun así, se debe ser cauto y valorar las posibles causas de tocarse la nariz, como puede ser un resfriado, una alergia determinada, etc. Podríamos preguntarnos, ¿por qué me pica la nariz cuando miento? La respuesta es sencilla, se debe a que cuando la persona miente, el organismo libera unas sustancias químicas llamadas catecolaminas que producen una inflamación del tejido interno de la nariz, además de producirse un aumento de la presión arterial, amentando el volumen de sangre. El picor ocasionado por estos motivos genera el rascado.

Cuando observamos que la persona con la que estamos manteniendo una conversación tira del cuello de su camisa o fular, estaremos ante una mentira. Esto se debe a que las mentiras provocan hormigueo y picor en los tejidos de la cara y cuello. Si la persona sospecha que le pueden pillar la mentira, se produce un aumento de la presión sanguínea y genera que el cuello comience a sudar.

Si un adulto no desea mirar algo, tendemos a taparnos los ojos. Si un varón está mintiendo, se frotará los ojos, fuerte; sin embargo, si una mujer está mintiendo se acariciara suavemente debajo del ojo, generalmente debido a su necesidad de no estropear el maquillaje.

Inconscientemente, realizamos gestos que marcan la veracidad o falsedad de lo que decimos. Por este motivo, aunque deseemos mentir, las incongruencias que mostramos nos delatarán siempre. No podemos olvidar, que el cuento de pinocho no es ficción, sino realidad.


Análisis elaborado por Paloma López & Rocío Gavilán, del gabinete 'Psicología Velázquez'
Calle Velázquez 53, Madrid - 650541532
www.psicologiavelazquez.com


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