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Benigno Blanco: "En Avanza no le hemos ofrecido el liderazgo a Aznar porque no buscamos reciclar a antiguos dirigentes"

martes 27 de junio de 2017, 15:21h
Benigno Blanco: 'En Avanza no le hemos ofrecido el liderazgo a Aznar porque no buscamos reciclar a antiguos dirigentes'
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(Foto: Avanza)
Benigno Blanco (Asturias, 1957) es abogado y uno de los fundadores del nuevo proyecto político democristiano bautizado como Avanza. Este partido pretende "dar respuesta a los problemas reales de la gente, que se ha visto desatendida por una clase política encerrada en sí misma". Blanco fue Secretario de Estado en los Ministerios de Medio Ambiente y Fomento durante la etapa de José María Aznar, pero ahora cree que el PP "ha perdido el carácter humanista y liberal, que eran sus señas de identidad", por lo que se muestra convencido de que habrá un amplio espacio político en el que Avanza puede instalarse. Diariocrítico ha charlado con el impulsor de esta nueva formación sobre la situación en la que se encuentra el país y el panorama político, las líneas principales que marcarán su hoja de ruta y el planteamiento de trabajo de cara a los procesos electorales de 2019.

El pasado 17 de junio se presentó de forma oficial el proyecto político Avanza, ¿por qué y cómo surge esta plataforma?

Avanza surge porque creemos que la clase política actual vive muy encerrada en sí misma, es un sistema ‘partitocrático’ que no responde a las necesidades y problemas cotidianos de las personas. Es un sistema ‘autoreferencial’ y sordo ante las necesidades reales de la sociedad. Además, creemos que los partidos políticos, especialmente los dos mayoritarios, el PP y el PSOE, están perdiendo su identidad y cada vez representan menos los intereses de la gente de la calle. Estamos viendo cómo en España se está produciendo un fenómeno, que también se está produciendo en toda Europa, que es esta crisis de los partidos tradicionales por ese alejamiento respecto a las necesidades de la calle. Nosotros lo que planteamos es una movilización social, a la que hemos llamado voluntariado político, para pedir a la gente corriente, que no se siente atendida por la clase política, que se sume a la creación de una nueva fuerza que pueda llevar sus necesidades a intereses más inmediatos a la agenda política.

En cuanto a cómo surge, pues de la forma en la que suelen ocurrir estas cosas. Después de años hablando con gente, gente joven que ve cómo las políticas económicas y laborales no tienen en cuenta su situación, gente mayor que no se siente atendida y vive con incertidumbre respecto al futuro de sus pensiones y su asistencia sanitaria, movimientos sociales que no logran influir en la agenda política…Entonces llegamos a la conclusión de que hacía falta una voz nueva, y desde hace casi dos años, un grupo de amigos y conocidos sin experiencia política previa en el máximo nivel de los partidos, decidimos empezar a trabajar en esta línea. Eso se ha materializado en la voluntad ya manifiesta de poner en marcha una nueva fuerza política. Surgió en conversaciones entre amigos, de la forma más natural y espontánea.

Este proyecto, de base cristiana, se sitúa en el espectro derecho del tablero político, ¿en qué se diferencia de otros ya existentes como Vox?

No tenemos nada que ver con Vox, en primer lugar porque esto no nace de personas que hayan estado ocupando cargos políticos y que hayan sido excluidos de sus formaciones, sino que nace de gente que no tenemos ningún cargo ni estamos intentando recuperar la silla que hemos perdido. En segundo lugar, porque no está dirigido al espectro de centro-derecha, por una parte creo que el binomio izquierda-derecha ya no dice nada en España ni en el resto de Europa, como hemos podido ver en Francia. Ese concepto quizás tenía sentido en la sociedad del siglo XX, pero ahora las sociedades son mucho más complejas. A mí me gustaría, que de cara a los procesos electorales, nos votara gente que ha votado al PP, al PSOE, a Ciudadanos, a Podemos, ya Vox, porque los problemas reales de la gente son comunes a la gente de derechas y de izquierdas. No tenemos el talante conservador y casi monotemático de Vox, sino una amplitud de horizontes mayor, de hecho, tal y como dijimos el día que presentamos Avanza, no partimos de ideologías cerradas sino que nos centramos en los problemas concretos, al margen de las ideologías previas de unos y otros.

