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Matar por razón de odio y los tirantes con la bandera de España

Matar por razón de odio y los tirantes con la bandera de España

viernes 22 de diciembre de 2017, 12:07h

Noticia de actualidad: un hombre supuestamente mata a otro por llevar unos tirantes con la bandera de España. Triste noticia al sucumbir al hecho delictivo, por razón de odio. La autopsia refleja ensañamiento con la víctima, algo que llama la atención desde el punto de vista de la psicología.

Un crimen de odio es cualquier agresión contra una persona, un grupo de personas, o su propiedad, motivado por un prejuicio contra su raza, nacionalidad, etnicidad, orientación sexual, género, religión o discapacidad.

Los motivos principales por los que estos crímenes se diferencian de otros, pueden ser varios. El primero es, que la víctima tiene un estatus simbólico, es decir, no se la ataca por quién es sino por lo que representa. Por este motivo, esta víctima podría ser el objeto de violencia igual que otra persona cualquiera, con la misma ideología. Además, la intención de este tipo de violencia no es solamente herir a la víctima, sino transmitir a toda la sociedad el mensaje de rechazo y repulsa.

En definitiva, los crímenes de odio tienen efectos negativos tanto en la víctima, como en la comunidad a la que ésta pertenece y en la sociedad en general.

En muchos medios de comunicación se habla sobre la implicación de la víctima de extrema derecha afirmándose “era nazi”. Pues bien, ¿todo vale para matar a una persona? La agresión y el homicidio o asesinato es un acto que, en ningún caso, podemos justificarlo como personas insertas en una sociedad. Si bien, podemos discrepar por razones ideológicas, la muerte no debe ser un hecho para condenar un tipo de ideología.

En Psicología podemos explicar el crimen de odio, basado en rasgos psicológicos. A través de estos rasgos, podemos explicar los crímenes de odio como una forma de expresión extrema o desproporcionada de prejuicio. Varios autores aluden al hecho de presentar una capacidad cognitiva, es decir, de pensamiento, mayor que en el resto de la población, con el fin de crear estereotipos vinculados con trastornos afectivos, manteniendo una actitud evitativa, de culpa, llevando a cabo una culpabilización externa al sujeto que realiza el crimen, un sentimiento de frustración, y unos pensamientos paranoicos y de suspicacia hacia el resto, los cuales empujan a las personas a realizar actos que se caracterizan por discriminación, algo que podría ser un hecho adaptativo pero no justificable, además de insultos, el acoso y el asesinato. En definitiva, estas personalidades mantienen un comportamiento autoritario con respecto al resto de la sociedad, viendo que su forma de pensar es la única viable y aceptable.

Además, está persona imputada ya ejerció la violencia hacia un policía, al cual dejó unas graves secuelas físicas. Habiendo sido condenado y cumpliendo los años de condena, nos encontramos con un sujeto, que no ha sido reinsertado en la sociedad adecuadamente.

Si finalmente es condenado por los hechos que se le imputan, nos queda la duda, ¿volverá a reincidir?

Por otra parte, las víctimas de delitos de odio pueden experimentar altos niveles de ansiedad, ira, miedo intenso, y soledad, y sentimientos de vulnerabilidad y depresión. Esta destrucción emocional propicia unas secuelas, aún más profundas, que las lesiones físicas.

Como conclusión, debemos preguntarnos, qué tipo de educación estamos plasmando, para que exista este tipo de odio y por lo tanto, de intolerancia hacia la diversidad.

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