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¿El erotismo o la lencería sexy han dejado de ser tabú?
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¿El erotismo o la lencería sexy han dejado de ser tabú?

martes 12 de septiembre de 2017, 16:59h

Si nos ponemos a hacer memoria, ¿cuáles eran los temas políticamente incorrectos, los que no podían aparecer en ninguna conversación? Sí, eran, precisamente, política, sexo o religión. A veces también deporte – porque muchas veces se vive como una religión. Sin embargo, progresivamente estos temas se van colando en las conversaciones y mucho de esto se debe a que internet los ha normalizado, pudiendo encontrar desde lencería sexy online hasta ver los debates en el congreso en directo.

Sí, los tiempos cambian. Ya los revolucionaron con el cine del destape, eso creyeron. Sin embargo esas películas no consiguieron destapar a una sociedad que, de puertas para fuera y de puertas para dentro, aún consideraba el erotismo como un tabú.

Definamos lo que es el erotismo.

Quizá en esas cintas de Pajares, Esteso y Antonio Ozores se percibía casi como algo más básico, que tenía que ver con el instinto masculino. En realidad, el erotismo va más allá del deseo, de la excitación; tiene que ver con compartir y pensar en dar placer a la otra persona. Y, sí, puede entenderse ligado al acto sexual, pero también puede existir sin él.

En el cine, los desnudos han dejado de verse como excepciones, más bien se han asimilado como algo normal, que normal había sido siempre, tan normal como el deseo o la excitación hacia nuestra pareja o hacia a otra persona, incluso, desconocida. Hablarlo, en la España de los años 60, era del todo raro y hasta atrevido.

Y el fin de la censura en las artes tampoco hizo que los sonrojos cesasen entre las mujeres españolas. Quizá, haya sido, simplemente, el progreso, la globalización. Se han dado tales pasos de gigante que el rechazo a categorizar como algo natural algo que lo es, simplemente, terminó.

La tecnología ha tenido mucho que ver. Porque Internet no entiende de prohibiciones sociales y ha sido el refugio de muchas sex shop, sobre todo de pequeñas ciudades. De esta forma, los usuarios no tienen por qué sentir vergüenza, ni tener pánico por el qué dirán. Son sólo una dirección de correo electrónico y un número de cuenta a la hora de realizar alguna compra tan natural como un vibrador o cualquier otro juguete sexual o prenda íntima.

Por otro lado, también la llamada liberación de la mujer ha influido mucho en cómo está cambiando el mundo de la sensualidad, del erotismo, de las relaciones de pareja y del sexo. La mujer ha reclamado su protagonismo en la relación, ha usado lencería sexy, disfraces, atrezos elegidos por ella, ha reclamado la luz que le había correspondido durante todos los años de dictadura y censura y así, casi, ha sido ella la que ha conseguido romper esas reglas sociales, reclamando su espacio, su placer y consiguiendo normalizar términos como “erótico” o “sexo” e incluirlos en conversaciones entre amigas y cada vez más entre amigos y amigas. Puede ser.

Los tiempos cambian, también la influencia de otros países, más abiertos que la España de los 50 ha ayudado también. La globalización. La información. La prisa por no quedarse atrás. Tanto han cambiado las cosas que ahora es mucho más arriesgado hablar de política o deporte que de sexo. Al menos, las miradas, no son las mismas.

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