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Susana Díaz, de San Telmo a IFEMA y viceversa

Susana Díaz, de San Telmo a IFEMA y viceversa
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(Foto: PSOE Andalucía)
miércoles 10 de mayo de 2017, 08:53h

Susana Díaz es la tercera candidata que se sumó al dúo de aspirantes a liderar el PSOE, siendo la segunda vez que una mujer aspira a dirigir el partido, tras el fracasado intento de la desaparecida y añorada Carme Chacón, que compitió frente a Rubalcaba y que a pesar de tener todo el aparato del partido a su favor, solo consiguió derrotar a la catalana por 22 votos. Ella siempre ha presumido de sus raíces sevillanas, mejor dicho, trianeras, y de su pertenencia a la casta de los fontaneros, en una especie de ironía chusca hacia el término que tanto emplearon los de Podemos en su eclosión política y que ahora han reemplazado por la Trama, una versión renovada para definir lo que toda la vida se han denominado poderes facticos.

Ha vivido siempre en Triana, el barrio sevillano por antonomasia que da naturaleza de andaluz de pura cepa, con solo mencionar su nombre. Nunca fue una estudiante brillante, pues alcanzo la licenciatura de Derecho tras más de 10 años de estudios de una carrera de cuya vocación no se han tenido noticias, pues solo se ha puesto la toga en alguna fiesta a modo de poco ocurrente disfraz carnavalero. Susana, como otros tantos que presumen de vocación política de toda la vida, en realidad lo que ocurre es que han hecho de la política su profesión, un oficio tan denostado como vacío. Antes de tener la mayoría de edad, ya militaba en las Juventudes Socialistas con la esperanza de ir ascendiendo dentro del partido hasta llegar a San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía. Fue concejala del Ayuntamiento de Sevilla, e incluye entre sus logros como edil, haber conseguido que el torero Curro Romero se disfrazase de Baltasar en la Cabalgata de Reyes...

Siempre fue una persona de partido, más centrada en su Andalucía natal, que en la política nacional. Su victoria en las elecciones a la Presidencia de Junta de Andalucía en 2015, le ha servido para crecerse y sacar pecho (dicho sea con todo el respeto) ante sus colegas que presiden otras importantes federaciones socialistas y que también han entrado en el entramado conspiratorio que tanto le gusta a la lideresa.

La imagen tomada en la reciente Feria de Abril cuando el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, cumplimentaba a la presidenta en una especie de besamanos cutre, con ella vestida de flamenca y él de rancio catedrático apolillado, nos dejaron una de las imágenes imperecederas para enmarcar en el Guinness de las horteradas junto a un poster de Los Morancos, que también son trianeros por cierto, vestidos de “Antonia y Omaita”. En ese mismo lugar, en la Feria, los pelotas susanistas que son una legión, la animaban al grito de: “¡a Pedro lo doblamos en avales!” con el fin de ganar la sonrisa de la flamenca presidenta y desatar la euforia de Verónica Díaz, más conocida como “yo soy la presidenta del Comité Federal”.

La conspiración de octubre alentada por Susana contra Pedro, fue la verdadera carga de profundidad que dejo al PSOE con una vía de agua tan enorme, que casi ha hecho poner en peligro al buque socialista que tantas travesías ha hecho en sus 138 años de historia. Hablando de barcos, me viene a la memoria aquella película El Motín del Caine que pone en escena la legitimidad moral de amotinarse unos oficiales del buque. Pero sobre el argumento del film me abordan ciertas preguntas: ¿Qué deben hacer unos oficiales cuando consideran que su capitán pierde la cordura? ¿Dónde están las fronteras entre la lealtad a un mando y la responsabilidad de velar por una tripulación? ¿Hasta qué extremo y en qué momentos se puede cuestionar no sólo las ordenanzas, sino la autoridad de quien está al mando? La tripulación (los militantes) y el barco (el partido) son lo primero y ninguna ambición personal, ni razón subjetiva, están por encima de ello.

La división entre los leales y los sublevados, es decir, los del NO y los de la abstención, nos ha traído hasta aquí, pero ante tanta visceralidad entre ambos bandos, alguien tiene que poner cordura y sosiego para calmar la situación. No fue Pedro Sánchez el culpable del fraccionamiento del partido, ni siquiera su torpe manera de llevar el pactus interruptus con Ciudadanos para su investidura, fue la aparición del susanismo, lo que de verdad ha puesto en peligro la unidad socialista, junto a la impresentable actitud de aquellos históricos dirigentes, sevillanos por cierto, que en lugar de guardar neutralidad y exigir el cese de hostilidades que ha derivado en la división actual, han tomado descaradamente parte por Susana, en lugar de volcar sus esfuerzos en evitar fisuras políticas.

Parece ser que el hecho de sentirse lideresa, por lo visto con Esperanza Aguirre y ahora con Susana Díaz, conlleva altas dosis de prepotencia inherentes a dicho cargo honorifico. Es esa prepotencia la que se ve representada con la puesta en escena de su candidatura en un acto en IFEMA Madrid con los del aparato, las viejas glorias, los barones y los militantes traídos en autobús al mitin, representando una escena al más puro estilo de las adhesiones que tanto le gusta al Partido Popular y a Rajoy en particular. Por otra parte, el apoyo unánime de los de Génova y sus votantes hacia Díaz, se me antoja un tanto sospechoso... ¿Querrían los del PP a un candidato en el PSOE que les ganase en unas elecciones y los lleve a la oposición? Evidentemente no, pero ese fervor susanista de personajes como los periodistas Francisco Marhuenda o Eduardo Inda, nos hace pensar que tanto elogio encierra otras claves. Es como si tras ganar el Real Madrid la Champions League, todos los seguidores del Barça se van a Canaletas a celebrarlo ¿Inverosímil, no?

Susana convoco una elecciones adelantadas en Andalucía en el 2015 por las presiones que según ella la sometían los de IU, gracias a cuyo acuerdo de legislatura y de gobierno, le dieron al PSOE la presidencia en la persona de su predecesor José Antonio Griñan, pero a Susana que tan de izquierdas dice ser, le rechina tener como aliado a IU y no digamos llegar a un acuerdo con Podemos, donde su animadversión hacia Teresa Rodríguez es pública y notoria, mas allá de los postulados políticos de ambas. En aquella ocasión, Susana prefirió pactar con Ciudadanos al más puro estilo PP de Cristina Cifuentes.

En cuanto a la guerra de avales, las denuncias de un fraude masivo por parte de Pedro Sánchez que según sus seguidores se iba a producir en las firmas entregadas, quedó muy lejos de confirmarse tras el recuento de Ferraz. Fue desde las filas susanistas desde donde hicieron circular una estrategia de juego sucio por parte de Sánchez, al que acusaban de haber entregado miles de avales falsos para jugar con el golpe de efecto psicológico, de demostrar la igualdad entre candidaturas. Como lo de los avales no ha funcionado, Susana ha querido ridiculizar a su adversario diciendo: “Hay quien está contento por ser segundo y ya es la tercera vez que le pasa”. Tal vez viendo lo que se le viene encima, pues ya no lo tiene tan claro, ha afirmado que: “Ganar por un voto es ganar y perder por un voto es perder”. Parece que la goleada que preveía la trianera, se puede convertir en un gol de los que marca otro sevillano como Sergio Ramos en el minuto 93 de partido, pero ¿en que candidatura juega Sergio Ramos? La Gestora está nerviosa ¿Qué tendrá la Gestora? El resultado, el 22 de mayo.

Perfiles de los candidatos:

- Pedro Sánchez, el hombre que no amaba a la gestora

- Patxi López, el costurero fiel

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