La barbarie del terrorismo azota de nuevo el continente africano, donde ya son 305 los muertos, de los cuales 27 son niños, y más de 120 los heridos en el atentado contra la mezquita sufí Al Rawdah, situada en la provincia del norte de Sinaí (Egipto). Si bien hace unos días fue Nigeria la que sufrió los efectos del terrorismo islámico, este viernes ha sido Egipto, donde el atentado perpetrado es el más sangriento de la historia reciente del país.
Los atacantes colocaron artefactos explosivos alrededor de la mezquita y los hicieron detonar a la salida de los fieles del rezo del viernes. Tras las explosiones los terroristas comenzaron a disparar contra las personas que intentaban escapar. Las ambulancias que acudieron a la zona también fueron tiroteadas.
El alcalde de la localidad, Nasrala Mohamed, informó que en el ataque murieron 305 personas y al menos 128 resultaron heridas, mientras que la Fiscalía General y medios oficiales cifraban en 235 muertos y 109 los heridos en el atentado.
Pocas horas después del atentado, el presidente egipcio, Abdelfatha Al Sisi, prometió en una alocución transmitida por la televisión estatal una "respuesta brutal" para "vengar" este acto. Al Sisi declaró tres días de luto nacional por las víctimas del ataque.
Decenas de líderes mundiales condenaron el atentado, que el presidente estadounidense, Donald Trump, tildó de "cobarde". Trump transmitió a Al Sisi que la comunidad internacional "no puede tolerar grupos terroristas bárbaros". En un mensaje previo en su cuenta de Twitter, afirmó que hay que ser más "duros e inteligentes" para combatir el terrorismo.
En España, los Reyes se mostraron "horrorizados" por el atentado "brutal, irracional y despiadado" cometido en una mezquita de Egipto. Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expresó su repulsa por el "execrable y cobarde" atentado y trasladó al presidente egipcio sus condolencias.
Según la corresponsal militar del 'Jerusalem Post', Anna Ahronheim, el ex ministro de Defensa egipcio ha enviado sus condolencias a los familiares de los fallecidos, al tiempo que ha recordado que este tipo de ataques "están dirigidos por un enemigo común para todas las naciones y países que buscan la paz y la tolerancia". Y es que las cifras no dejan lugar a dudas, ya que la gran mayoría de atentados perpetrados por terroristas yihadistas han sacudido territorios de mayoría musulmana, por lo que no se trata de actos contra Occidente o la cultura occidental.
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