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'¿Qué sabemos del terrorismo islámico?' (II): yihadismo, Europa, experiencia y retos en la lucha antiterrorista

'¿Qué sabemos del terrorismo islámico?' (II): yihadismo, Europa, experiencia y retos en la lucha antiterrorista
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lunes 19 de junio de 2017, 20:32h
¿Qué significa el término yihad?, ¿qué es el yihadismo global?, ¿por qué Europa es un objetivo permanente del terrorismo islámico?, ¿qué lecciones se han aprendido de los principales atentados terroristas?, ¿está España preparada para hacer frente a la amenaza terrorista?, ¿y la Unión Europea?, ¿cuáles son los principales retos en la lucha antiterrorista?. Estas cuestiones encuentran respuesta en el libro del profesor y experto en Seguridad, José Manuel Blanco Pulido, ‘¿Qué sabemos del terrorismo islámico?, en el que acerca la realidad del complejo fenómeno terrorista.

Han pasado más de 100 años desde que Francia e Inglaterra firmaron en secreto acuerdo de ‘Sykes-Picot’, pero sus consecuencias se han prolongado hasta nuestros días. Este tratado dibujó las fronteras actuales de Oriente Medio después de que París y Londres se repartieran los territorios del imperio Otomano, y supuso el germen de numerosos conflictos, ya que además de crear fronteras que nunca habían existido, se derrocaron e impusieron gobiernos según los intereses occidentales.

Se agravó el histórico conflicto entre las dos ramas mayoritarias dentro del islam: suníes y chiíes, y se creó uno nuevo entre árabes y judíos en Palestina. Reino Unido traicionó a los árabes con este tratado, y es que antes cuando solicitó que estos se levantaran contra el imperio Otomano les prometió un estado árabe independiente. El motivo de citar este polémico tratado es acercarse al origen de lo que está ocurriendo en la actualidad. ‘Sykes-Picot’ y la traición que supuso, siguen muy presentes en Oriente Medio, y una de sus peores consecuencias es el grupo terrorista Estado Islámico.

Cuando el autoproclamado Estado Islámico tomaba la ciudad de Mosul (Irak) en junio de 2014, lanzó un simbólico y contundente mensaje al mundo. En un vídeo se podía ver cómo un miliciano borraba la línea imaginaria que supone la frontera ‘Sykes-Picot’, al tiempo que aseguraba que sería la primera de muchas que los terroristas romperían.

Como hemos visto, este acuerdo de ‘Sykes-Picot’ agravó el conflicto entre suníes y chiíes, y no podemos olvidar que la rama suní se divide a su vez en otras ramificaciones o escuelas, entre las que se encuentran los salafistas-wahabita, a la que pertenecen los peligrosos yihadistas.

Yihad y yihadismo global

El término yihad, según señala el libro de Blanco Pulido, no tiene más traducción en nuestro idioma que ‘esfuerzo’. Este término aparece en numerosas ocasiones en el Corán, acompañado de expresiones como ‘La Senda de Dios’. La ‘yihad’ sería entonces el ‘esfuerzo’ que el creyente realiza en su seguimiento del camino de Dios. Pese a que su significado no tiene que ver con la interpretación que se hace del término, hay quienes quieren relacionar el concepto con el de ‘guerra santa’, en un intento de justificar o legitimar la violencia y la barbarie.

Existen dos tipos de yihad: la yihad mayor o superior, que se refiere al esfuerzo personal por entender a Alá y a Mahoma y constituye una forma de superación personal; y la yihad menor o inferior, que sería el esfuerzo por expandir o convertir tanto a no creyentes como al resto de la comunidad islámica que no cumple con los verdaderos preceptos del islam.

Cuando ese esfuerzo por expandir y convertir traspasa los límites de la palabra, estamos ante el conocido fenómeno yihadista, caracterizado por una violencia desmesurada y cuyo objetivo es cambiar el orden mundial, establecer el califato e imponer una interpretación radical de la ‘sharía’ (ley divina).

Desde que autoproclamara el califato desde la ciudad iraquí de Mosul en 2014, el Estado Islámico ha iniciado lo que se conoce como yihadismo global, logrando expandir sus tentáculos por casi todos los rincones del planeta, en lo que supone una nueva forma de sembrar el terror.

El yihadismo global se encuentra cada vez más extendido pero a su vez dividido en lo que podemos definir como dos ‘marcas’ diferentes. “Por un lado está la antigua Al Qaeda, que ha ejercido un terrorismo a nivel territorial, y por otro, el Estado Islámico, cuyo punto de vista es más internacional. Ambos grupos terroristas se dedican a sembrar el caos en base a una causa que piensan justa”, explica Blanco Pulido.

Los medios con los que cuenta el Estado Islámico para llevar a cabo la que consideran su ‘guerra santa’ son las células terroristas. “Es más bien una infantería ligera que un verdadero ejército, por lo que en una guerra al uso estarían perdidos, sin embargo han impuesto un modelo de guerra ‘de azotea a azotea, de portal a portal’, que ha conseguido trasladar el miedo hasta los domicilios de la población”, señala el autor del libro.