En cuanto a las propuestas económicas y el sistema político, se pueden encontrar ciertas similitudes con Ciudadanos

En el proyecto de Rivera veo cosas que son similares a las que plantea Avanza, como por ejemplo, la preocupación por el desafío independentista catalán o la preocupación por llevar a la agenda política los problemas de los autónomos y emprendedores, que son problemas concretos de la gente. Sin embargo, me parece que Ciudadanos está demasiado instalado en el sistema y no tiene mucha licencia en este momento.

Según comenta, el PP ha perdido su identidad y se ha convertido en un partido socialdemócrata clásico, ¿en qué se basa esta afirmación?

Las políticas fiscales del PP son claramente de impuestos al alza de forma continua, intentan arreglar los problemas sociales con más impuestos y con más gasto público, que es lo que propone la socialdemocracia frente a planteamientos más liberales. Además, el PP ha abandonado completamente el carácter humanista; no oirás al PP hablar de las familias, de los problemas de las mujeres embarazadas, de los problemas de los pensionistas que no llegan a fin de mes. Por eso, tanto el componente humanista clásico como el componente liberal, ya no forman parte de las señas de identidad del Partido Popular.

En los últimos procesos electorales hemos visto cómo, a pesar de la corrupción y la pérdida de votos, el PP sigue ostentando el liderazgo de la derecha y ganando elecciones

El futuro no está escrito. En las tres últimas elecciones generales, el PP ha vivido un proceso de pérdida constante de votos, y las encuestas parecen indicar que ese proceso sigue adelante con más o menos intensidad, y no ha habido nunca una fuerza política que de verdad pueda constituir una alternativa consistente. Por otra parte, creo que el PP, por su pérdida de identidad ideológica y programática, está unido básicamente por el poder, y el día que pierda el poder entrara en una crisis de dimensiones grandes. Por eso, creo que en el futuro habrá un claro hueco electoral muy amplio, por todo lo que están abandonando tanto el PP como el PSOE. En ese hueco amplio y en ese 30% de españoles que según el CIS no están dispuestos a votar a nadie, es donde pretende instalarse Avanza.

¿Cómo se ha planteado realizar este trabajo de cara a los procesos electorales de 2019?

Avanza no surge como otros partidos, en los que se reúne un grupito de gente, elaboran unos estatutos y un programa y luego piden a la gente que les vote. Nosotros le pedimos a la gente que no se siente representada por la clase política, que vengan a contarnos sus problemas y las soluciones que les gustaría conseguir. De momento, eso se hace a través de la Red, en nuestra página web: www.proyectoavanza.es, y hemos recibido respuesta de miles de personas desde que presentamos el proyecto. Vamos a intentar ir canalizando los problemas y propuestas de la gente corriente, y constituyendo los grupos de trabajo con gente con formación más específica, para ir convirtiendo esas demandas en propuestas estudiadas y cuantificadas económicamente, que puedan formar parte de nuestro programa. Es un proceso muy vivo y abierto que confío en que funcione, porque creo que en la sociedad española hay muchas energías, por decirlo así, que no se trasladan a la vida política. Es un experimento y vamos a ver si funciona.

Hemos asistido a las crisis y problemas de expansión de nuevos partidos como Podemos y Ciudadanos, precisamente porque en estos procesos es difícil controlar quién entra y qué plantea

Por eso hemos querido empezar por un manifiesto de principios, de forma que quien se sienta cómodo, que no quiere decir que suscriba al 100% todas las líneas, pueda participar en el proyecto. Que quien entre lo haga con buena o mala fe o con intenciones altruistas o egoístas, es algo que puede ocurrir porque cuando te fías de la libertad de la gente, existen unos riesgos. Sin embargo, a mí no me preocupa especialmente porque confío en que la propia dinámica de funcionamiento y el carácter de movimiento abierto que no trabaja por el liderazgo de alguien concreto; yo por ejemplo, no voy a ser candidato electoral, nos da una gran libertad para ir rechazando a quienes quieran entrar con intenciones torticeras. Obviamente, el futuro no está escrito así que iremos viendo si somos capaces de mantener en sus vías o no.

Ciudadanos y Podemos surgieron con la intención de dar esa respuesta a las demandas de la sociedad que no se veían satisfechas por los partidos tradicionales; y por ese mismo motivo ha nacido Avanza. ¿Qué ha ocurrido con estos partidos para que sea necesario crear una nueva fuerza?

