El resultado de las elecciones catalanas de este 21-D será analizado con lupa en medio de una oleada de teorías de la conspiración que alertan sobre posibles fraudes o 'pucherazos'. Indra, la adjudicataria a dedo de Moncloa para computar los datos, hará una doble auditoría de su sistema después de que Anonymous asegurara haber estado en sus 'tripas' informáticas durante 20 días, y los independentistas ya han anunciado que harán un recuento paralelo. Pese a todo, el mayor riesgo real sigue estando en la presentación virtual de los datos provisionales y no en el recuento final.
El precedente de los ataques hacker en las presidenciales de EEUU que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca ha cambiado en parte la percepción de la seguridad de los procesos electorales. Sin embargo, en España la fiabilidad de los resultados no parece tan comprometida por los piratas informáticos debido a distintos factores.
El sistema electoral en nuestro país se basa en el voto físico no electrónico, controlado por los miles de interventores de las formaciones políticas que observan el proceso en los colegios electorales; la propia ciudadanía en las mesas electorales es quien hace el recuento y los datos se establecen las juntas electorales donde se encuentran los originales de las actas de escrutinio recogidas en soportes físicos.
Es decir, el mayor riesgo no está en la posibilidad de que se dé un 'pucherazo' que modifique los resultados de la composición del Parlament sino en la computación de esos datos provisionales que serán ofrecidos en los primeros momentos.
Riesgos reales de los ciberataques
Distintos expertos aparecidos en la prensa advierten de distintos escenarios que los hackers podrían tratar de ejecutar para desestabilizar la jornada electoral en Cataluña.
Desde un ataque coordinado para tumbar por exceso de solicitudes la web oficial con los resultados provisionales, a aplicaciones falsas o informaciones en redes sociales con resultados alterados para crear incertidumbre. Sin embargo, todas ellas serían vías que retrasarían la comunicación temporalmente, pero no peligrarían en ningún momento los resultados reales de las elecciones.
En el peor de los casos, se baraja la posibilidad de que los hackers traten de duplicar la web oficial para modificar los datos ofrecidos. Sin embargo, estas webs clonadas no tardarían en ser bloqueadas por la colaboración de las operadoras. Únicamente podrían generar un verdadero caos si la propia página oficial redirigiese a una falsa. Una opción que consideran muy complicada por la monitorización en tiempo real que se llevará a cabo de los soportes web.
Indra: doble auditoría
En el punto de mira de las suspicacias en torno a la seguridad de las elecciones está Indra. La empresa consiguió la adjudicación del recuento electoral del 21-D sin realizar el trámite habitual de concurso porque el Gobierno del PP tramitó la medida por vía de urgencia.
Moncloa alegó necesidades que afectan a la defensa nacional por la premura con la que fueron convocados los comicios -la convocatoria del concurso suele requerir 6 meses de antelación-, y escogió a Indra argumentando que esta fue la última empresa que había hecho el recuento de unas elecciones en Cataluña, las del 27-S.
No obstante, Indra fue puesta en duda por los ciberactivistas de Anonymous que orquestaron en un ataque para poner en evidencia su supuesta vulnerabilidad de cara a los comicios.
Los hackers -que ya en octubre realizaron unos 70 ataques en la 'Operation free Catalonia' tumbando temporalmente, entre otras, las webs del Tribunal Supremo, del Tribunal Constitucional o de los ministerios de Economía, Justicia y Fomento- aseguraron haberse colado en las 'tripas' de la empresa durante 20 días sin ser detectados y la empresa admitió haber sufrido un ataque.
Si bien Indra aseguró que el ataque no afectó en absoluto al proceso informático de las elecciones catalanas del 21-D, anunció que el 21-D llevará a cabo una doble auditoría de su sistema, antes y después del volcado de datos de las mesas electorales.
En todo caso, hay que recordar que los datos capturados, transmitidos y difundidos por Indra serán siempre los provisionales.
Recuento paralelo
El independentismo recela del recuento que vaya a ofrecer el Gobierno central que controla la Generalitat en virtud del artículo 155, y por el otro lado hay quien apunta a que ERC estaría incluso aleccionando a sus interventores para boicotear el recuento de votos.
Ante esta situación, la ANC y los Comités de Defensa de la República (CDR) han anunciado que pretenden realizar un recuento paralelo en tiempo real a través de miles de voluntarios que estarán presentes en las mesas electorales y que previsiblemente volcarán sus datos en una web distinta a la oficial durante el 21-D.
Estos datos oficiosos son los que podrían generar cierta inestabilidad si no coinciden con el escrutinio oficial en tiempo y forma.
‘Fake news’
Como se ha visto, los ciberataques el 21-D podrían generar inestabilidad en medio de una guerra de desinformación, pero no modificar a priori los resultados finales.
El PP -después de pretender acabar con el anonimato en las redes sociales- presentó el lunes una proposición no de ley en el Congreso para perseguir las 'fake news' con la colaboración de proveedores de internet, prensa y usuarios a propósito de supuestas injerencias en favor del independentismo en Cataluña, después de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, situara en Rusia y Venezuela las cuentas falsas de Twitter que promovían el secesionismo. Sin embargo, el propio CNI ya desmintió que Rusia o cualquier otro estado estuviera detrás de la 'Operación Cataluña' que se llevó a cabo los días siguientes a la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
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