Aunque estos grupos no han descubierto nada nuevo en lo que se refiere a formas de captación, comunicación, adoctrinamiento y preparación y perpetración de atentados, han sabido sacar provecho a la revolución tecnológica para sus fines.

"Europa debe plantear una respuesta común"

Además de conquistar y someter poblaciones en Oriente Medio, el Estado Islámico se ha fijado como objetivo o nuevo frente la Unión Europea, en lo que consideran su lucha contra la occidentalización y la expansión del califato. El hecho de no poder establecer un perfil concreto, ni un modus operandi único, dificultan la lucha contra este terrorismo, y es que en la mayoría de atentados en suelo europeo, los terroristas formaban parte de células durmientes que se encuentran repartidas entre los diferentes estados miembros, lo hace prácticamente imposible su detección.

Entre los yihadistas circula un manual llamado ‘Cómo sobrevivir en Occidente’, en el que se explica con todo detalle cómo preparar acciones violentas en Europa sin levantar sospechas. Los yihadistas en Europa siguen un estilo de vida contradictorio con los preceptos del islam, lo les permite pasar desapercibidos entre la población, y para ello no dudan en cortarse el pelo o la barba, cambiar su vestimenta, saltarse el rezo o beber alcohol. Este manual también explica a modo de ejemplo algunos de los atentados con mayor repercusión mediática en suela europeo, y detalla cómo fabricar armas, al tiempo que recomienda videojuegos bélicos y ejercicios militares a sus combatientes.

Pese a las derrotas, detenciones y atentados frustrados, “Europa debe plantear una respuesta común al terrorismo islámico”, ya que sólo mediante la unión es posible ir reduciendo la estructura interna de la organización al tiempo que se debilita a los combatientes, según indica Blanco Pulido.

Para el autor de este manual sobre terrorismo islámico, “la lucha antiterrorista no es imposible ya que se pueden desarrollar nuevas estrategias e investigar y sacar conclusiones”. De las lecciones aprendidas de los atentados ocurridos en suelo europeo, Blanco Pulido establece una serie de recomendaciones o medidas preventivas: asumir que en cualquier momento podemos encontrarnos acciones terroristas en cualquier lugar, sin criterio, implicar a las comunidades musulmanas o prestar atención a quienes entran en los países, ya que el sentimiento de rechazo social es una importante variable a tener en cuenta en procesos de captación y radicalización”.

¿Está preparada España para afrontar la amenaza terrorista?

Al igual que Europa es nuevo frente, España es objetivo permanente del terrorismo yihadista. Para Blanco Pulido, a nivel policial “España está preparada para hacer frente a la amenaza terrorista”, ya que además de contar con una amplia legislación, la experiencia vivida con ETA ha permitido a los servicios de inteligencia trabajar en esa línea”. Y es que según el autor de este libro, España sería uno de los referentes a seguir en la Unión Europea en lo que se refiere a la lucha antiterrorista. “Cuando un comando etarra entraba en prisión, se hacía un seguimiento a sus miembros, y esto es lo que hay que hacer con los yihadistas detenidos. De esta forma si alguien que nunca rezaba, de repente empieza a hacerlo 5 veces al día o deja crecer su barba, igual es que esa persona se está radicalizando, y eso es algo que se puede controlar. El problema es que ese control no sirve en la calle, donde el terrorista pasará desapercibido entre la población”.

Blanco Pulido destaca el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la lucha antiterrorista, y es que en nuestro país hay más de 1.200 agentes especializados en terrorismo islamista cuyas actuaciones dan continuos resultados. “Después del 11-M, la lucha antiterrorista se convirtió en una prioridad para los Cuerpos de Seguridad”.

“Los terroristas que perpetraron el último atentado en Reino Unido, habían estado alrededor de la bandera del Dáesh, y eso es algo que aquí no pasa porque nuestra legislación prohíbe la apología del terrorismo. En Bélgica, la Policía no pudo entrar al presunto piso de los terroristas hasta el día después del atentado, porque su legislación prohibía los registros domiciliarios por la noche, y eso es porque no han sufrido el terrorismo. Aquí, además de la ley, la Policía ha hecho un esfuerzo brutal y brillante para pasar de la lucha contra ETA a luchar contra este terrorismo”.

Este incremento de efectivos, medios y la experiencia en la lucha contra ETA han sido claves de éxito, como la coordinación entre cuerpos policiales. En España, la geografía del riesgo señala a Cataluña como la región con más yihadistas, seguida de otros puntos calientes como Ceuta, Melilla, Madrid y el Levante. A raíz de las acciones de los nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad se han llevado a cabo más de 200 detenciones y se ha recabado información fundamental no sólo para España sino para otros países.

En cualquier caso, para Blanco Pulido “si la solución es la policial, es que hemos llegado al momento en el que el problema está aquí, por lo que hay que hacer hincapié en la prevención y en la educación”. “Yo no creo que España sea un país racista, pero sí es clasista, ya que la raza importa o no en función de la clase social. Por eso es imprescindible mover ficha desde abajo, desde la educación, porque si no buscamos la solución al problema desde abajo, puede ser que nuestra sociedad se vuelva también radical”.

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