Agentes de la Guardia Civil, acompañados por una comitiva judicial, se han personado en la mañana de este jueves en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Ponent (Lleida). En el marco de una investigación abierta en el juzgado de instrucción 4 de Lleida, los agentes han acudido a la comisaría de la policía autonómica en busca de datos y grabaciones de las comunicaciones internas del pasado 1-O, cuando se celebró el referéndum soberanista que fue anulado por el Tribunal Constitucional.
Por orden judicial, los agentes han requerido a los Mossos las grabaciones telefónicas de las horas previas y posteriores al referéndum, así como el volcado de los teléfonos de dos mandos de la policía autonómica y un agente, que coordinaban el dispositivo policial del 1-O. La Guardia Civil ha solicitado también las comunicaciones de radio que se dieron desde la centralita de esa comisaría.
Además, la Guardia Civil estaría tratando de recabar "diferente documentación" relativa a la jornada del referéndum soberanista que fue anulado por el Tribunal Constitucional. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dio orden a los Mossos de cerrar los colegios electorales e impedir la votación en el referéndum, por lo que se trata de esclarecer si algún agente desoyó estas órdenes.
La semana pasada, la Guardia Civil registró el edificio de emergencias del 112 cercano a Reus en busca de las comunicaciones de los Mossos d'Esquadra del pasado 1-O. Acompañados también por un letrado de la Administración de Justicia requisaron varios archivos para analizar las comunicaciones grabadas que realizaron las patrullas en cumplimiento de una orden dictada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Gandesa.
Esta investigación se desarrolla al mismo tiempo que la que lleva a cabo la Audiencia Nacional por el presunto delito de sedición por parte del major de los Mossos, Josep Lluís Trapero. Este miércoles, la Audiencia ordenó a la policía autonómica catalana identificar a los agentes que trabajaron en la jornada del 1-O. El alto tribunal pretende esclarecer si algún agente, a título personal, no siguió las instrucciones que se habían trasmitido para impedir la votación del 1-O.
Los Mossos han sido cuestionados a raíz de su papel el pasado 1-O, ya que se les acusa de inacción. Hay quienes apuntan que esa supuesta inacción provocó una falta de colaboración con el dispositivo formado por guardias civiles y policías nacionales. Durante esa jornada se produjeron múltiples disturbios e incidentes que se saldaron con centenares de heridos por las cargas policiales.
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