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Un momento de la representación
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Un momento de la representación (Foto: María Quintero)

La autobiografía del mítico Ingmar Bergman se sube a las tablas como estreno absoluto en español

> En el Infanta Isabel con un reparto encabezado por otro mito: Emilio Gutiérrez Caba

viernes 20 de octubre de 2017, 09:06h
De mito a mito. Uno de los grandes cineastas de la historia, Ingmar Bergman, destacado también en otros campos de las artes escénicas, dejó escrita su autobiografía. Y uno de los mejores intérpretes españoles del último medio siglo, Emilio Gutiérrez Caba -el menor de una gloriosa saga-, se encarga de protagonizar este 'Después del ensayo' -por primera vez en castellano junto a dos grandes actrices como Chusa Barbero y Rocío Peláez, todos dirigidos por Juan José Afonso, que llevaba una década intentando levantar este maravilloso proyecto- para goce y disfrute de los espectadores. Una cita obligada e improrrogable hasta el 29 de octubre en el Infanta Isabel.
Es el mejor homenaje a los actores y directores de teatro, en este caso, tal como le sucediera al propio Bergman, a las actrices: su musa durante años y su hija. El paso inexorable del tiempo, la decadencia del cuerpo enfrentada a la pulsión de los deseos, la necesidad de actuar por encima de todo y en todos los ámbitos de la vida, los fantasmas de personas y personajes que albergan las paredes del teatro, las relaciones íntimas (incluso familiares) que acaban invadiendo a esos seres que se atreven a representar las emociones y los dilemas humanos frente a otros seres que los observan, empatizan o juzgan.

Con esta obra, Bergman intentaba redimirse, justificarse, explicarse. Toda una vida de éxitos y fracasos, condensada en el momento presente, con sus fantasmas y sus personas de carne y hueso, representadas por la madre y la hija, por los objetos que recuerdan todas sus obras, todas las vidas, y la nueva obra que se vuelve a acometer, esta vez con una joven. Y todo vuelve a empezar…

Ahora, el gran Emilio Gutiérrez Caba, a sus 74 años, puede presumir de haber transitado todos los territorios que el propio Bergman recorrió en vida: el Teatro, el Cine, la interpretación, la dirección, los lazos familiares, la familia del teatro, la incertidumbre de la búsqueda y el placer íntimo del hallazgo, la exposición al juicio y el rubor de los halagos.

La magnífica Chusa Barbero, mujer de teatro por encima de todo, encuentra un resquicio para dar vida a esa madre que, como la propia Carmen dice, “se actúa encima”. Junto a ellos, la joven Rocío Peláez, toda seducción, energía y talento, fue la elegida para representar a esa hija frágil, fuerte e inteligente que nació y creció entre bambalinas y que lucha sobre las tablas de un escenario.
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