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Oprah, Un nuevo día en el horizonte

martes 09 de enero de 2018, 11:26h

Ciento cincuenta y seis millones de mujeres es el potencial universo al que se ha dirigido Oprah Winfrey en su discurso en la gala de los Globos de Oro y será una gran presidenta de Estados Unidos. Aún no lo ha anunciado oficialmente, pero cuando una figura de su temple e inteligencia da un discurso como ese, el segundo paso ya está dado.

Negra, mujer, triunfadora y con una influencia social reconocida públicamente por décadas. Su discurso establece tres principios, la verdad ante todo; la valentía de las mujeres anónimas y su lucha diaria contra los agravios generados desde una sociedad definida por los machos de la especie. También establece un límite temporal, hoy, ya mismo: se acabó el tiempo de los machos alfa, They’re time is up dijo Oprah y la ovación atronó.

Un camino, la verdad; un objetivo, la lucha de las mujeres; un primer eslogan contundente, atractivo, corto como un hashtag y expresivo como un revólver apuntando: They’re time is up. Y entonces el discurso gana ritmo y fuerza, entra la hermosa y detallada historia de Recy Taylor y adviene, como traída dulcemente por la mano inequívoca de las palabras bien halladas y mejor ordenadas, Rosa Parks. Pausa de Oprah que en lugar de compararla con ella misma, negra, mujer y sureña al fin, o con Puigdemont, blanco, varón y norteño, la invoca como inspiración para ella y para todas las mujeres.

La mención de Rosa Parks levanta una nueva ovación, ritmo vivo y vívido de una alocución construida con palabras inspiradoras, seleccionadas con mimo y colocadas estratégicamente como puntales del edifico firme del discurso que homenajea justamente a Recy Taylor, a Rosa Parks y a todas las valientes mujeres que se levantan y dicen alto y claro Me Too. Es ahora cuando más entregado está el público y Oprah se supera: "Niñas del mundo, hoy hay un nuevo día en el Horizonte y cuando ese día amanezca, gracias a la lucha de mujeres extraordinarias, ninguna tendréis que volver a decir nunca más Me too". Inspirador, brillante, tempo perfecto. Si este es el primer discurso de una carrera por la presidencia contra Trump, preparémonos para una lluvia magnífica de discursos bien trabados.

Tras el páramo intelectual y estético que es la politiquilla española, el vaso de agua fresca, cristalina y emocionante a que nos invitó Oprah trae la política real y con mayúsculas a la primera fila. Ojalá pudiéramos oír en España frases como "Decir la verdad es la herramienta más poderosa que todos tenemos" en vez de las vacuidades de Soraya, las alharacas de Rufián, las frases hipadas en las lágrimas de la escasez intelectual de Marta Roivira o las patadas al diccionario de Rajoy. Ojalá en España tuviéramos políticos que inspiran y no mediocres con la mano larga que dan pena, vergüenza y horror.

Ojalá apareciera una Oprah, una Meryl Streep, un Obama en la política patria en vez de la patulea de ridículos que nos acompaña: el perro bobo de Rafa Hernando; el príncipe encantador marca blanca de Pedro Sánchez; el espacio mental vacío del lamentable Rufián. Ojalá utilizáramos mejor la sintaxis, los verbos impersonales, las elipsis y deíxis y evitáramos la proliferación de “hubieron”, “palantes” “se venden” en detrimento de la ortografía, de los cardinales, muertos ya definitivamente en este desierto intelectual que es España, del subjuntivo que ya nadie usa en la península -afortunadamente nos queda Latinoamérica que mantiene intacto el amor por la lengua, única patria real del ser humano- o de algo tan simple como la concordancia en género y número que ya no existe o exista porque hay que hablar o hablor raro o rara.

Ya viene Oprah Winfrey, ya vienen “los claros clarines, Los áureos sonidos (que) anuncian el advenimiento triunfal de la Gloria; dejando el picacho que guarda sus nidos, tendiendo sus alas enormes al viento, los cóndores llegan. ¡Llegó la victoria!” (Rubén Darío)

Ya viene la marea de olas gigantes e imparables de mujeres nadando firmes, sonrientes y determinadas a tomar las riendas, a gobernar sin miramientos y sin cortapisas, a mostrarnos a los machos de pelos en los güevos que sí es posible otro mundo, pero sin penes dictando las normas escritas o consuetudinarias.

https://www.youtube.com/watch?v=i7hHNu8vRRw

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