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Las primeras declaraciones del preso que 'resucitó' en la sala de autopsias

Las primeras declaraciones del preso que 'resucitó' en la sala de autopsias

miércoles 10 de enero de 2018, 11:53h

La historia la habrán escuchado o leído estos días: se trata de cómo volvió a la vida el español Gonzalo Montoya, quien a sus 29 años amanecía presuntamente muerto en su celda en la cárcel de Villabona, en Asturias. Los médicos certificaron su muerte y vieron que había ingerido un gran número de pastillas con la intención de quitarse la vida.

Además de los médicos de la prisión, el facultativo de la comisión judicial también le dio por muerto y su cuerpo obtuvo la certificación para ser trasladado a la morgue. Como era de rigor, se le iba a practicar una autopsia para cerrar el informe y fue trasladado por una funeraria.

Sin embago, cuando estaba tendido en la mesa aparentemente sin vida, comenzó a roncar, ante la sorpresa de los presentes. Ahí le reanimaron y certificaron lo contrario: que el muerto estaba muy vivo.

Montoya pudo relatar a su mujer lo sucedido: "Lo primero que recuerda es que estaba dentro de una bolsa negra. Como no podía hablar, empezó como a hacer rugidos. Entonces un médico comenzó como a notar los rugidos y abrió la bolsa cuando lo tenían ya para hacerle un autopsia y el médico se asustó mucho. Mi marido se puso a chillar y a sacar los brazos fuera de la bolsa y luego comenzaron a ponerle aparatos y medicamentos para recuperarlo".

Su padre lo contó con más enojo: "Hablando en plata, casi me matan a mi hijo, casi me lo asesinan, porque él estaba vivo. No sé cómo estos dos médicos que daban el alerta de que él estaba muerto lo pudieron pasar por alto, más el juez que enviaron a la cárcel...".

Su esposa, Catia Tarancón, no dio importancia en su última visita unas palabras de su marido, en las que decía que le "iban a sacar para afuera", pero no entendió su significado. Gonzalo, presuntamente, estaría preparando su suicidio. Él tenía un largo historial de problemas psicológicos y acumula varios intentos de suicidio previos.

Montoya cumple condena, según su padre, por un robo de chatarra en la fábrica de Central Lechera Asturiana, ya que su familia, gitana, se dedica a la venta de residuos. Fue condenado a 3 años y 6 meses de prisión y sólo le faltaba ya 6 meses de estancia en ella.

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