Inasequible al desaliento. En el suma y sigue de los despropósitos de Donald Trump, unos ya sabidos y otros que salen a flote gracias a investigaciones periodísticas, acaba de descubrirse sus magníficas relaciones e intentos de negocios comoerciales con Rusia, país que tanto le ayudó a derrotar en las presidenciales de EEUU a su rival Hillary Clinton. Trump, suma y sigue.
El problema fundamental de este nuevo desafuero - y van...- es que el ahora ya pesidente de Estados Unidos estaba negociando copiar en Moscú un enorme, llamativo y lujoso edificio, similar a sus famosa Torre de Nueva Yok (Trump Tower), pero cuando ya había decidido competir por ese cargo de EEUU y ya era oficialmente candidato. Asó lo publica este lunes el diario 'The Washington Post'.
Como es lógico, este prestigioso diario se basa en una serie de investigaciones que saben del asunto, porque incluso hay datos y pistas de la negociaición, que empezó al término de 2015 -seis meses después de que Trump hubiese anunciado de manera oficial que se iba a presentar a las elecciones presidenciales de su país- y continuó a lo largo de 2016.
Fue un muy conocido poromotor de origen ruso, Felix Sater -con problemas con la justicia de su país, ya que llegó a estar en la cárcel-, quien le dijo que iniciase las negociaciones porque estaría apoyado por gente cercana al presidente ruso y que viajase a Moscú, lo que Trump finalmente no hizo. Un problema de última hora sobre los terrenos en que se iba a contruir la torre fue retrasando el asunto que finalmente no se llevó a cabo.
El diario que ha destapado este turbio asunto, sobre el que Trump no se ha pronunciado ni en sus polémicos tweets, deja claro en los documentos que afirma poseer, que el presidente estadounidense tenía este tipo de intereses, y otros, comerciales con Rusia mientras hacía campaña electoral de unos comicios que finalmente ganó.
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