Off the record - 17 diciembre 2007

EN EL PP NO QUIEREN LA “GRAN COALICIÓN”…

El criterio mayoritario, dentro del PP, es muy contrario a la hipótesis, recogida los últimos días por este Off The Record, de proponer, en el caso de quedar por delante del PSOE en las elecciones generales de marzo y si la distancia entre ambos grandes partidos fuera muy pequeña, una “gran coalición” al modelo alemán, que evitase los complejos y costosos acuerdos con las pequeñas minorías y asegurase una amplia mayoría absoluta para llevar adelante la lucha contra el terrorismo, las reformas estructurales de la economía y un nuevo consenso respecto al Poder Judicial y el Tribunal Constitucional.

Nada de nada. En los órganos directivos del PP, sin que se conozca o haya trascendido la opinión al respecto de Mariano Rajoy, predomina el criterio de un “pacto suficiente” con CiU, PNV y CC, enviando al PSOE, en ajustada reciprocidad de lo hecho por Rodríguez Zapatero durante estos cuatro años, a las duras tinieblas exteriores de la oposición.

“Quizá la situación fuera distinta con otro líder en el PSOE, pero el radicalismo y la acreditada total carencia de fiabilidad de Zapatero convertirían esa gran coalición en un infierno lleno de trampas y deslealtades”, decía el sábado a este Off The Record un relevante político del PP no precisamente afincado en la línea “dura” Acebes-Zaplana, sino todo lo contrario.

…Y EN EL PSOE, LINEA ZP, MENOS TODAVÍA

Parece que tampoco en el PSOE habría demasiada receptividad a un eventual ofrecimiento de mano tendida por el PP hacia una “gran coalición”. Los moderados no pasan por sus mejores momentos en la actual etapa de Ferraz. Los afines a Rodríguez Zapatero, pastoreados por José Blanco, están decididos a eliminar de raíz cualquier tentación de apaciguamiento, a mantener e incluso acentuar la estrategia de radicalización y confrontación con el PP.

El siguiente argumento, o “argumentario” como ahora se dice, no se recoge del panfleto de algún grupo anti-sistema, sino que se proporcionó hace pocos días en una reunión de dirigentes socialistas locales de una importante Comunidad autónoma.

a) Hay que hacer ver a la gente que el PP respeta las formas democráticas sólo porque no le queda otro remedio.

b) Hay que dejar claro una y otra vez que el verdadero líder del PP no es Rajoy, sino que sigue siendo Aznar, en la sombra.

c) Hay que denunciar que Acebes, Zaplana, Aguirre, incluso los aparentemente moderados como Ruiz-Gallardón, son peones de Aznar, y de lo que éste representa, que es el servicio al poder económico y el imperialismo de Bush.

“Cualquiera hace una “gran coalición” con tales mimbres”, decía ayer a este Off The Record uno de los dirigentes más centristas o moderados del actual PP. Los más tenaces defensores de la fórmula estiman que una eventual derrota electoral cambiaría el equilibrio de poder en Ferraz y que no pocos socialistas recuperarían la facultad, ahora temeraria, de expresar sus opiniones en voz alta.

“ASÍ NO PODEMOS SEGUIR…”

Empieza a cuartearse la pretendida “neutralidad” de los grandes sectores de empresas y negocios respecto a las opciones políticas. Las aparentes apuestas del mundo financiero (Santander-Emilio Botín) y de los grandes inmobiliarios (el ya famoso “G-14”  que preside Fernando Martín) por la continuidad de Rodríguez Zapatero en La Moncloa se debilitan, al tiempo que los líderes económicos asumen la inutilidad de negar las evidencias de que la desaceleración, que profundiza por semanas, no es sino el anticipo de una crisis con todas sus inquietudes y consecuencias.  

Ya es inocultable que, como anticipó este Off The Record sobre la base rigurosa de los análisis de S&P y otros expertos, se han empezado a perder puestos de trabajo y que serán cientos de miles, que se va a construir menos, que el dinero se encarece, que caen el consumo y el ahorro familiar, y que la crisis será en España más intensa y dura que en el resto de Europa.

Y ES QUE NO SIGUE, SINO QUE EMPEORA

La evolución previsible del Euríbor y el horizonte a corto plazo del crédito, en especial el de garantía hipotecaria, han sido objeto de otro importante y riguroso análisis de carácter reservado, al que este Off The Record ha tenido asimismo acceso y cuyos principales contenidos, debidamente sistematizados, confiamos también en poder ofrecer en fecha muy próxima.

Relevantes personajes de la vida económica española, hasta hace poco algo más que conniventes con el gobierno y entonces partidarios de “en tiempos de tribulación, no hacer mudanza”, han empezado a decir por los cenáculos madrileños que conviene cambiar de caballo porque “así no podemos seguir, alguien tiene que tomar el timón de la economía y Solbes es un muñeco de guiñol sin poder real”. Las dos frases son del mismo personaje, del ámbito financiero, pronunciada la primera a primeros de octubre último, y la segunda hace apenas cuatro días, las dos ante los mismos colaboradores de su confianza.

LOS ABOGADOS ¿ANTE UNA ETAPA LIBERAL?

Todos han ganado, porque todos han demostrado calidad personal y buenas formas, pero Antonio Hernández-Gil, hijo, es ya, sólo a espera de la toma formal de posesión, el nuevo Decano del emblemático Colegio de Abogados de Madrid, cargo en el que sucede a dos personajes tan significativos como Antonio Pedrol y Martí Mingarro.

El número de votantes, bajo en las últimas ocasiones, fue esta vez decisivo. Se daba por cierto que una participación relativamente alta favorecería a Hernández-Gil y es lo que sucedió. Los dos candidatos principales, el liberal Hernández-Gil y el quizá algo más conservador Cremades, tenían altura personal y acompañamiento plural y de calidad en sus candidaturas. Todo indica que la minoría progresista, sin candidato propio, se decantó por Hernández-Gil.

Hubo una mayoría desahogada, nada menos que 3.543 votos para el nuevo Decano, de los 5.071 emitidos. Además, Hernández-Gil obtuvo más votos que cualquiera de los miembros de su candidatura, así que no fueron los famosos “autobuses de Garrigues”, sino el candidato.

La abogacía madrileña tiene muchos retos por delante. A diferencia de lo que sucede en otras profesiones, es seguro que habrá lealtad e incluso cooperación entre los que han ganado las elecciones y los que esta vez no lo han conseguido.