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'La omisión de la familia Coleman': nada une más que la desgracia

'La omisión de la familia Coleman': nada une más que la desgracia

jueves 26 de octubre de 2017, 16:53h
El retrato de una familia hundida en la desgracia personal y colectiva que sobrevive como puede ante la adversidad acumulada día tras día, revés tras revés, deja atónito a un público que asiste concentrado y boquiabierto a una historia llena de vida en algún apartamento viejo y destartalado de una gran ciudad de la Argentina. Se trata de ‘La familia Coleman’, un texto tragicómico escrito y dirigido por Claudio Tolcachir (Buenos Aires, 1975), que puede verse en siete únicas funciones, del 24 al 29 de octubre, en los Teatros del Canal de Madrid.

La calidad del montaje viene avalada, además de la firma de su creador y de los ocho magníficos actores que la construyen función tras función ante los ojos perplejos del público, por las casi 2000 funciones en 22 países (además de España y casi toda Latinoamérica, China, Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Portugal, Alemania, Serbia o Bosnia), por donde han pasado ya más de 260.000 espectadores.

La mano de Tolcachir que fue cocinero (actor) antes que fraile, es prodigiosa. Es capaz de imprimir un grado de verdad y una velocidad a la acción de cuanto sucede en escena, verdaderamente ejemplares. La homogeneidad en la interpretación de los ocho actores que protagonizan ‘La familia Coleman’ roza la perfección, y de principio a fin de la función, sin decaer ni un instante la tensión interpretativa. Ellos son Cristina Maresca (Abuela), Miriam Odorico (Memé), Inda Lavalle (Verónica), Fernando Sala (Marito), Tamara Kiper (Gabi), Diego Faturos (Damián), Gonzalo Ruiz (Hernán), y Jorge Castaño (Médico).

La escenografía presenta una casa con muebles anticuados y algo destartalados repartidos por todo el escenario, en donde coexisten, más que conviven, varios miembros de una misma familia (abuela, madre y tres hijos). La luz se encargará de fijar la atención en uno u otro espacio, sumiendo en la oscuridad absoluta el resto, para convertir la escena en casa, comedor, cocina, tendedero o habitación de hospital. Allí, en todo caso, lo que sucede es la cotidiana destrucción de una familia sin modelo, instalada en el desarreglo, la violencia verbal, la falta de empatía y la pobreza creciente, que hace que sus miembros apenas puedan sostenerse unidos, y si lo hacen es gracias a esos hilos invisibles que ha sabido tender la abuela, único miembro al que parecen respetar todos ellos.

Los cuatro hermanos tienen apellidos diferentes y es que resulta que dos de ellos son de un padre, y los otros dos de otro… Hay uno, además, que parece que no está registrado. Y entre todos ellos, navegando como puede, se mueve entre desesperada, incómoda y huidiza, Memé, la madre. Pequeños detalles, afirmaciones cortas, lanzadas entre un mar de medias palabras, gritos e improperios, van dando pistas adicionales para reconstruir el mapa roto de la familia Coleman.

Parece que el único vínculo reconocido para todos es el de la desgracia. Para todos menos para Verónica, que pudo “huir” del seno de este hogar… y que ahora se enorgullece junto a un obediente cartero (Hernán). Sus tareas cotidianas, que maneja con soltura con ayuda del teléfono móvil, la delatan como una mujer casada y envuelta por el confort y la comodidad de un hogar limpio y ordenado, que la alejan de esa casa que le vio nacer, en donde imperan el lío, la locura y el disparate.

La repentina indisposición de la abuela, que tiene que ser tratada en el hospital, vuelve a reunir a todos los miembros de la familia, Verónica incluida, pero también allí emergen las diferencias, el caos y los secretos se van desvelando hasta descubrir la evidencia de que no hay posibilidad alguna de redención.

El montaje contiene una visión, trágica y cómica a la vez, que conduce a una desesperanza infinita, que va transformando las frecuentes sonrisas que te arranca la función en una mueca estúpida y triste que conmueve tu interior. Este es, desde luego, un montaje imprescindible. Recuerda que acaba el domingo.

‘La familia Coleman’

Autoría y dirección: Claudio Tolcachir

Intérpretes: Cristina Maresca, Miriam Odorico, Inda Lavalle, Fernando Sala, Tamara Kiper, Diego Faturos, Gonzalo Ruiz y Jorge Castaño

Asistencia de dirección: Macarena Trigo

Diseño de luces: Ricardo Sica

Producción: TEATROTIMBRe4//Maxime Seugé y Jonathan Zak

Teatros del Canal, Madrid

Hasta el 29 de octubre de 2017

Más información en: http://www.teatroscanal.com/espectaculo/la-omision-de-la-familia-coleman/

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