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'Juego de Tronos' 7x03: el esperado encuentro entre el hielo y el fuego
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(Foto: HBO)

'Juego de Tronos' 7x03: el esperado encuentro entre el hielo y el fuego

lunes 31 de julio de 2017, 12:39h
El tercer capítulo de esta nueva temporada de 'Juego de Tronos' no ha desaprovechado (casi) ni un instante, no dejando apenas tregua, a pesar de ser, nuevamente, un capítulo en el que la palabra se ha impuesto a la acción. Nada de qué quejarse en un capítulo tan interesante que ha visto como el reencuentro de dos de los Stark originales, tras 6 temporadas, se quedaba fuera de sus momentos más intensos.

((ATENCIÓN SPOILERS))

A 'Juego de Tronos' le quedan pocos episodios y muchas cosas por contar, eso hace que, por momentos, esta séptima temporada parezca que esté yendo a la velocidad de la luz, con muchas cosas ocurriendo en un mismo capítulo y poco tiempo para saborearlas. Los viajes, que antes eran parte del arco de los personajes, ahora se hacen en un visto y no visto, y los jugadores se mueven por el tablero a toda velocidad, sin que a los creadores parezca importarles mucho la falta de coherencia narrativa. Hacen bien, todo se está desarrollando a otra velocidad y tienen que convencernos, como Jon a Daenerys, de que el enemigo principal está a las puertas del Muro. Después de todo, la obra original se llamaba 'Canción de hielo y fuego', y 'Juego de Tronos' no era sino el primero de sus volúmenes.

Pero ahora ese juego tiene que resolverse mientras nos preparamos para la madre de todas las batallas. Y casi más importante, cómo gobernar después de terminado el juego, cuando alguien se instale definitivamente en el trono. A pesar de ser presentada como una revolucionaria por parte de Cersei, Daenerys, como todos los demás, tiene un gran apellido para responderla. Es más, actualmente, las tres casas que se disputan el poder son por las que cualquiera hubiera apostado al principio, Targaryen, Lannister y Stark. Lo realmente revolucionario es que ahora están lideradas por tres mujeres, la propia Daenerys, Cersei y Sansa. Las tres tienen distintas formas de gobernar pero, desde luego, todas parecen válidas para la tarea. Sí, incluso una Cersei, que sigue en su papel de villana pero que ha demostrado que puede ser mala pero no idiota. Su escena con Ellaria y su hija ha sido de lo mejor del capítulo. Demostrando lo bien que se les dan las zonas grises los guionistas nos han situado ante una situación de ambivalencia moral. Por un lado, han vuelto a humanizar a Cersei con lo "único que la hacía humana" (según palabras de su hermano Tyrion) el amor por sus hijos. Como madre a la que le arrebataron una hija injustamente, se merece esta pequeña venganza, por otro, se la ve disfrutar de ello, de su posición de poder, del sufrimiento ajeno. Eso sí, me gustó mucho como jugaron con el posible castigo. Por un lado, la manera de matar a la joven serpiente de arena y hacer que su madre lo vea es tremendamente cruel, por otro, la amenazadora presencia de la Montaña, hace que parezca un alivio comparado con lo que podría haber hecho éste.

Su relación con Jaime sigue siendo complicada y este sigue intentando luchar contra ella, pero no puede evitar estar enamorado de su hermana. Sabe que está lejos de ser una buena persona pero no puede luchar contra sus sentimientos. Lo mismo que le ocurre cuando Lady Olenna le confiesa que mató a Joffrey, sabe que era un monstruo pero, también, que era su hijo. Su enfrentamiento dialéctico con la Reina de las Espinas es otro de los grandes momentos del episodio. Diana Rigg ha hecho un increíble trabajo dándola vida y se ha despedido por todo lo grande, sin duda, ha sido lo más destacable de la extinta casa Tyrell. Y es que los Lannister, con la inestimable ayuda de Euron Greyjoy (me está gustando mucho que no hayan intentado hacer de él un sustituto de Ramsey, como este lo fue de Joffrey… y sus enfrentamientos verbales con Jaime no tienen desperdicio), están resultando mucho más difíciles de batir de lo que se esperaba. Adelantándose a cada movimiento de Tyrion y Daenerys han acabado con los aliados de Poniente del bando Targaryen, haciendo de la visita de Jon un acontecimiento mucho más importante del que ya era.

Hielo y fuego

Y es que, por fin, dos de los personajes con más peso de la historia, por fin, se han conocido, los que todo lector de los libros ha identificado como el hielo (Jon) y el fuego (Daenerys) del título, los dos personajes más probables para ser el "príncipe o princesa prometidos que acabarán con el Rey de la Noche", dos de los tres más que probables jinetes de los tres dragones que existen y así hasta el infinito. Casi tantas cosas como títulos tiene Daenerys, tal y como las recita Missandei ante Jon y ser Davos, solo para ser respondida por este último, "este es Jon Snow... Rey en el Norte". Gran introducción para el encuentro más esperado. Y es que, a pesar, de que ni Emilia Clarke, ni Kit Harrington, se encuentran entre lo más sobresaliente de su reparto han sabido estar a la altura del excelente guión y dar buena cuenta de sus muchas diferencias y de sus tantas similitudes. Ahora mismo parece que se aleja la posibilidad que algunos vislumbraban de una relación amorosa. No se ha jugado esa carta, pero su relación, sea de la clase que sea, sigue siendo fundamental para lo que ocurra de aquí al final. El elemento que parece unirlos por ahora es el tercero en discordia, Tyrion Lannister, que parece sentir verdadero aprecio por los dos. Este episodio ha servido para volver a sacar provecho del gran Peter Dinklage y volver a poner en la picota al pequeño de los Lannister. 'Juego de Tronos' siempre agradece cuando este da a un paso al frente. A pesar de los recelos entre uno y otro, parece que Tyrion va a conseguir que se entiendan de una manera y otra. Aun así, otro punto a favor del episodio ha sido ver como Tyrion está lejos de ser infalible y como su plan magistral ha quedado descabezado en menos de dos episodios, con los Inmaculados en una situación crítica y los Tyrell y los dornienses completamente derrotados.

En Invernalia Sansa vuelve a demostrar unas perfectas dotes de mando, sabiendo preparar a los suyos para los rigores de la batalla en el invierno. Sigue teniendo a su lado a Meñique susurrándole cosas al oído (está claro que Lord Baelish es el equivalente de Lengua de Serpiente en el mundo de Martin) pero no parece que, por ahora, hagan mucho efecto. Mucho más conmocionada parece cuando se reencuentra con su hermano Bran y este, intentando, explicarle quién es ahora, el Cuervo de Tres Ojos, la comienza a contar cosas que la han sucedido, como su traumático día de boda con Ramsey Bolton. Bran ya no es un Stark, por momentos, no parece ni humano y su presencia es perturbadora (lo que hace que la posibilidad de que esté detrás de las voces que escucha el Rey Loco se haga más grande).

La serie va eliminando a gran velocidad a los personajes secundarios, cada vez queda más claro quiénes son los personajes principales, aquellos con los que empezamos en la primera temporada. Las distancias se va haciendo más cortas, al igual que el mapa se va estrechando. La única historia que parece estar un poco fuera de todo esto es la de Sam y Ser Jorah, pero es evidente que la ayuda de Sam será fundamental a la hora de derrotar al ejército de los muertos, y es que más allá de un príncipe o princesa prometido en una lejana profecía, alguien que sepa leer y seguir las instrucciones correctamente será necesario para derrotarlo.

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