Serranito, guitarrista: "Los poderes públicos no apoyan ni el flamenco ni la cultura"

-Nunca es tarde, pero ese libro y disco recopilatorio de muchas de sus grabaciones, entre ellas las primeras remasterizadas por Warner, ha tardado mucho, ¿no?

-Bueno, añadiré la segunda parte de la frase, "si la dicha es buena". Y es buenísima, aparte de que no había obligación por parte de nadie de hacerlo, y agradezco a la editora 'El Flamenco Vive' y a la discográfica el enorme trabajo que se han tomado. Tambiñen es verdad que lo prefiero ahora, porque me entero, y no después de palmar, que yo creo que no me enteraría, ja ja...

-Seguimos con humor, porque se han olvidado de su faceta de bailaor, que tanto le gustaba, aunque fuera como aficionado, imperdonable, ¿es así?

-Pues sí, no hay derecho, con lo bien que lo hacía, ja ja. En serio, me ha gustado mucho e incluso me he arrancado a veces dejando la guitarra. La última en la presentación de este disco libro en el mítico Corral de la Morería, donde tantos años actué. Por cierto, aprovecho para agradecer la presencia de tanto guitarrista joven; fue muy emocionante, e incluso me perdonaron ese arrebato de baile.

-Este apoyo me parece justo a un pionero de la guitarra de concierto como usted, tras lo cual tantos discípulos le siguieron, gente como Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar, entre tantos. ¿No habría sido un desprecio no acudir al 'padre' de todos ellos?

-Bueno, pues tampoco estaban obligado y por ello se lo agradezco más. En cuanto a lo de pionero, es verdad, en los años sesenta y setenta, pero antes de mí hubo otros como Ramón Montoya y Sabicas. Digamos que yo fui el pionero de mi generación, aunque es verdad que el asunto cuajó más que con los anteriores.

-Sin embargo usted se ha quejado de que económicamente, ni cuando empezó ni ahora, no se valora igual el concierto de solista que cuando acompaña a los cantaores. ¿Tiene esperanza en que cambie?

-Eso es así y ojalá cambie, porque no te puedes ganar la vida, en España, como solista de concierto flamenco, lo que paradójicamente sí ocurre en el extranjero y debería ser una vergüenza.

-Ahora que hay tantos maravillosos cantaores y 'tocaores', quizás mejor que nunca, ¿qué opina de que al flamenco se le valore más fuera?

-Es verdad que tenemos un plantel extraordinario de artistas y que fuera de nuestras fronteras se valora económicamente mucho más, y yo que tantas veces he actuado por ahí lo he vivido en primera persona. Es una pena. Y volviendo a lo de si tengo esperanza, pues, la verdad, tengo que ser pesimista al menos a corto plazo.

- Supongo que por parte de los poderes públicos, fundamentalmene, ¿no?

-En efecto, sería exigible que se volcaran más no sólo en algo tan nuestro como el flamenco, que como la tan de moda marca España es inigualable porque no lo tiene ningún país y gusta tanto en el extranjero, sino también con otros temas musicales y de cultura, que tampoco apoyan. Pero, claro, a este Gobierno no parece interesarle. Y, ojo, a los anteriores tampoco. O sea que a los poderes públicos no les interesa, les viene mejor que haya ciudadanos poco cultivados.

-Aunque al menos la mezcolanza de flamenco y jazz sí que está muy de moda aquí y fuera de aquí, ¿qué opina de esta música?

-Es verdad que desde hace unos años se da mucho esto del flamenco-jazz. Pero no hay que confundir: porque ni es flamenco ni es jazz. Sin que por ello no admita que son dos géneros magníficos por separado e incluso que cuando se juntan queda una música muy agradable, que suena muy bien, y es muy comercial. Pero cada una va por un derrotero distinto, aunque insisto en que suena bien. O sea que no existe el flamenco-jazz, porque ni es una cosa ni la otra, son distintas.

-Dentro de este magnífico panorama de guitarristas, en el que usted es uno de los más grandes, quizás sea el único autodidacta, lo que parece un milagro.

-Es cierto que yo aprendí a tocar solo, en mi casa con una guitarra que me regaló mi padre y a base de echarle muchas horas y sobre todo mucha pasión logré llegar a donde he llegado, que no sé si merece, aunque se agradece, lo de grande. Sí, soy un caso raro, aunque no el único, pero es mejor estudiar la técnica con profesores que te orienten, aunque el alma y eldesgarro flamenco debe llevarse dentro, nacer con él.

-Me da pie a la última pregunta, ¿es mejor se gitano que payo para esto del flamenco?

-No, qué va. Es un tópico muy extendido, tanto en cantaores como en guitarristas. Como lo de ser andaluz o no, y recuerdo que yo soy madrileño. Tampoco hace falta recordar que, por ejemplo, Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar no eran gitanos. E insisto en lo anterior: no es cuesión de lugar de nacimiento ni de razas, sino de estudios para la técnica, dedicación y, claro, sentir el flamenco, llevarlo dentro.