Que otros no consigan dar respuesta a las demandas sociales, no significa que nadie pueda conseguirlo. Quizás podemos parecer muy idealistas, y probablemente lo seamos, pero creo que es una necesidad real que merece la pena intentar. Creo que en el caso de Podemos, al principio se apoyaron claramente en un movimiento muy emocional, el de la indignación; que no surge con ellos, sino que Podemos se la encuentra e intenta ‘secuestrarla’. El problema es que los estados emocionales, suelen durar poco, tienen un recorrido corto. Creo que tiene más recorrido la adhesión a unos principios o un análisis de la realidad. Creo que Podemos tiene el lastre de su carácter ideológico, están atados a unos preceptos ideológicos que ya tienen poco que ver con la realidad de las personas. En el caso de Ciudadanos, quizás están pagando el precio de un crecimiento muy rápido y poco asentado. El salto del ámbito regional en Cataluña al panorama nacional se hizo casi en un contexto electoral inmediato, que probablemente plantee problemas de digestión. Por eso, nosotros hemos querido lanzar este proyecto teniendo por delante dos años en los que, en principio, no habrá ningún proceso electoral.

Unos meses antes de la presentación oficial de Avanza, el diario ‘La Gaceta’ publicó una información que señalaba al ex ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, como uno de los promotores de la plataforma

Eso es absolutamente falso, si me hubiesen preguntado a mí, cosa que no hicieron, se lo habría aclarado. Alberto Ruiz Gallardón, que es amigo mío, no está en este proyecto.

También se ha publicado que Avanza está buscando un líder entre antiguos dirigentes del PP, como José María Aznar

Eso tampoco es verdad. Yo no tengo ni idea de los planes personales de Aznar, pero desde luego en Avanza no le hemos ofrecido liderar el proyecto, porque como te decía esto pretende ser una movilización o voluntariado político de la gente normal, no estamos buscando antiguos líderes políticos para reciclarlos. Si alguno se quiere apuntar, que se una, nosotros ofrecemos unirse a los 48 millones de españoles, si coinciden con nuestros planteamientos. Pero no hay ningún líder oculto, es más, yo no tengo ni idea de quiénes serán los líderes electorales de Avanza en su momento. Espero que esos líderes surjan del trabajo que vayamos haciendo en estos dos años, de movilización social y elaboración de programas.

Se muestra muy crítico la clase política por el hecho de “estar en manos de un grupo cerrado de personas que viven de esto y cuyo sueldo dependa del favor de su jefe y del aplauso de los poderes fácticos”. Sin embargo, usted fue uno de los que vivió de esto y cuyo sueldo dependía del favor de su jefe, ya que fue secretario de Estado con Aznar

Estoy muy orgulloso de esos 8 años porque creo que en los dos Ministerios que pude gestionar (Medio Ambiente y Fomento) se hicieron cosas muy interesantes, y a la vez, esa experiencia me ha enseñado cómo funciona el sistema. Creo que los problemas se han ido agravando desde, y no quiero decir que ahora todo sea malo o se haga mal, ni mucho menos, pero creo que la experiencia como Secretario de Estado me ha ayudado a hacer este diagnóstico de la realidad.

Aunque por el momento no existe un programa electoral, ¿se han definido algunas medidas concretas que Avanza pretende llevar a la agenda política?

Todavía no tenemos programa porque estamos invitando a la gente que quiera sumarse al proyecto a que colabore en ese programa. Aún tenemos dos años para desarrollar el programa electoral de cara a los procesos de 2019. Lo que sí hemos conseguido es establecer unos principios, que consideramos importantes de cara a los programas, y serían esa profunda reforma del Estado que comentaba, la pasión por la libertad, porque tenemos un sistema burocratizado e intervencionista que lastra las posibilidades de desarrollo económico, de creación de empleo, de libertad educativa… Estamos tratando de ver cómo podemos promocionar la libertad en todos los sectores de la sociedad administrativa. Por este motivo, queremos hacer una auditoría de eficacia de las administraciones públicas en España, porque tenemos varios niveles de administración con competencias solapadas, que es ineficiente y agobiante. También le damos mucha importancia a la familia, que es una estructura social fuerte que genera solidaridad, cuidados y atención, y sin embargo, está ausente de las políticas públicas. En el último Debate sobre el Estado de la Nación, creo que nadie pronunció la palabra familiar, como muestra de esa lejanía entre lo que debate la clase política y lo que le importa a la gente. Luego estaría el tema de los jóvenes; me parece inadmisible y lacerante que en España tengamos cerca de un 50% de paro juvenil, y que los jóvenes que encuentran trabajo lo hacen por sueldos miserables y con una inestabilidad que afecta a los proyectos vitales. Esos son los grandes principios que defendemos. Estamos empezando a constituir los grupos para ir elaborando con calma y seriedad las medidas programáticas concretas.

