Sabedor del significado histórico que tiene su declaración de independencia, el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha pasado de "traidor" a "héroe" en 24 horas, pero con alertas y avisos ante lo que se les vendrá encima ahora a él y a todos sus compañeros de Govern.
"El Parlament ha aplicado un mandato legítimo, ha dado un paso muy esperado por el que hemos luchado mucho la inmensa mayoria de representantes politicos elegidos", dijo, rodeado y respaldado de decenas de alcaldes independentistas, pero siendo consciente del desafío que se ha realizado al Estado: "Vienen horas en las que todos tenemos que sostener y mantener el pulso, en el terreno de la paz, el civismo y la dignidad".
Hizo un claro llamamiento a hacer piña para hacer frente al aluvión de acciones penales que vendrán ahora, ya que Puigdemont y los responsables de esta secesión serán imputados por rebelión y secesión, podiendo pasar varias décadas en prisión: "Un pueblo no se puede construir sin la sociedad, así que hoy alcaldes y diputados representáis la unión, la coordinación y la complicidad para poder construir pueblo".
La Fiscalía actuará de inmediato imputando los cargos más graves y el Gobierno central pondrá en marcha, de inmediato, sus medidas para acabar con el autogobierno de Cataluña, ya con la aprobación del Senado del artículo 155. Incluso el PSOE, aunque con ciertas divisiones, como la del senador y ex president catalán José Montilla, dará todo su apoyo a las medidas más extremas, que pasan por cesar de inmediato a Puigdemont.
Vienen tiempos difíciles, como decía Puigdemont. En concreto, de duplicidades, ya que el Estado sustituirá a los responsables de las instituciones catalanas y éstos se declararán en rebeldía, no reconociendo a los nuevos.
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