A pesar de su gran pataleta, el portugués Cristiano Ronaldo tendrá que acudir a declarar en calidad de imputado-investigado en el juzgado número 1 de Pozuelo el 31 de julio. Si sigue en el Madrid, es posible que en esas fechas estuviera en plena gira veraniega de partidos de pretemporada.
Tras la denuncia de la Fiscalía por un presunto fraude fiscal de 14,7 millones de euros, su entorno y su equipo de abogados aseguraron que el luso estaba al día con Hacienda, como lo demuestran las últimas declaraciones con la Agencia Tributaria, y que ese dinero se correspondía a un estatus especial con el fisco, como extranjeros impatriados, un régimen fiscal que heredaba de Inglaterra, país donde estuvo jugando antes de llegar al Real Madrid en 2009.
Pese a todo, Hacienda considera que explotó sus derechos de imagen sin pagar todo lo que debía en España y que los gestionaba desde una sociedad radicada en las Islas Vírgenes, un paraíso fiscal.
Además, el delantero ya dijo recientemente que se marcharía de España por este trato y que, por tanto, tendría que dejar el Madrid, club al que reprocha falta de apoyo en este turbio asunto.
El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, en una entrevista concedida ayer en 'Onda Cero', declaró que apoya a su estrella y que espera que no se marche del equipo.
Este mediodía, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que había mantenido hasta ahora un discreto silencio al respecto, comentó a la prensa: "Nadie es un delincuente hasta que lo sentencian".
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