Reajustando expectativas

Los últimos datos relativos a la economía estadounidense están mostrando una debilidad que no estaba prevista. Ayer, a los más recientes publicados se sumaba la inesperada caída del índice “Empire State”. El índice, que mide la actividad empresarial en el estado de Nueva York cayó inesperadamente en mayo, situándose en territorio negativo por primera vez desde octubre, un mes antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Cedió hasta -1 desde +5,2 registrado en abril. Las previsiones apuntaban a una lectura de +7,0. El descenso del índice podría ser una señal de un posible deterioro del sector manufacturero. De hecho, el componente de nuevos pedidos, una medición sobre la futura actividad empresarial, también cayó a territorio negativo de -4,4, el nivel más débil desde septiembre tras el registro de +7,0 en abril, y la medición del empleo bajó a +11,9 desde +13,9. Este desfavorable dato para la senda de crecimiento de EE.UU. se conoce después del informe publicado el pasado viernes que mostraba una inflación en abril más débil de lo esperado. En el mercado empieza a ganar peso la idea de que la desaceleración de la actividad en EE.UU. podría ser más severa de lo que se había anticipado, reduciendo las expectativas de una subida de tipos de interés a un solo ajuste este año. Mientras tanto, economías emergentes, como Brasil, parecen consolidar el camino de la recuperación. Ayer, su banco central, anunciaba que la economía creció un 1,12% en el primer trimestre frente a los tres últimos meses del año pasado, apuntado que la actividad económica está saliendo lentamente de una recesión de dos años.