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Fiestas patronales de Robledo de Chavela

domingo 16 de diciembre de 2007, 01:21h
  • San Blas: 3 de febrero. Se celebra la tradicional Procesión de los Niños. Se trata de una fiesta infantil donde los más pequeños del pueblo sacan en procesión a su Santo, abogado y protector. Todo en ese día está hecho a su medida: las andas de San Blas, las cintas del Santo y el convite.
  • Día de la merienda: 25 de marzo. La fiesta consiste en recibir la nueva estación en contacto con el entorno natural. Para ello se reúnen amigos y familiares en el campo, dispuestos a compartir un día en comunidad. Son típicos los "Panecillos del día de la merienda", que se complementan con tortillas. Una vez dispuesta la merienda, se juntan las pandillas para ir a celebrar la fiesta. Uno de los lugares preferidos por los vecinos es el Cerro de Robledillo, en las proximidades del núcleo urbano.
  • Romería de la Virgen de Navahonda: Cuarenta días después del Domingo de Resurrección se celebra la Romería de la Virgen. La Virgen de Navahonda descansa durante todo el año en su ermita, salvo dos semanas que reside en el pueblo. El Domingo de la Ascensión se va a buscar a la Virgen a su ermita, recorriendo a pie los nueve kilómetros que separan la Ermita de Nuestra Señora de Navahonda de la Iglesia Parroquial de la Asunción de Nuestra Señora. Previamente, se ha pujado por conseguir llevar los brazos de las andas de la Virgen. En el camino se realizan paradas en determinados enclaves como La Mula, El Alto de Navahonda y la Pasadilla. Rodeando el pueblo en procesión, se deposita a la Virgen en el Altar Mayor de la Iglesia de la Asunción, que ha quedado preparada con flores, y donde permanecerá dos semanas. Es en este día cuando comienzan las Novenas en su honor. El Domingo de Pentecostés se celebra en Robledo la fiesta grande de la Virgen, que se celebra con una procesión. Al terminar el día, un espectacular castillo de fuegos artificiales precede al baile. Una semana después, el Domingo de Trinidad tiene lugar la Romería, que devuelve a la Virgen de Navahonda hasta su ermita. Tras una misa celebrada en la iglesia del pueblo, a las ocho y media de la mañana sale la comitiva. En el Alto de Navahonda se detienen a reponer fuerzas con un almuerzo tradicional a base de productos locales y continúan hasta la ermita realizando las paradas habituales. Se realiza una nueva puja para entrar a la Virgen y comienzan los bailes. En la explanada de la Ermita continúan los bailes y la convivencia entre todos, participando de la fiesta que se completa con la animación que proviene de los kioscos, que previamente han sido subastados para contribuir a las arcas de la Cofradía de la Virgen de Navahonda. Las explanadas y los cercados próximos son utilizados para dar buena cuenta de los almuerzos que son compartidos por las familias o grupos de amigos. A las siete de la tarde vuelve a salir de la Ermita para rodearla a hombros de los Cofrades. Se celebra la Misa y se da por terminada la fiesta.
  • Día del Judas: Domingo de Resurrección. El Judas es un muñeco que hacen los "quintos” al que disfrazan del personaje que haya sido más popular durante el año. Se ata a un pino de gran altura, motivo de competición entre las quintas de años sucesivos, y se acompaña de cántaros que se cuelgan en cruz en lo alto del tronco. Por la noche, los quintos rondan a sus madres, novias y amigos con canciones tradicionales autóctonas, manteniendo los cánticos hasta las doce del mediodía, momento en el que se produce el encuentro de Jesucristo resucitado con la Virgen María. Luego, los "quintos" se reúnen a comer los tradicionales corderos o cabritos.
  • Fiesta de San Antonio: se celebra el 13 de junio. La víspera se sube a la ermita a buscar al Santo y se le baja en procesión hasta el pueblo, quedando ubicado en uno de los altares de la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. El día de la gran fiesta comienza con una Misa a las doce de la mañana, seguida de una procesión por las calles del pueblo.  Al terminar, los "Mayordomos de San Antonio" invitan a vino de la tierra y galletas tradicionales a los seguidores congregados en la Plaza Mayor. Al caer el sol, se celebra el baile popular. El día 14 se celebra una Misa por todos los Hermanos difuntos y, antiguamente, se realizaba una suelta de vaquillas en la plaza del pueblo. El primer domingo después de la festividad de San  Antonio, se celebra la Romería. El Santo sale a las nueve de la mañana desde la iglesia para regresar a su ermita, donde permanecerá hasta el próximo año. Acompañando a estos actos, se realiza un baile con música tradicional.
  • Virgen de la Antigua: se celebra el primer domingo de agosto, aunque el sábado es cuando se lleva la imagen de la Virgen a la Iglesia Parroquial. Los niños tienen su protagonismo en esta celebración, participando en las múltiples actividades que se realizan para ellos.
  • Mercado Medieval: a mediados de agosto. Esta fiesta no es realmente un mercado, sino una simulación de uno de la Edad Media, con una troupe de cómicos de la lengua y músicos tradicionales, que recorren el mercado añadiéndole colorido con sus habilidades. Personajes del momento, mendigos, soldados, alguaciles, comediantes y pícaros recrean el sentir popular de la época. La venta de esclavos, danzas exóticas, leyendas, profecías, quema de libros herejes, rituales, etc. se darán cita en nuestro municipio para recrear unos recuerdos del pasado.
  • Fiestas Patronales en honor al Santísimo Cristo de la Agonía: última semana de agosto. Los bailes populares ocupan un lugar privilegiado dentro del programa de festejos, destacando la interpretación de madrugada de "Las Seguidillas" y "El Rondón", bailes típicos robledanos. Es en estas fiestas donde se encuadran los principales festejos taurinos. También se organizan numerosos concursos para niños y mayores (dibujo, tortillas, pulsos, soga, Rondón y Seguidillas, etc.), así como torneos o yinkanas, con lo que se consigue un nivel de participación muy elevado.
  • Hoguera de los Quintos: todos los años, en Nochevieja, los quintos queman una gigantesca hoguera en el centro de la Plaza para recibir el año nuevo. Después de la Misa del Gallo en la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, los mozos que iban a entrar en quintas, bajaban con antorchas para encender la hoguera. Según la tradición, los quintos partían de madrugada junto con sus padres y familiares, con dos carros tirados por bueyes hacia los montes del municipio, para cortar los troncos de los árboles secos y enfermos. Al final de la mañana, todos almorzaban las viandas preparadas por sus madres, y las sardinas, arenques y el vino que les regalaba el Ayuntamiento. De regreso al pueblo, disponían la leña en uno de los carros en un círculo. Cada quinta intentaba que fuese más alto que el de la quinta anterior. En la Misa del Gallo todos los robledanos participaban, junto a los quintos que se incorporan a filas y sus familiares, en la imposición de la Medalla de la Virgen de Navahonda, con el fin de llevarla como protección en todo momento. Al terminar la Misa del Gallo, el cura bendecía en la puerta de la Iglesia las teas que los quintos utilizaban para prender la lumbre.
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