El 'exilio' de Puigdemont en Bruselas incomoda al primer ministro belga e impone silencio a su gobierno

El primer ministro belga, Charles Michel, no quiere que la cuestión catalana acabe estallando en una crisis de política interna. Por ello, ha "implorado" a sus ministros -entre los que hay miembros nacionalistas de Nueva Alianza Flamenca (N-VA)- que no hagan más comentarios sobre el tema.

Si bien hace unos meses el propio Michel abrió la puerta a una intermediación europea para Cataluña si fracasaba la vía del diálogo entre el gobierno central y el Govern de la Generalitat, la presencia de Carles Puigdemont en Bruselas ha complicado la situación amenazando con convertirse en un asunto interno en su país.

“Charles Michel ha enviado el mensaje a sus principales ministros implorándoles que no hagan ni un comentario más sobre Catalunya y que pasen la consigna”, recoge este jueves el diario 'Le Soir'.

La N-VA habría estado gestionando el asunto catalán tratando de guardar el equilibrio entre la solidaridad que pretenden expresar con los nacionalistas catalanes y la necesidad de no generar una crisis de gobierno por un crear un enfrentamiento directo con otro estado de la Unión Europea.

Si bien varios de sus miembros se desmarcaron de la llegada de Puigdemont a Bruselas, el comentario del secretario de Estado belga para la Inmigración, Theo Francken, abriendo la puerta al asilo político fue todo un terremoto. El primer ministro tuvo que desmarcarse del ofrecimiento, no obstante, partidos de la oposición, socialistas y ecologistas, ya habrían reclamado una comparecencia de Michel para explicar la postura oficial de Bélgica ante una situación que podría extenderse en el tiempo después de la decisión del ex president de 'atrincherarse' en Bruselas.