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Vientres de alquiler: ¿es la gestación subrogada un negocio o un derecho?

Vientres de alquiler: ¿es la gestación subrogada un negocio o un derecho?
(Foto: Pixabay)
lunes 19 de junio de 2017, 08:54h

En los últimos tiempos la gestación subrogada está en el punto de mira tanto política como socialmente hablando. Este es un asunto controvertido que pone el foco en los derechos de las mujeres y la maternidad.

La Gestación por Sustitución –nombre legal de la técnica en nuestro país desde la promulgación de la Ley de Reproducción de 1988- o gestación subrogada es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una técnica de reproducción asistida con participación de terceros. En este caso participa una mujer que cede, transitoriamente, su capacidad de gestar a fin que una familia, que no puede gestar a sus propios hijos, logre tenerlos.

La gestación subrogada en España

En nuestro país la gestación subrogada es alegal. El artículo 10 de la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida establece que el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante o tercero es nulo de pleno derecho.

Sin embargo, la Instrucción de 5 de octubre de 2010 de la Dirección General de los Registros y el Notariado ha dejado sin contenido efectivo la prohibición de la gestación subrogada al contemplar la inscripción en el Registro Civil de niños frutos de esta técnica siempre que el procedimiento se haya llevado a cabo en un país en el que dicha técnica esté regulada, que uno de los padres sea español y que exista una resolución judicial que garantice, entre otros aspectos, los derechos de la mujer gestante. En la anotación que se haga en nuestros registros no figurará el nombre de esta mujer.

Esta alegalidad en nuestro país "crea una importante discriminación entre aquellos españoles que se pueden costear el tratamiento fuera de nuestras fronteras y los que no pueden hacerlo", explica Marta de la asociación por la Gestación Subrogada en España.

Según Pedro Fuentes, presidente de la asociación Son Nuestros Hijos, "a las familias se nos obliga a exiliarnos a otros países ("Exilio reproductive" es el nombre que da a estos desplazamientos la Sociedad Europea de Medicina Reproductiva y Embriología) para tener a nuestros hijos".

El término "madres de alquiler” o “vientres de alquiler”

La gestación subrogada se conoce coloquialmente como "vientre de alquiler", término poco acertado, sin duda, para las asociaciones que defienden este modelo. "Es poco acertado: primero, porque no necesariamente ha de haber contraprestación económica; segundo, porque la mujer que gesta al futuro bebé aporta mucho más que su útero, se implica física y emocionalmente, en todas las leyes que regulan esta práctica y se le exige que goce de buena salud y que tenga hábitos de vida saludables; y tercero, porque los vientres no se alquilan como tampoco se alquilan las personas, eso es una barbaridad que no tiene nada que ver con que la mujer pueda ser compensada por el procedimiento médico al que se somete", explica Marta de la asociación por la Gestación Subrogada en España.

Legislar, una necesidad que piden las familias

Desde la asociación Nuestros Hijos reclaman una ley para regular la gestación subrogada. "Creemos que los políticos no pueden seguir ignorando la realidad. La gestación subrogada es un clamor social, ha salido del armario y ya no hay modo de desconocer su existencia. La sociedad y la judicatura nos reconocen y reivindican. Es hora de legislar”. Además, "solo legislando se evitará la explotación de mujeres y familias en países sin leyes respetuosas", han manifestado. Y ha apuntado que esperan que "esta legislatura sea consiga su regulación".

Desde la Fundación Jérôme Lejeune consideran que por los numerosos problemas de carácter médico, ético y legal que plantea la maternidad subrogada es necesario un debate profundo en España previo a la legislación sobre la cuestión. Un debate que no responda sólo a necesidades políticas inmediatas o al interés de una de las partes (los comitentes), sino que tenga en cuenta el conjunto de personas cuyo cuerpos y vida están en juego, a saber: las de la mujer gestante y, sobre todo, la del más vulnerable, el menor gestado.

Desde hace cuatro años Son Nuestros Hijos busca el acceso al Registro Civil de los hijos de españoles nacidos en el extranjero mediante gestación subrogada, y el cese de la discriminación que sufren las familias que recurren a esta técnica, a las que se les deniegan prestaciones sociales, como la de maternidad, entre otras.

Desde que Reino Unido la reguló, hace más de tres décadas, países de todo el mundo han ido modificando sus legislaciones buscando extender derechos. Holanda, Sudáfrica, Bélgica, Israel, Australia, Brasil, Nueva Zelanda, Grecia, Portugal… han legislado para permitir una gestación subrogada libre y voluntaria. El Gobierno irlandés ha anunciado que ofrecerá en unas semanas su propia ley sobre gestación subrogada; el Parlamento sueco ha presentado ya seis mociones para pedir a su Gobierno que regule; Islandia debate su borrador de ley; en Noruega los partidos políticos se posicionan a favor de legislar. Asimismo, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo dice que hay que inscribir a los menores nacidos por gestación subrogada.

De cara a este escenario, Fuentes señala que "oponerse a ella en España, con las leyes españolas, tan garantistas, y hacerlo en base a lo que se conoce de países donde no se respetan los derechos humanos o donde no hay legislación sobre gestación subrogada, tiene el mismo sentido que oponerse a los trasplantes en España porque haya países donde se trafique con órganos".

Según Fuentes, la gestación subrogada "no es ni un delito ni siquiera una falta, aunque hay algunas grupos que insinúan tal cosa, bien por un desconocimiento total de la normativa española e internacional, bien por mala fe".

A diferencia de la Asociación Nuestros Hijos, la fundación Jérome Lejeune considera que la maternidad por subrogación es, inequívocamente, una nueva forma de explotación neocolonial de la mujer, contraria a la dignidad humana, pues utiliza el cuerpo femenino, y toda su persona, como un objeto de negocio, incluso en el caso de ejercerla altruistamente.

Destinos para llevar a cabo la gestión subrogada

Las familias españolas que tienen pensado ser padres por esta opción se dirigen a países como EEUU, Canadá o Ucrania. La elección depende mucho de la normativa. Por ejemplo, a Ucrania solo pueden acudir parejas heterosexuales legalmente casadas.

Familias como la de Marta se quedan sin poder acceder a esta forma de poder ser padres por el alto coste económico. Marta y su marido, Antonio, perdieron su bebé a las 38 semanas de embarazo. "A partir de aquí, y de regreso a casa, buscamos información para saber qué posibilidades teníamos de volver a ser padres. Nos encontramos con una técnica de reproducción humana asistida que nos daría la solución, la gestación subrogada". Pero, se encontraron que España no era posible y "hacerlo en algún país con garantías jurídicas para todas las partes (EE.UU) era para nosotros inviable económica y socialmente". Desde ese momento vieron que había más gente en su situación y, junto con familia y amigos se embarcaron en un proyecto para luchar para que puedan formar su familia sin tener que abandonar nuestro país: la asociación por la Gestación Subrogada en España.

En cambio Oussama y Anthony, una pareja homosexual, han recurrido a esta técnica para ser padres. Ellos eligieron Estados Unidos para llevarlo a cabo. "Fue una experiencia increíble. Estamos muy contentos. Vamos a repetir y con la misma madre gestante", explican a Madridiario. "El coste del proceso gestante ha sido de unos 100.000 euros para pagar los gastos de la agencia que se encarga de este proceso y las consultas médicas de la madre gestante", aseguran.


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