El presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, tomó una decisión fundamental y podríamos decir que histórica ayer al aplazar el Pleno de investidura. Actuó acorde a la Ley, aunque desafiándola y asegurando que sólo cabe investir a Puigdemont. Pero más allá de sus palabras, su partido, ERC, ha iniciado la senda ya pragmática donde exige a Junts per Catalunya que busque otro candidato de su lista.
El presidente de la Cámara catalana, Torrent, se arriesgaba a ser arrestado, como lo fue en su día su antecesora, Carme Forcadell, por desobediencia al Tribunal Constitucional. Y, de paso, ERC marcaba los límites a JxCat y el PDeCAT, partido que sustenta esa marca electoral donde también participaban independientes e intelectuales catalanes. Al parecer, Torrent llamó hasta en 5 ocasiones a Puigdemont, sin que el ex president respondiera a sus llamadas. Le quería avisar de que aplazaría el Pleno al no poder presentarle como candidato desde la distancia. Le exigía, al menos, que se arriesgase también y acudiera a Barcelona. Cosa que no ocurrió.
La suspensión del Pleno de investidura ya ha producido una división de opiniones entre los partidos independentistas. En su cuenta de Twitter, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, agradeció esta decisión para "garantizar la defensa de los derechos de todos los diputados escogidos democráticamente". También el portavoz de ERC, Sergi Sabriá, calificó la decisión como "la mejor" para "poder llevar a cabo una investidura con garantías y tener al día siguiente Govern y acabar con el 155".
Desde el otro lado, el de JxCat, Eduard Pujol, dijo que "la democracia no se aplaza, la restitución de las instituciones, tampoco", tras lo que añadió que "la dignidad no está sujeta a resoluciones del Tribunal Constitucional". Desde la radicalidad de la CUP, Carles Riera apuntó que "sólo con desobediencia y unilateralidad democrática "se podrá materializar la república". Según Riera, "el primer envite es investir a Puigdemont.
Puigdemont, enojado
El líder de JxCat, Carles Puigdemont, desde Bélgica, constató que "lamentablemente", Torrent optó por aplazar el pleno, una decisión que dijo "respetar", al tiempo que se cerraba en banda y avisaba de que no hay "ningún otro candidato posible". Después de guardar silencio a lo largo de la jornada, en medio del cruce de reproches entre JxCat y ERC, Puigdemont difundió pasadas las 20.30 horas un mensaje grabado a través de las redes sociales., en el que llamó al soberanismo a no perder la "unidad".
Por su parte, la decisión de aplazar el intento de investidura de Puigdemont fue bien acogida por el Gobierno, que consideró que de esta manera se evita "una burla" a la democracia. Desde Moncloa se subrayó que con la impugnación ante el Tribunal Constitucional se ha evitado "una burla a la democracia", además de señalar que "el Gobierno seguirá velando por defender la ley y las instituciones en todo momento".
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