Los acusados de la supuesta violación grupal a una joven madrileña en los Sanfermines de 2016 estuvieron ayer martes en el Palacio de Justicia de Pamplona tras llegar en un furgón policial.
El abogado de 3 de los acusados, Agustín Martínez Becerra, aseguró que la declaración de la joven en la vista oral de este martes era "muy importante".
La joven madrileña, que por entonces tenía 18 años, declaró durante más de 4 horas, superando todos los problemas psicológicos a los que se enfrentaba al recordar todos los detalles de esa fatídica noche en la que denunció los hechos. Una pareja se la encontró esa noche en un banco de la calle, llorando y en posición fetal, y avisaron a la Policía.
Los acusados defienden que fue una relación consentida y este miércoles aportarán el testimonio de un detective privado que contrataron algunos de ellos para seguir a la joven tras la denuncia. Nada se sabe de qué declarará, pero la polémica ya está originada: ¿en qué puede contradecir o negar los hechos sucedidos viera lo que viera que hiciera la joven en su ámbito personal los días posteriores a los hechos del año pasado?
En septiembre de 2016, una abogada de alguno de dos de los acusados, Carmen Sala, afirmó: "Hay muchas pruebas por llegar que pueden generar una duda razonable respecto a que las relaciones fueron consentidas". Criticó que "se está prejuzgando" a los detenidos.
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