Las relaciones de pareja, como las personas mismas, son complejas y tan distintas entre sí como posibilidades puedan existir, pero todas ellas tienen algo en común. Los comienzos suelen ser más excitantes, más que nada porque se desconoce aún mucho del otro y eso mismo ya crea una cierta expectación pero, con el paso del tiempo, se acaba por entrar en una rutina que puede ser la estabilidad máxima o la que suponga que la ruptura esté por venir. No hay un libro con instrucciones para poder evitar esto último, pero sí una serie de consejos que sirven para mantener la chispa entre ambos, para seguir con ganas de pasar tiempo con el otro... En definitiva, para no dejar que esa relación muera.
- Las relaciones sexuales. Parece que este tema es un poco tabú incluso en pleno siglo XXI pero, para ser sinceros, las personas que son adultas para practicarlo también deberían serlo para poder hablar sobre ello sin mayores miramientos. Hay quien vive frustrado toda su vida por no verse capaces de confesar a su pareja lo que, de verdad, le gustaría hacer y esto es un grave error. En la comunicación siempre estará la clave del entendimiento. Después ya será cosa de ambos el que se lleve a cabo o se mantenga esa fantasía sexual, pero el guardarlo no puede llevar nunca a buen puerto. En los sex shop hay infinidad de juguetes sexuales, como pueden ser consoladores dobles (dildos), consoladores con ventosa, disfraces, lencería provocativa o juegos. Incluso está bien el poder disfrutar cada uno de su propia sexualidad y experimentar para poder después demandar lo que se desea. La frustración en este campo sólo suele llevar a una tensión muy difícil de gestionar.
- Tener detalles románticos. No hace falta ser como los protagonistas de las películas más empalagosas de la historia del cine y ponerse bajo el balcón de la amada con una serenata, pero tener, de vez en cuando, un detalle marcará la diferencia. Ni siquiera es preciso que sea una fecha especial. Será única, si es lo que se pretende.
- Compartir una actividad. A veces es complicado ser afines también en cuanto a gustos o aficiones y esto no tiene porqué ser, necesariamente, algo malo. Siempre se ha dicho que los polos opuestos se atraen pero no está de más buscar algo que pueda agradar a ambas partes y llevarlo a cabo. Cosas tan sencillas como viajar, cocinar o apuntarse a alguna actividad deportiva. Hay que tratar de fomentar momentos de calidad entre ambos.
- Desvelar secretos. Pocas cosas unen más a las personas que el abrirse por completo al otro y descubrirse tal y como se es. No hay que tener miedo a dar este paso pues se presupone que la persona que se tiene delante también corresponde con su afecto y que, en ningún caso, juzgará.
- Planificar, aunque sea a medio o corto plazo. Nadie sabe lo que deparará el futuro pero el imaginarse juntos llevando a cabo un proyecto común siempre ayuda en su consecución y anima a continuar, incluso cuando los momentos son más complicados de lo habitual.
Si (
No(
