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Posibles escenarios en las elecciones del 21-D

viernes 15 de diciembre de 2017, 08:35h

En mi nota anterior concluía que el resultado de las elecciones catalanas del 21-D dependía de cuatro posibilidades determinadas por los comportamientos que adoptaran, por aparte, tanto el voto soberanista como el que no tiene esa orientación. Alguna gente me ha dicho que esa lectura resultaba un tanto criptica. Así que he decidido describirla mediante un cuadro de doble entrada, como el que se muestra a continuación, donde quedan más claros los cuatro escenarios posibles.

Antes de hacerlo, creo conveniente señalar que este análisis parte de dos supuestos previos. El primero, que parece más que evidente que se mantiene el empate sociopolítico en el conflicto catalán. Incluso si el bloque constitucionalista es mayoritario socialmente, la cuestión es que su expresión política es menor en términos relativos. Y eso es también el drama para las fuerzas independentistas: pudieron tener mayoría en el Parlament, pero no suficiente para decidir asuntos especialmente graves. Para eso necesitaban mayoría cualificada y no un empate sociopolítico como el que refleja la realidad social catalana. Por eso optaron por saltarse las reglas del juego democrático (sobre todo los siniestros 6 y 7 de septiembre). Ese es, pues, el primer supuesto de este análisis: que el empate sociopolítico permanece.

El segundo es que todo indica que las fuerzas independentistas no parecen poder desviarse de la fidelidad al procés, lo que las conduce a proponer la continuación del choque de trenes. Si ese discurso se mantiene hasta el 21-D una parte de su electorado puede optar por despegarse de esa propuesta, por temor a la continuación del conflicto sin tregua.

Sobre la base de esos dos supuestos (empate sociopolítico y discurso numantino soberanista) es posible componer el siguiente cuadro. De un lado, se apuntan las dos opciones del bloque no secesionista: quedarse en casa o salir a votar masivamente. Y del otro lado las opciones del voto secesionista: apoyar la propuesta de la continuación del conflicto que proponen sus líderes o bien separarse de esa propuesta (para ir principalmente a la abstención). Al cruzar ambos pares de opciones aparecen cuatro escenarios posibles.

OPCIONES

Voto secesionista:

Apoyar en masa la continuación del conflicto

Voto secesionista:

Ir a la abstención para evitar la continuación del conflicto

Voto no secesionista:

Quedarse en casa

Victoria del secesionismo

Participación moderada; (Podemos no importa tanto)

Empate de bloques

Participación baja

(Podemos crece y pesa como llave)

Voto no secesionista:

Salir a votar en masa

Empate de bloques

Participación muy alta (Podemos no crece pero mantiene la llave)

Victoria del constitucionalismo

Participación moderada

(Podemos no importa tanto)

Primer escenario: victoria neta del independentismo. Se produce cuando el voto secesionista apoya la continuación del conflicto y el voto no secesionista opta por no salir a votar masivamente. La victoria secesionista tiene lugar en medio de una participación electoral apreciable pero moderada. En este escenario el peso de Podemos no importa tanto (más o menos como en la anterior legislatura del Parlament).

Segundo escenario: empate ajustado de bloques con baja participación. Aparece cuando el voto secesionista se separa del conflicto sin fin y una parte se abstiene, pero el voto no secesionista tampoco sale masivamente a votar. El empate ajustado de bloques se da en medio de una participación electoral no muy importante, donde el peso de Podemos se hace más evidente.

Tercer escenario: empate ajustado de bloques con participación muy alta. Tiene lugar si el voto secesionista se mantiene fiel al conflicto sin fin, pero el voto no secesionista también sale a votar masivamente. Ello produce, de igual forma, un empate de bloques, pero en medio de una participación electoral muy elevada, donde Podemos no crece tanto aunque mantiene la llave de la formación del gobierno.

Cuarto escenario: victoria clara del bloque constitucionalista. Se produce cuando una parte del voto secesionista se aparta del conflicto sin fin y se abstiene, mientras el voto no secesionista sale a votar masivamente. Tiene lugar entonces una victoria clara del bloque constitucionalista, en medio de una participación electoral no tan alta, donde el peso de Podemos depende del tamaño de la victoria constitucionalista.

Estos cuatro posibles escenarios cubren bastante bien los posibles resultados de las elecciones catalanas del 21-D. Si se realizara el análisis en términos probabilísticos, me atrevo a sugerir que tienen más probabilidades de producirse el segundo escenario (empate de bloque con participación moderada) y el cuatro (victoria del constitucionalismo). Pero no pueden descartarse los otros dos, sobre todo en un clima político tan particular como el que existe ahora en la sociedad catalana.

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