El manifiesto de Avanza celebra la eficacia de la Transición, al tiempo que plantea la necesidad de una segunda transición, ¿en qué consistiría?

Se trata de una profunda reforma del Estado porque la primera Transición alumbró en España la libertad pero también la clase política, que se ha convertido en un problema ahora para la libertad. Es un sistema muy cerrado en el que pequeñas minorías controlan todo el Estado porque controlan las listas electorales, el Parlamento, el Gobierno, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y los órganos de control del propio Gobierno. Por tanto, creo que es necesaria una segunda Transición para acabar con la partitocracia y dotar al sistema político de libertad y transparencia. Creo que este objetivo está por encima de las ideologías y que nos vendría bien a todos los españoles que aspiramos a una democracia más sana y transparente, al margen de las ideologías puntuales. La reforma profunda del Estado implica una reforma del sistema de partidos, del sistema electoral, de los reglamentos del Congreso y del Senado, de la forma de designar a los magistrados del Tribunal Constitucional y del CGPJ, etc.

La familia es uno de los ejes transversales del proyecto, ¿qué modelo de familia defiende Avanza?

Los modelos de familia los deben definir las personas porque forma parte de su libertad afectiva, sexual y vital. Nosotros lo que queremos es que el Estado, cuando se constituyen núcleos familiares que generan solidaridad entre las personas, deben ser protegidos y tenidos en cuenta. Nosotros no vamos a meter al Estado en la cama de la gente, sino que queremos que el Estado proteja y apoye a quienes forman estos núcleos familiares, desde el punto de vista fiscal, de la libertad educativa, de la integración laboral y las políticas de conciliación, etc; pero no vamos a proponer que el Estado defina la vida personal y familiar de las personas.

Dentro del manifiesto hay un apartado dedicado a la violencia contra la mujer, en el que se considera que los vientres de alquiler y el aborto constituyen formas de violencia

Casi todo en política es polémico, si uno entra en este juego sabe que no te respaldará la gente al 100% en nada. A mí los vientres de alquiler me parecen una forma de mercantilización del cuerpo de la mujer y un sistema de compra de niños, que creo que no es respetuosa con los derechos humanos. Sé que hay gente que no lo ve así, pero qué le vamos a hacer. En el caso del aborto, creo que es uno de los grandes dramas de nuestra época, y por eso preconizamos que el Estado debe ser solidario con la mujer embarazada, al menos para que de entrada tenga alternativas al aborto, y claro que me gustaría que tuviéramos una sociedad sin ningún aborto.

Avanza se dirige a quienes “representan a la España que se siente orgullosa de su pasado” frente al “complejo colectivo que lleva a una crítica generalizada del país y su historia”. ¿De qué deberíamos sentirnos orgullosos?

Las naciones son el fruto de la Historia, de las decisiones de millones de personas, que a lo largo de generaciones establecen lazos de integración, comparten formas de vivir, relaciones económicas, etc. Creo que valorar las propias tradiciones culturales, lo que nos une, tanto en el ámbito español como europeo, es algo que debiera hacerse con más pasión, como se hace en Francia, en Gran Bretaña o en EEUU.

Según el manifiesto fundacional, en España “se satisfacen inagotables necesidades de gasto público, muchas veces, sin ninguna justificación de utilidad social y con clara orientación electoralista”, ¿a qué se refiere?

Se refiere por ejemplo al mundo de las subvenciones; las administraciones públicas destinan unos 30.000 millones de euros al año a subvenciones, y me gustaría saber si eso es algo útil de verdad y que no se está regalando a amiguetes y proyectos de interés particular. En lo que se refiere a la contratación pública, ¿de verdad hacemos cosas que España necesita o hacemos cosas para lucimiento del político de turno?, ¿cuántos aeropuertos, teatros o polideportivos que no usa nadie hay en nuestro país?. Lo mismo pasa con la gestión de servicios públicos, ¿es de verdad eficiente el gasto en Educación o Sanidad en España? Yo tengo muchas dudas, de que con el mismo dinero no podamos hacer las cosas mejor. Estas son cuestiones que creo que todos deberíamos plantearnos y que nunca se debaten en el Parlamento.

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