www.diariocritico.com

Rajoy: No creo, no lo recuerdo, no me consta...

jueves 27 de julio de 2017, 11:17h

La comparecencia del presidente del Gobierno y a su vez también del Partido Popular, se produce el día de Santa Ana y San Joaquín, fecha de celebración del santo de Ana Mato ex esposa de Jesús Sepúlveda, uno de los más destacados del Clan de Valladolid formado entorno a José María Aznar y también día del santo de Joaquín Molpeceres, dueño de Licuas y empresario de cabecera del PP de Madrid, que durante años y años se vio beneficiado por adjudicaciones más que discutibles, de obras y servicios en el Ayuntamiento de Madrid, y cuyo nombre ha salido a relucir durante la declaración de Rajoy en varias ocasiones con motivo de la financiación irregular del partido de la calle Génova. Esta fecha pasará a la historia como el día en el que tuvo que declarar en la Audiencia Nacional ni más ni menos que un presidente del Gobierno en activo, lo cual en condiciones normales pondría en cuarentena al partido al que representa y evidentemente al propio sujeto activo. Este barrizal de corrupción incesante que llena las crónicas mediáticas de tribunales, sin embargo parece que no le afecta de manera significativa a los populares si nos fiamos por la intención de voto, que le sigue poniendo a la cabeza de las preferencias electorales de los españoles. ¿Realmente la corrupción preocupa a los votantes del PP? Pues parece, que no muchp, lo cual es democráticamente sorprendente.

La declaración se ha guiado como últimamente ocurre, por el manual de estilo del denominado síndrome de la infanta Cristina, donde el “no creo, no lo recuerdo, o no me consta” se convierte en letanía repetida en sede judicial. Durante su declaración ante el tribunal, Rajoy ha asegurado que la gestión económica del partido, allí donde los investigadores ubican la caja B, era responsabilidad exclusiva del tesorero, un señor que hoy tiene 89 años llamado Álvaro Lapuerta, pues como ya nos podemos imaginar, en estos juicios no falta nunca la atribución de responsabilidades a un fallecido o en caso de no tener un muerto a mano, esta se le atribuye a un anciano con demencia senil, que para el caso es lo mismo. Rajoy dice que él se dedicaba exclusivamente a la política, ha insistido en ello varias veces, pero esto en ningún caso le exime de responsabilidad, pues es el máximo responsable del partido, tanto para lo bueno, como para lo malo.

Rajoy aprovechó para echarle el muerto también a un cadáver político de la talla de la entonces todopoderosa Esperanza Aguirre, tal vez devolviéndole alguna de las afrentas que la ex lideresa le hizo al hoy presidente, durante los años en los que era la voz del aznarismo dentro del PP de Rajoy. En este caso, lo ha hecho al reconocer que Lapuerta le trasladó, en presencia de Aguirre, que había sospechas de irregularidades en los ayuntamientos de Arganda del Rey y Majadahonda, en la Comunidad de Madrid. Soltando esto, es como si Mariano dijera allá Esperanza te las compongas ahora. La venganza, es un plato que se sirve siempre frio.

Pero en esta comparecencia, Rajoy no estaba solo. Le acompañaban jugando un papel parecido al de abogado defensor, el abogado de Bárcenas, Joaquín Ruiz de Infante, que ha protestado en varias ocasiones interrumpiendo el interrogatorio, al igual que el presidente del tribunal, Ángel Hurtado, que ha recriminado en varias ocasiones a los abogados de la acusación, cuando estos pretendían descender al detalle, alegando que las preguntas no eran procedentes. Curioso argumento.

Sobre los famosos SMS de apoyo al ex tesorero tales como: “Hacemos lo que podemos”, enviado en abril de 2013 cuando el descubrimiento de las cuentas en Suiza de Bárcenas complicaba su situación judicial, el letrado en representación del PSOE Wilfredo Jurado, le ha preguntado a Rajoy: “¿Qué hacían?”, a lo que éste ha contestado que “nada”, porque ese mensaje “no significaba nada”. Mariano, el rey de pasapalabra.

De toda esta declaración en la que compromete a Lapuerta y a Esperanza Aguirre, sorprende que durante todo el proceso de instrucción del sumario Gürtel, nadie ha mencionado que entre 1996 y 2003, los años que se juzgan y a su vez la época dorada de la trama corrupta, Rajoy insistía una y otra vez que solo se ocupaba de la política y nada tenía que ver con las finanzas. Admitido esto como válido, al igual que aceptamos pulpo como animal de compañía, habría que dar un paso más recordando que en aquellos años quien lo mandaba todo, absolutamente todo en el Partido Popular, era Jose María Aznar el cual siempre presume de tener muy buena memoria y que si puede testificar al contrario que el anciano y senil ex tesorero. Pero, ¿por qué nadie menciona al presidente de FAES? ¿Por qué no está ni siquiera citado como testigo? Seguramente ese Clan de Valladolid o el Clan de los Genoveses, al igual que las sectas secretas, hicieron el juramento de jamás hablar del gran maestre, a imagen y semejanza de las logias masónicas.

Los medios afines al PP y sobre todo a su presidente, han valorado positivamente la comparecencia de Rajoy, enmarcándolo como un acto de normalidad democrática, quitando importancia a la declaración, hasta tal punto, que La 1 de TVE se ha dedicado a contar las cosas insulsas típicas de su magazín de la mañana, pasado la intervención de Rajoy al canal 24 Horas. La oposición sin embargo ha hecho una lectura muy dura y critica como era de esperar. El secretario general del PSOE compareció en Ferraz en una declaración institucional. Era evidente que quería trasladar un mensaje inequívoco pidiendo la dimisión inmediata de Rajoy, envuelto en una solemne declaración institucional del partido, amparándose en el daño causado a la imagen de España. "Las tramas de corrupción que afectan al partido del Gobierno, suponen una mancha en la proyección internacional y prestigio de nuestro país" dijo Pedro Sánchez y añadió que la "ejemplaridad pública es innegociable", porque "el mayor enemigo público es la corrupción, que el PSOE condena con todas sus letras". También lo calificó como un día "negro para la historia de la democracia española".

Por su parte Pablo Iglesias ha dicho:” O Rajoy está mintiendo para proteger al PP, lo que va contra de los intereses de España, o es un hombre enormemente negligente", y por todo ello, el secretario general de Podemos ha anunciado que llamará al líder del PSOE, Pedro Sánchez, para plantearle forzar una comparecencia de Rajoy en un pleno extraordinario y que explique "las contradicciones" que se han visto hoy en el juicio. Según Iglesias, ya no tiene sentido pedir a Rajoy que dimita porque "no va a dimitir" y "esto sólo se soluciona sacando al PP del Gobierno". Está claro que lo que pretende el líder de la formación morada, es forzar cuanto antes un movimiento de oposición real que desemboque en una moción de censura, pero esta vez con posibilidades reales y no de carácter testimonial como fue la anterior.

Mientras tanto, Albert Rivera líder de Ciudadanos, esa fuerza renovadora que se reivindica como adalid de la regeneración democrática, no sabe o no contesta.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios