Llegó el día de la gran cita de los mercados con el BCE. Es muy posible que sea la reunión que más expectación ha generado de los últimos meses, porque se espera que de ella resulte el primer movimiento del banco central hacia la normalización de la política monetaria, eso sí, despacio y sin causar sobresaltos en los mercados. Se barajan dos escenarios. Uno supondría una reducción significativa en el volumen de compras mensuales, actualmente en los 60.000 millones de euros, hasta los 25.000 millones, pero el programa se extendería entre 9 y 12 meses más. El otro escenario contempla que la reducción sea de menor importe, hasta los 40.000 millones, con una extensión del programa de 6 meses. Un tercer escenario, combinación de los dos anteriores, con una reducción de las compras de importe elevado y una extensión en el tiempo menor, mostraría una actitud más agresiva del BCE que difícilmente encaja con las declaraciones de su presidente y las actas de sus últimas reuniones. Mientras tanto, la política sigue siendo un foco de incertidumbre. Sin olvidar Cataluña, en Alemania continúan las negociaciones para formar gobierno. Los partidos que están explorando un gobierno de coalición respaldan que el nuevo gobierno continúe por el camino de la disciplina fiscal con un presupuesto equilibrado y parecen tener claro que no apoyaran el proyecto del presidente francés de fijar un presupuesto para la zona euro.
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