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Los menores y el riesgo en las redes sociales
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(Foto: Pixabay)

Los menores y el riesgo en las redes sociales

viernes 19 de enero de 2018, 13:31h

Actualmente, vivimos en una sociedad donde las redes sociales están a la orden del día. Si los adultos estamos expuestos al riesgo que supone formar parte de una red social y los contactos que en esos medios se pueden llegar a hacer, los menores siendo estos más vulnerables tienden a tener mayor riesgo.

Dependiendo de las circunstancias de cada menor y la confianza que depositan en las redes sociales, en ocasiones viéndolas como un juego, aumenta exponencialmente el peligroso mundo de las redes sociales.

Este tipo de comunicación, hace que las personas nos sintamos más libres de expresar cosas que quizás, en persona, no lo diríamos. Es por este motivo, que tendemos a abrirnos mucho a otras personas y exponernos íntimamente, a las personas con la que nos comunicamos. En estos momentos, llegamos a contar información privada y personal muy importante y que puede ser usado en nuestra contra.

Por otra parte, las habilidades embaucadoras de ciertas personas, en la red, hace que los menores se encuentren desprotegidos. Tanto es así, que se conocen casos en los que la acción embaucadora de ciertas personas han sido tales que, ha llevado a los menores a estar inmersos en una red de trata de personas, con el fin de ser explotados sexualmente.

La forma de persuasión más utilizada en estos casos, es la simulación de una relación sentimental para posteriormente, manifestar la necesidad de obtener dinero y de manera sibilina, exigir a los menores que ejerzan la prostitución. Este método se denomina “lover boy”.

El sentimiento de falso enamoramiento que experimenta un menor, por ejemplo, en la adolescencia, puede llegar a ser tan poderoso y peligroso que dificulta la acción de cualquier adulto para socorrerle. El proceso que lleva a cabo el embaucador, es lento y riguroso, intentando modificar los pensamientos de los menores, haciéndoles creer, por ejemplo, que sin ellos no son nada, que les necesitan, que sus familias no les comprenden. Poco a poco, va tejiendo una tela de araña que atrapa a los menores, convirtiéndoles en marionetas de los abusadores.

Además, esa tela de araña es tan potente, que incluso llegan a involucrarle en el mundo del consumo de drogas, con el fin de crearles una adicción y tengan que prostituirse para costearse su propio consumo.

Muchas veces los padres de los menores no son conscientes de las situaciones que están viviendo sus propios hijos y generan un sentimiento de culpabilidad, por no haberse percatado antes. Ese sentimiento de culpabilidad es normal que aparezca, aunque deben ser conscientes que el embaucador a minado la capacidad de comunicación de sus hijos, ha conseguido que los menores se comporten de manera normalizada para no levantar sospechas.

Ante este tipo de situaciones, debemos abalar la prevención y para ello, es completamente necesario que los menores tengan información sobre todos los peligros que existen en la red y cómo deben actuar antes las distintas situaciones que se le pueden presentar.

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